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Odisea con final feliz: renunció a su trabajo, llegó a no tener ni 1 peso y hoy lidera un negocio innovador

Dejó atrás un puestazo para emprender con un bebé de dos meses y, al poco tiempo, no le alcanzaba ni para pagar los pañales. Hoy no para de crecer
04/07/2021 - 19:10hs
Odisea con final feliz: renunció a su trabajo, llegó a no tener ni 1 peso y hoy lidera un negocio innovador

"Nunca pensé que emprender iba a ser tan difícil y que me iba a encontrar con tantos escollos e insatisfacciones. Más de una vez pensé porque no me quedé con mi trabajo aunque el sueldo fuera la quinta parte". El que habla es Javier Viqueira, hoy titular de Adox, una empresa referente en su rubro pero sus inicios fueron lo más parecido a una pesadilla.

Tenía un bebe de dos meses, cobraba un buen sueldo y decidió renunciar para emprender sin saber que lo esperaban los años más difíciles de su vida. Esta es la historia de un empresario que aprendió a navegar las crisis y descubrir oportunidades cuando la mayoría se paraliza

¿Cómo logró Javier pasar de no llegar a fin de mes a liderar una empresa pujante? ¿Cuáles fueron las dificultades que tuvo que atravesar en el camino?

Adox es una empresa que se dedica a desarrollar y fabricar productos médicos para el área de anestesiología de cuidados críticos y también productos y soluciones de limpieza y desinfección para áreas hospitalarias y alimenticias. En los últimos años decidió invertir en innovación e investigaciones en nuevas tecnologías y desarrolló soluciones basadas en nanotecnología, indispensable en plena pandemia.

Renunciar para emprender

Javier comenzó a trabajar en un pequeño laboratorio de productos anestésicos. En ese momento el negocio no andaba muy bien y el dueño decidió delegar la operación a un gerente. Para aumentar las ventas, cambió las condiciones del equipo comercial y decidió aumentar las comisiones dándoles la posibilidad de lograr un muy buen salario.

Javier recuerda que en poco tiempo llegó a alcanzar un sueldo muy alto. El resultado fue muy bueno y las ventas aumentaron, pero, cuando el dueño quiso retomar el manejo de la empresa todo cambió. Al ver los sueldos altos que se estaban pagando decidió disminuirlos a una cuarta o quinta parte. "Tuve que tomar la decisión de quedarme con ese sueldo o directamente irme" recuerda Javier.

"Él era muy buen vendedor y la forma que encontraron para sacárselo de encima fue ofrecerle ser supervisor de sus compañeros y él ahí renunció" revela Angela Lucia Fasari, su esposa.

Javier recuerda que fue una apuesta muy arriesgada ya que significó quedarse sin ingresos fijos a los 30 años y teniendo un bebe de meses. Ángela lo ayudó a tomar la decisión de recorrer el camino del emprendedor. Ella con su sueldo básico de empleada bancaria se convirtió en el sostén de familia.

"A diferencia de otros emprendedores que tienen el sueño de emprender, yo estaba muy cómodo trabajando en relación de dependencia, creía que eso estaba muy bien. Lo que me llevó a emprender fue que me cambiaron las condiciones en las que yo estaba trabajando y no me quedó otro camino" confiesa Javier.

Expectativa versus realidad

El fuerte de Javier eran las ventas y confió en que su cartera de clientes le iba a continuar comprando. Es el error más común de vendedores y gerentes que deciden convertirse en sus propios jefes.

"Nunca pensé que emprender iba a ser tan difícil y que me iba a encontrar con tantos escollos e insatisfacciones. Más de una vez pensé por qué no me quedé con mi trabajo aunque el sueldo fuera la quinta parte", evela Javier, recordando lo difícil que fue la primera etapa de Adox.

Javier y su esposa tuvieron que modificar su estilo de vida. Pasaron de alquilar un departamento nuevo y tener un auto cero kilómetro en casa de sus suegros y manejar un Fiat 600 viejo.

"Tuvimos que rescindir el contrato de alquiler con tan solo 1 año y medio e ir a vivir a la casa de mis padres. Pero salimos adelante porque hicimos lo que teníamos que hacer: estar juntos" recuerda con emoción Angela. Por momentos no podían pagar los pañales de su hijo y apenas podían pagar la leche que tomaba pero gracias a la ayuda de sus suegros y al sueldo de su Ángela pudieron cubrir las necesidades básicas de la familia.

