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¿Por qué Dios no existe?: la explicación científica que dio Stephen Hawking

En su último libro publicado luego de su muerte, el físico británico asegura que la clave para comprenderlo está en el "Big Bang"
10/01/2020 - 10:32hs
¿Por qué Dios no existe?: la explicación científica que dio Stephen Hawking

En su último libro, "Breves respuestas a las grandes preguntas", publicado después de su muerte, el físico británico Stephen Hawking se animó a contestar la indagación que todos nos hacemos al menos una vez en la vida: ¿Hay un dios?

Según explica, la clave es compleja y está en comprender el "Big Bang".

En el libro póstumo, y en fragmentos recopilados en el blog Brain Pickings, Hawking destaca que las "leyes de la naturaleza" son "el descubrimiento más grande de la Humanidad" y aclara que estas leyes son las que "nos dirán si necesitamos un dios para explicar el Universo".

Para comenzar, el científico aclara que se refiere a "Dios" como una corporización de esas leyes de la naturaleza. Hawking considera que la visión de un dios a imagen y semejanza del ser humano es poco probable, debido a la "insignificancia" de la humanidad en el espacio total del universo.

La clave, de todos modos, está en comprender "la mente" de ese dios que creó el Universo, algo que según él sucederá recién a fines del siglo XXI.

La postura de Hawking en el libro es contundente: "Creo que el Universo se creó espontáneamente desde la nada, de acuerdo a las leyes de la ciencia".

Según el científico, para comprenderlo debemos conocer primero cuál es la "receta de cocina" del Universo, basada en tres ingredientes: materia, energía y espacio. De todos modos, hay que explicar cómo esos tres ingredientes se mezclaron para generar lo que conocemos como el "Big Bang".

Y lo explica con una analogía: "Imaginen que un hombre quiere construir una colina en un terreno plano. La colina representará el universo. Para hacer su colina, cava un hoyo en el suelo y utiliza esa tierra para crear su colina. Por supuesto, él no está solamente haciendo una colina; también está cavando un hoyo, que es la versión negativa de la colina. El material que había en el hoyo ahora está en la colina, quedando perfectamente balanceado. Esto es el principio detrás de lo que sucedió en el comienzo del Universo".

"Cuando sucedió el 'Big Bang' -detalla el físico- se produjo una cantidad masiva de energía positiva pero al mismo tiempo la misma cantidad de energía negativa, de manera de mantener el balance entre ambas de acuerdo a las leyes de la naturaleza. Esa energía negativa se mantiene alojada en el espacio, el tercer ingrediente del Big Bang, que funciona como un depósito gigante de energía negativa". 

Hawking considera que eso demuestra que "si el Universo se creó desde la nada, entonces no se necesita un dios para crearlo".

Pero las preguntas no terminan ahí. El físico se propone responder también la siguiente pregunta clave: "¿Creó dios las leyes cuánticas que permitieran que el Big Bang sucediera?".

Según el científico, un dato crucial a tener en cuenta es que, de acuerdo a las mismas leyes de la naturaleza, "no solo el Universo pudo haber surgido sin ninguna asistencia, como un protón, y sin necesitar nada en términos de energía, sino que también es posible que nada haya causado el Big Bang". "Nada", remarca. 

Hawking apela al ejemplo de un reloj ingresando a un agujero negro en el espacio, donde la gravedad es tan poderosa que colapsa la luz pero también el tiempo. Cuando el reloj se acerca al agujero y comienza a ser succionado, comienza a moverse cada vez más lento. Al terminar de ingresar al agujero, el tiempo en el reloj estará detenido, debido a que "el tiempo dentro del agujero negro no existe".

"Eso es exactamente lo que sucedió en el comienzo del universo", sintetiza Hawking en su libro, para luego explicar que, si viajáramos al momento del Big Bang encontraríamos un universo tan pequeño que equivaldría a "un agujero negro infinitamente denso y pequeño". Las leyes de la naturaleza también funcionarían allí, haciendo que, al igual que el reloj en el agujero negro, el tiempo se detuviera.

Para el científico, fallecido el 14 de marzo de 2018, esa explicación le lleva a pensar que "probablemente no haya cielo ni vida después de la muerte". "No hay evidencia para ello y contradice todo lo que conocemos en la ciencia. Creo que cuando morimos volvemos al polvo", añadió.

Sus conclusiones tampoco lo llevan al nihilismo, ya que consideraba que "tenemos esta vida para apreciar el grandioso diseño del universo", algo de lo que, aseguraba, estaba "extremadamente agradecido".