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Rabieta: la cerveza artesanal argentina ya se vende en China y ahora busca poner un pie en Estados Unidos

Rabieta nació en el año 2017 y desde entonces no ha parado de crecer; tiene su propio brewhouse, una planta de producción y miles de puntos de venta
17/07/2021 - 09:00hs
Rabieta: la cerveza artesanal argentina ya se vende en China y ahora busca poner un pie en Estados Unidos

Rabieta nació en el año 2017 con una apuesta muy clara: lograr una cerveza artesanal de calidad que pudiera llegar a los hogares de todas las provincias argentinas. Hoy, cuatro años después, tienen su propio brewhouse en la ex confitería La París del Hipódromo de Palermo, abrieron una planta de fabricación en Pilar, su producto tiene presencia en más de 2.000 puntos de venta en todo el país y están en pleno proceso de expansión internacional.

"La idea de crear Rabieta fue salir a buscar el mercado de la cerveza artesanal, que estaba creciendo mucho. Veíamos que en Estados Unidos había tenido una gran explosión y que más del 17% del marketshare del total de volumen de cervezas allá se lo llevan las artesanales, mientras que en Argentina ese porcentaje no llega ni al 2% o 3%. Eso es lo que queríamos potenciar", cuenta en diálogo con Iprofesional Miguel De Achaval, uno de los socios fundadores de Rabieta.

La planta de fabricación de Rabieta
La planta de fabricación de Rabieta

Junto a De Achaval, detrás del proyecto están también Tomás Fellner, Rubén Diciero, Gustavo Schickendantz, Sebastián Mackinnon, Mariano Iturbe y Fernando Polledo, profesionales con un gran expertise en el mundo cervecero y que vienen de trabajar en gigantes del sector como Heineken, Quilmes o Guiness.

A diferencia de la mayoría de las cervezas artesanales que apuntan a la apertura de bares y cervecerías con atención al público, Rabieta apostó como diferencial a instalarse directamente en las casas de los argentinos. Según explica Gustavo Schickendantz, responsable de marketing de la empresa, hoy el 80 % del consumo de las cervezas en Argentina se da en los hogares y ese es el mercado que fueron a buscar.

"Veíamos en estos años un gran desarrollo de la preparación de la cerveza pero no tanto de su distribución. Hay muy buenas cervezas artesanales, pero en la góndola no se encontraba prácticamente nada. Ahí entra nuestro expertise más comercial de años de experiencia en la industria. Tuvimos que hacer una inversión diferente porque no es lo mismo hacer cerveza para distribuir en barril que hacer lata o botella. Hay que lograr mantener la frescura y la calidad del producto en la góndola, armar una red de distribución para llegar a todas las provincias y que la cerveza siga siendo 100% artesanal", explica Schickendantz.

Actualmente Rabieta tiene once estilos de cerveza –que se comercializan en botellas de 710cc y latas de 473cc en los grandes supermercados y autoservicios del país– y algunas cervezas especiales o colaborativas. Además, ofrecen también una experiencia presencial más clásica de cerveza tirada en su bar de Palermo. El año pasado, en plena pandemia del coronavirus, dieron un paso más y desembarcaron en China.

Los fundadores de Rabieta apuntan a seguir creciendo
Los fundadores de Rabieta, expertos en el mundo cervecero, apuntan a seguir creciendo

De Achaval cuenta que para poder entrar al gigante asiático hicieron un proceso de degustación con consumidores chinos y, en función de sus gustos, eligieron cuatro estilos para exportar: Golden, Red Honey, Red Irish y Red Ipa. Además, adaptaron el calibre de la botella y rediseñaron la etiqueta en idioma mandarín.

Ahora, Rabieta llega a las ciudades de Shanghai, Hong Kong y Henan con una frecuencia de dos containers por mes, lo que implica entre unos 80.000 a 100.000 dólares por envío. Allí encontraron su nicho en un público joven a través de la venta en karaokes y autoservicios.

"China es muy importante por distancia, por cuestiones idiomáticas, por todo lo que significa un proceso de exportación a ese país. Nuestra idea es después poder aplicarlo al resto del mundo. Encontramos un modelo de negocio y exportación que nos permite llegar con la misma calidad, y eso es bastante inédito", detalla Gustavo Schickendantz.

Entre sus próximos planes contemplan empezar a exportar a Perú y Chile para fines de este año y poder abrir su primera franquicia en Estados Unidos. "Ya señamos un local en Miami. Estimamos que para junio o septiembre de 2022 tendríamos que estar inaugurando. Queremos hacer un brewhouse ahí", adelanta De Achaval a iProfesional.

En cuanto a su desarrollo nacional, proyectan terminar el año con una producción de 50.000 hectólitros, lo que implica duplicar el volumen que vendieron durante 2020, y apuntarán a profundizar su distribución para llegar a más consumidores argentinos. A su vez, en junio de 2020 lanzaron su propia tienda online, Craft Moments, donde sumaron también a otras firmas de cervezas artesanales para que puedan comercializarse.

Aunque la pandemia fue un duro golpe para el sector cervecero –especialmente para aquellas marcas que apostaban al consumo en bares– desde Rabieta confían en que el sector tiene aún mucho margen para crecer.

"El mismo proceso que atravesó el vino se está dando ahora con las cervezas. La cerveza artesanal permite experiencias en las distintas ocasiones de consumo, el maridaje, los diferentes sabores. Hoy hay muchas opciones que la cerveza comercial que tomábamos antes no te las daba. Además, en Argentina tenemos un activo muy fuerte en todo lo relacionado con la calidad de la materia prima, la cebada cervecera, el lúpulo patagónico, la calidad del agua. Nuestro país tiene muchos atributos", finaliza De Achaval.