El remisero que mató a la hija de sus pasajeros había estado preso
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El remisero acusado de asesinar a la hija de sus pasajeros en La Plata es Marcelo Alejandro Saleh y tiene 55 años. Tiene antecedentes penales desde 1986, cuando tenía 20 años. Desde entonces tuvo al menos 6 encuentros con la Justicia.
El historial delictivo del remisero inició con un hurto en Mar del Plata en 1986. A este hecho le siguió un robo en Lomas de Zamora, 10 años después y un robo calificado en La Plata, al año siguiente, en 1997.
Más antecedes
Pero estos delitos tuvieron una escalada en 2010 cuando Saleh fue detenido por tenencia de arma ilegal. Sólo dos años después-su antecedente más grave-, en 2012, el personal de la comisaría 1era. de Ensenada lo detuvo "en flagrancia" mientras intentaba robar un domicilio.
La Justicia lo condenó a casi seis años por "tentativa de robo calificado con uso de arma de guerra" y salió en junio de 2018 de la Unidad 9 de La Plata. Sin embargo este no sería su último antecedente. Durante este año, Saleh fue despedido de la remisería en la que trabajaba tras ser acusado de robo.
Saleh se quedó con algunos clientes y siguió trabajando. Entre esos pasajeros estuvieron los padres de una joven de 23 años asesinada en la madrugada del sábado, Ayelén Arredondo.
El asesinato
Los padres de la chica asesinada contrataron el remis "con 4 horas de espera" para ir a la unidad penal 42 de Florencio Varela a visitar a su hijo que se encuentra detenido. Cuando la pareja bajó, el remisero advirtió que habían dejado en el auto las llaves de la casa.
Saleh aprovechó la distracción y las horas de espera para desvalijar la casa de La Plata. En el domicilio se cruzó con Ayelén y para evitar que lo reconociera la mató a golpes. Escapó con 8 mil pesos y fue detenido a las tres cuadras por un vecino de la zona.
En las últimas horas, se conocieron distintas publicaciones del Facebook de Saleh en las que trataba de "conquistar" mujeres. Los comentarios habían sido subidos a un grupo llamado "Solos y solas encuentros en Buenos Aires".
Las exigencias del remisero iban desde la edad, "45 años mas o menos", a que no fume. También decía que buscaba "una princesa" que lo deje "besar su sapo".