Claudio Belocopitt: "Estamos preparándonos con todas las alternativas y la gente tiene que saber que esto es una guerra"
Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de Entidades de Salud (UAS), analizó las medidas tomadas por el gobierno para prevenir el contagio de coronavirus y cuestionó al Poder Ejecutivo por no haber sentado en la mesa de diálogo al sistema de salud privado.
"No hemos tenido la posibilidad de trabajar en un esquema de articulación como tienen que ser público/privada. Es difícil en un momento sensible y complicado. Yo no quiero generar diferencias ni problemas, es un momento para sumar. Acá, aquel que esté pensando en hacer política o aquel que esté pensando en hacer un negocio, en un momento de una gravedad extrema, de una crisis de una profundidad terrible, primero es un estúpido y segundo es un reverendo hijo de puta", dijo tajante en una entrevista.El empresario agregó: "Nosotros somos actores protagónicos pero no somos directores del teatro de operaciones. Esto es una guerra. Lo que la gente tiene que entender es que es una guerra, de características diferentes, pero una guerra. Los recursos deben estar unificados y mancomunados en conjunto. El sistema de salud lo está dispuesto a hacer, sin ningún tipo de mezquindad".Luego declaró que las clíncas, sanatorios y centros de diagnóstico (entre otras entidades) que componen UAS atienden al 70% de los argentinos, y la cámara de emergencias médicas aseguró que el 77% las derivaciones por el coronavirus fueron hechas al sistema privado."El protocolo actual establece que cualquier paciente sospechoso (es decir, tengo fiebre y vengo de una zona de alto nivel de contagio) tiene que quedar en observación. ¿Es un estado ideal que esto suceda? Es un estado ideal. ¿Es posible? No es posible. ¿Por qué? Porque los pacientes pasan en observación tres o cuatro días, ocupan un espacio, ocupan un recurso escaso y no es posible. Los países dejan a esos pacientes en la casa, así debe ser", aseguró el empresario e indicó que el Instituto Malbrán, que es el único capacitado para confirmar los diagnósticos, está atravesando "un cuello de botella" y por eso se demoran."Es tapar el sol con las manos. Los contagiados van a estar igual o no van a estar, se produzca o no se produzca la información", añadió.Hoy en día el estudio que se está haciendo en la Argentina para detectar los casos positivos demoran 16 horas, cuando hay kits en otros países que lo llevan a cabo en 15 minutos. Al respecto, Belocopitt expresó :"Vamos a tener que modificar los protocolos. Voy a ir más allá, quiero dar una imagen más impactante, la gravedad de la situación si no tomamos las medidas. Si sos positivo, en la mayoría de los países del mundo, si no sos paciente de riesgo, si tenés menos de una determinada edad, también vas a tu casa. ¿Es lo ideal? Posiblemente no, pero es lo posible. Si tomás los países donde se han generado una gran cantidad de infectados, vas a ver que para esa gran cantidad de infectados no habría camas suficientes en instituciones que tienen que estar preparadas exclusivamente para recibir a los pacientes de riesgo. Si no entendemos esto vamos a enfrentarnos con un problema, que no va a haber lugar. Vamos a tener a pacientes de baja complejidad atendidos y pacientes que van a requerir una alta complejidad no atendidos".Al ser consultado si se continúan haciendo en el sistema de salud local intervenciones quirúrgicas que no son de urgencia, aclaró que si, que "hay lugares que han hecho suspensiones individuales, pero el sistema privado no".
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"Esta capacidad instalada es necesaria para pacientes que tienen sus propias enfermedades, esta estructura que estaba preparada estadísticamente, tiene la cantidad de estructura que necesita para seguir atendiendo. Hay gente que tiene que entender que estas cirugías no se pueden hacer en este momento y hay que esperar. Esto es una emergencia, pero uno tiene que prepararse para lo peor; si viene lo mejor, muchísimo mejor, pero tenés que establecer normas", apuntó.
Sobre las licencias especiales dictadas por el Gobierno y el caso de los profesionales de la medicina, aseguró que sería ideal poder aplicarlas igual pero no es posible: "El personal de salud es diferente al resto. Sería ideal que las normas de licencias sean iguales al resto, sería fantástico. ¿Es posible? No. Porque si nos quedamos sin gente, si no tenemos la estructura para atender, tenemos un problema. El sistema está en una situación límite, y requiere que todos los protocolos que se vayan tomando se hagan entendiendo la emergencia cuidando a los héroes de esta situación: enfermeros y médicos que están en la línea de batalla. Nosotros marcamos: cuidado, suceden cosas que no podemos manejar. Y todas las situaciones han recibido enormes cantidades de pedidos de licencia. Me encantaría que el sistema las pueda dar, les doy la razón a la gente, pero pregunto cómo"."En los sistemas de salud, hay que buscar mecanismos alternativos. Tenemos un rol y lo tenemos que ejercer, estamos en una situación que tenemos que hacerlo. Tenemos que estar dispuestos a disponer nuestras organizaciones a servicio del Estado, sin mezquindades. Porque va a llegar un momento que si esto se agrava va a haber que distribuir por patología a las instituciones. No buscamos nada, sólo hacer sustentable al sistema. Se dice que buscamos un aumento de cuota, ni por asomo: buscamos sostener el sistema. Pero tiene que ser sustentable. Pero es cierto que están pasando cosas increíbles. Un barbijo para cirugía que costaba $1.90 hace 60 días, ahora cuesta $59 pesos. Estamos todavía pidiendo barbijos especiales de máxima seguridad, que costaba $85, ahora cuesta $270. Estamos todavía con derechos de importación. Señores: salgan del estado burócrata que tiene el Estado per se y entiendan que tenemos un drama que resolver, porque la vamos a pasar mucho peor que si hacemos las cosas de manera eficiente", reclamó.Sobre si la Argentina puede vivir situaciones similares a las que se vieron en España o Italia, explicó que "nadie sabe a ciencia cierta si esto va a ser suficiente. Lo que tenemos que prever es que no va a ser suficiente. El Estado tiene que prever que hay prepararse para lo peor. Tenemos que estar a la altura para preparar las estructuras para lo peor".