Javier Viqueira es titular de Adox, una empresa referente en su rubro pero sus inicios fueron lo más parecido a una pesadilla

Aprender de los errores

Lanzarse a emprender sin experiencia los llevó a cometer muchos errores y no tuvieron otro remedio que ir corrigiendo sobre la marcha. "Ahora a la distancia creo que si nos hubiéramos preparado para esto hubiéramos sufrido menos penurias" reflexiona Javier.

Las dudas e inseguridades se presentaban como fantasmas pero la motivación de mantener a su familia lo ayudó a salir adelante. Luego de 3 o 4 años de mucho esfuerzo, experimentación y ensayos, los resultados comenzaron a llegar.

El gran secreto fue invertir tiempo en descubrir las necesidades del mercado.

Recurrieron a revistas, eventos y congresos y detectaron que aquello que pasaba en otros lugares del mundo, se replicaba en el país unos años más tarde. Si ellos lograban adelantarse, tendrían una gran ventaja competitiva.

A partir de allí, buscaron asociarse con empresas importantes que no tenían presencia a nivel nacional para poder distribuir nuevos productos que no habían llegado al país o que si lo habían hecho pero sin incluir la capacitación para los usuarios.

Se trató de una gran innovación, que le abrió las puertas a nuevos clientes para comercializar productos de "áreas específicas como trasplante de pulmón, neonatología, pacientes críticos y también productos descartables usados para disminuir las infecciones" recuerda Javier.

Volver a empezar

En el año 2000 irrumpieron las malas noticias para Adox. Algunos de sus principales proveedores cambiaron de manos o discontinuaron sus líneas de productos dejándolos fuera de la cadena de distribución y sin insumos. Pero aún quedaba lo peor. A la crisis de su segmento de negocio se sumó el 2001. Mientras todo se derrumbaba, ellos tenían que tomar una decisión urgente. Achicarse de forma dramática o buscar un nuevo camino para la empresa.

"Nunca pensamos en cerrar o dejar de trabajar, siempre buscábamos proyectos para continuar. En ese momento ya contábamos con experiencia que nos permitió tener un mejor panorama", destaca Javier.

La decisión fue comenzar a fabricar los productos que antes importaban. "Fue una bisagra en el modelo de negocio", cuenta Javier. Su hijo Gonzalo destaca que en este momento de transformación fue donde empieza a verse la capacidad de Adox de ir adaptándose a los diferentes momentos del país permitiéndole estar vigente a 25 años de su fundación.

Comenzaron fabricando los productos de una empresa inglesa que antes habían distribuido. Fue un proceso que duró 2 años de ensayos, pruebas, marchas y contramarchas, donde tuvieron que frenar las ventas hasta tener perfeccionados los procesos productivos. Una vez que alcanzaron los objetivos de producción, pudieron reanudar la comercialización y generar ingresos para ampliar las actividades de desarrollo. Así fue como fueron incorporando más líneas de productos, mejorando siempre los procesos de producción. Este fue un crecimiento estable pero lento.

La empresa logró despegar cuando obtuvieron la licitación para proveer de equipos a una provincia, asegurándose el trabajo de un año. Esto les permitió pensar en otro tipo de estructura y mudarse a un predio en Ituzaingó, provincia de Buenos Aires, donde instalaron la planta de producción donde están ubicados en la actualidad

Reconvertirse para seguir vigentes

Desde hace unos años, los productos industriales fabricados en China comenzaron a ganar terreno desplazando a la industria local. Previendo esto Javier decidió reconvertirse nuevamente y buscar un camino que permitiera mantener su empresa a flote.

"Javier siempre fue cambiando, nunca pensó en poner todo en el mismo lugar. Fuimos adaptándonos a lo que daba el país", destaca su esposa Ángela. Fue así que fundaron su línea de productos de limpieza y desinfección para áreas hospitalarias que hoy cubre la vacante que dejó la baja en la demanda de equipos hospitalarios.

Tercera reconversión

Javier y Ángela se encargaron durante años de la parte comercial y administrativa de la empresa. Actualmente están en un proceso de transición que concluirá en 4 años con el traspaso del manejo de la misma a sus dos hijos, Gonzalo y Rodrigo.

En este último tiempo, Adox está atravesando su tercera reconversión en la cual buscan ofrecer productos innovadores basados en investigaciones científicas y nanotecnología.

Para ello crearon hace unos años un departamento de investigación y desarrollo y están asociándose y haciendo convenios con diferentes instituciones como universidades y el INTA.

"La nanotecnología permite con menores cantidades de producto, conseguir prestaciones que no se podían obtener con la química tradicional. Se trata de las tres claves de nuestra empresa, reinventarnos a tiempo, innovar y asociarnos para crecer".

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