¡El mundo no es como creías! El planisferio que conocemos está lleno de graves errores
En la historia de la humanidad occidental hay miles de errores graves y sostenidos que derivan de la organización geopolítica que dominó durante siglos el mundo y que lo representó con el relato que más le convenía. Una consecuencia de ello con la que convivimos de manera cotidiana tiene que ver con los graves errores que conlleva el planisferio con el que todos aprendimos en la escuela a visualizar nada menos que el planeta.
En la etapa colonial, cuando los ejércitos y empresas europeas se lanzaron a navegar los océanos para conquistar territorios, los cartógrafos tenían un rol central en la economía, ya que la representación del mundo que hacían en sus diseños de mapas era la diferencia clave entre la navegación segura y llegada a destino o la pérdida millonaria de vidas y barcos en el mar. Fue entonces que existió una amplia polémica por unificar la visión planetaria en un mapa que pudieran utilizar todos los navegantes.
Esto representaba un reto que llegaba a lo máximo del poder político, pero también un reto cartográfico que fue de los más complejos que esta actividad aún debe resolver: cómo traducir el formato ovalado de la Tierra a un planisferio bidimensional que se pudiera reproducir en papel.

Fue, sin dudas, una lucha por imponer una visión del mundo en la cual ganó, como era de esperarse, la que representaba los intereses del poder de turno, los de las naciones europeas. Se instaló hacia 1569 el sistema que inventó el geógrafo Gerardus Mercator, que toma el esférico con dos de sus extremos divididos en dos y los estira en una superficie plana. Así el mapa queda plano y con sus dimensiones correctas en el medio, a la altura del Ecuador, pero con espacios incompletos en la parte superior e inferior. Esos espacios se llenaron ampliando el territorio y por eso todo aquello que figura cercano a los polos en el mapamundi con el que todos estudiamos, aparece mucho más grande de lo que es en realidad.
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Las consecuencias son múltiples y graves: Alaska y Groenlandia aparecen como territorios enormes, cuando en realidad son mucho más pequeños que, por ejemplo, Estados Unidos. Y por supuesto que Europa en este mapa aparece mucho mayor de lo que realmente es: sin incluir a Rusia, es la mitad del territorio de América del Sur, que fue perjudicada en su tamaño real por los geógrafos y cartógrafos europeos al igual que lo fue África.
Alternativas y soluciones

La visión de Mercator, por más que fuera equivocada, fue tremendamente exitosa, al punto que casi quinientos años después aún seguimos imaginando y aprendiendo una visión del mundo que se aleja de la realidad en la que vivimos gracias a su planisferio.
Desde entonces se han propuesto muchas alternativas a este mapa, también con errores o imperfecciones. En 1974 Arno Peters presentó una alternativa en una conferencia alemana. Se trataba de un mapa idéntico a uno ideado por James Gall en el siglo 19, por lo que se bautizó como el mapa Gall-Peters, que representaba mejor las dimensiones de los continentes aunque no necesariamente respetaba su forma.
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Y fue recientemente que el mundo pareció encontrar una alternativa aceptable al mapamundi que todos conocemos. Es el AuthaGraph, diseñado por el arquitecto japonés Hajime Narukawa inspirado en técnicas de Origami. Para su elaboración se dividió el globo esférico en 96 triángulos y después los transfirieron a tetraedros. Al desdoblarlo se convierte en un rectángulo conservando las proporciones correctas.
Este mapa es más acertado en lo que refiere a dimensiones y formas, pero tiene la particularidad de que se perderían las dimensiones de latitud y longitud que se utilizan para la navegación aérea, terrestre y marítima.
Es cuestión de seguir esperando cambios entonces a la cartografía con la que nos representamos el mundo.
El planisferio en la Argentina

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En el país también hay una intensa actividad cartográfica que comenzó a tomar relevancia en medida en que se volvió necesario contar con una carta topográfica de la República Argentina que permitiera el traslado de la línea de la frontera sur (acción que fuera denominada "Campaña al Desierto"), el desplazamiento de tropas, el levantamiento de fortines, el establecimiento de telégrafos y la fundación de pueblos. Esto dio origen a la creación de la Oficina Topográfica Militar, el 5 de diciembre de 1879.
Hoy en día el Instituto Geográfico Nacional (IGN) es el Organismo Nacional responsable de la elaboración y actualización de la cartografía básica del territorio argentino. Desde comienzos del siglo XX ha trabajado activamente en el desarrollo de la producción de cartografía oficial en escalas 1.50.000, 1:100.000, 1:250.000 y 1:500.000, además de diversos mapas nacionales y provinciales en formatos especiales.
Recientemente además el IGN elaboró un informe técnico donde, de un modo fácil y didáctico, se explican las alteraciones que sufre toda representación cartográfica y por qué hay tantos errores en los mapas.
"Este tipo de distorsión es común en la cartografía y es una consecuencia que se produce al querer representar la Tierra en el plano. Incluso los mapas que mantienen las proporciones de las superficies, presentan alteraciones de sus formas", explica el reporte.
El organismo detalla que al confeccionar un mapa puede optarse por conservar las proporciones entre áreas (a través de una transformación de tipo equivalente o equiárea), las magnitudes angulares (a través de una transformación de tipo conforme), las relaciones de longitud en direcciones preferenciales (a través de una proyección equidistante), o bien no conservar ninguna característica intentando que las deformaciones de las tres magnitudes sean mínimas (a través de una proyección afiláctica). De ningún modo podrá conservarse más de una característica, y la elección de una irá en detrimento de las otras dos.
"El IGN presentó entonces el Planisferio Aitoff, para visibilizar ante la comunidad el debate de larga data en torno al problema de la representación y la elaboración de la imagen de mundo. La proyección destaca la importancia de la Antártida Argentina, el lugar de nuestro país en la Región Suramericana así como la presencia geográfica de la UNASUR y las relaciones Sur-Sur a nivel global", explicaron.
Se trata en realidad de la selección de una representación que mejor se ajusta a las dimensiones reales del territorio nacional, siempre de acuerdo a la IGN, creada por David A. Aitoff en 1889.
"Esta representación tiene como objeto afirmar la soberanía y mostrar la gran extensión de nuestro territorio", añadieron.