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"Es imprescindible y digámosle a la gente cosas durísimas que van a ocurrir. Los infectados en terapia intensiva se van a morir solos, la gente no puede entrar. Y hay que explicárselos. No puede aparecer un recepcionista o un médico a pelearse con la familia y decirle: "No podés entrar". Y no puede entrar. Esto así, va a suceder y está sucediendo hoy. La gente tiene que estar preparada. No se puede por la seguridad de esa familia, y esto va a pasar. Tenemos que entender que es una situación limite. No pensar mal, no pensar si Belocopitt está buscando guita, si la obra social quiere hacer tal cosa si estamos en contra o a favor de los trabajadores. Estamos todos en el mismo barco, tenemos que empujar desde la misma posición. Porque esto es grave, estamos diciendo la realidad. Y si somos solidarios y si lo hacemos bien tenemos más chances. Pero tenemos que saber lo que pasa", detalló."Es necesario que el Presidente entienda que vamos a darle todo. Todo lo que haga falta. Pero tenemos que trabajar en conjunto, esto es una guerra, tenemos que trabajar todos en conjunto. No puede haber especulación. Estamos acá, esto es lo que nosotros vemos, acá sabemos que por acá va a colapsar. Pero es el Estado el que tiene que dar las normas. Es muy probable que las habitaciones que son individuales tengan que transformarse en habitaciones dobles si faltan camas. La gente lo tiene que saber, esto es una guerra. Estamos preparándonos con todas las alternativas, evaluando cuál es la máxima cantidad de respuestas que vamos a poder dar. Ojalá que lo estemos sobredimensionando. Ojalá", insistió.
En el marco de que se siga extendiendo el contagio, el empresario estimó que habrá un 80% de los infectados con síntomas leves que podrán pasar la cuarentena en sus casas, un 15% que necesitarán atención intermedia y un 5% que van a tener atención grave.
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"Hay una gran dispersión sobre la cantidad de camas disponibles en el sistema, nadie lo puede decir con claridad y de eso va a depender la gente al mismo tiempo. Pero tenemos que tener en cuenta una cosa: la capacidad instalada del sistema sanitario argentino funciona al 80%/85% promedio de su capacidad estandarizada en el año para atender las patologías que tenemos. Querría decir que si no achicamos lo que estaría sobreatendiéndose, quedaría sólo el 15% y eso sería un gran problema. Entonces, hay que trabajar en ver la forma de aumentar esa capacidad instalada", apuntó.
"Pero todo tiene un límite, de hecho lo estás viendo en Italia, que lo que está ocurriendo parece una película de terror, y la capacidad instalada está sobrepasada. Tenemos que desear que eso no ocurra pero nos tenemos que preparar como si fuese a ocurrir", resumió.Para Belocopitt hay una toma de conciencia de parte de la sociedad sobre lo que se esperaba de la situación y que la gente joven tiene que entender que el sistema va a estar para ocuparse de los pacientes de riesgo porque ahí está el verdadero problema.
"En muchos momentos de mis entrevistas decía que la gente se acordaba del sistema de salud en dos oportunidades al año: cuando perdían la salud y cuando brindaban el 31 de diciembre. Y después no era un problema, nunca estuvo entre los problemas principales de la política. Hoy estoy seguro que es la máxima preocupación que todos tenemos. Pero la gente tiene que tener la conciencia de entender que yo me puedo quedar con fiebre en mi casa porque no pasa nada, porque así lo dice el protocolo, no lo invento yo. Tengo que evitar no contagiar y si contagio a una persona que tenga riesgo, para esa persona va a ser muy complicada porque el índice de mortalidad en ese caso llega al 15%; y tengo entender y tomar plena conciencia que la situación desde el punto epidemiológico es muy grave. Y es grave fundamentalmente porque necesitamos que el sistema de salud esté en las mejores condiciones para poder atender a sus pacientes".
"Para eso la única clave por la que se pide que el nivel de contagia disminuya, para que las instituciones tengan capacidad de atender los pacientes graves. Para eso todos los protocolos del sistema de salud tienen que estar destinados a agilizar esa situación, a provocar que no haya recursos en cosas, como está ocurriendo hoy en día con pacientes que se van a su casa después de tres o cuatro días, sin absolutamente nada en un recurso que es escaso", insistió.
Por último, insistió en que el Presidente "tiene que saber que nosotros estamos con la Argentina" para "que disponga él como le parezca todos estos recursos, pero que dirija -con mano férrea, dura y como se tiene que hacer en estos casos de extrema gravedad cómo vamos a manejar los recursos que tenemos". Y desconfió de la posibilidad de prepararse armando hospitales nuevos en pocos días. "Desde pensar que el coronavirus no iba a ser un problema para la Argentina a que Argentina esté absolutamente cerrada pasaron 10 días. No tenemos capacidad y nadie tiene la menor idea de cuál es la velocidad. Entonces, lo que tenemos es lo que tenemos y tenemos que usarlo de la mejor manera posible. Y que la población y la política tenga en claro: esto no tiene ninguna mezquindad. Soy el primero que me corro del costado y dejo todo en manejo de quien corresponda si yo no lo hago bien o no estoy a la altura de las circunstancias. No hay especulación, solamente hay un intento de salvar la mayor cantidad de vidas posibles", cerró.