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Dejó Argentina y hoy trabaja con la estrella de la NBA LeBron James liderando proyectos de impacto social

Gaby Goldberg dejó el país para explorar otras oportunidades profesionales y hoy es la mente creativa de la empresa del reconocido basquetbolista
07/08/2021 - 07:56hs
Dejó Argentina y hoy trabaja con la estrella de la NBA LeBron James liderando proyectos de impacto social

Gaby tiene 39 años y hace 2 que es directora creativa de The SpringHill Company, la compañía global de medios creada por LeBron James y Maverick Carter con el objetivo de crear contenidos y productos que empoderen y generen grandeza en todas las personas. La empresa engloba a SpringHill Entertainment -productora de Space Jam II- y Uninterrupted, la marca para empoderar atletas a ser y mostrar todo lo que son dentro y fuera de la cancha.

Recientemente, lideró el equipo de diseño de producto de Space Jam para Uninterrupted, con una serie de remeras con motivo del lanzamiento de la nueva película protagonizada por James. También encabezó, en partnership con Jp Morgan Chase, "Kneading Dough", que tuvo como misión central entrevistar atletas y su forma de manejar el dinero e inversiones con el objetivo de derribar preconceptos acerca del manejo de dinero por parte de atletas.

"Me fui de Argentina hace casi diez años ya, aunque los primeros 4 seguí trabajando intensamente para el mercado local", cuenta a iProfesional. "Con mi productora Raymond hacíamos trabajos con clientes en moda, belleza, cultura que me dejaban explorar la creatividad al máximo. Recién a partir del cuarto año comencé a pensar en trabajar acá, en el exterior".

Gaby Goldberg hoy es la mente creativa de la empresa del reconocido basquetbolista Lebron James

Los Ángeles fue el lugar elegido por las posibilidades enormes que hay en todo lo que es artes, entretenimiento, media y publicidad. "Es uno de los hubs más grandes en todo lo referente a arte visual y creatividad", dice Gaby. "Las posibilidades son prácticamente infinitas. Es un destino muy multicultural, hermoso para absorber y aprender".

Al principio, para ella fue como una aventura inconsciente. "No lo pensé mucho", narra Goldberg. "Fue un poco la posibilidad de explorar y experimentar a partir de oportunidades que surgieron. Vivir en otra cultura, otro país, te abre la cabeza a nuevas formas de ver y de pensar. Hay que trabajar mucho la adaptabilidad y la resiliencia". Y a medida que pasaron los años, fue encontrando oportunidades para crecer profesionalmente, aprender desde otra perspectiva.

En ese camino, para ella fue muy importante conocer gente que estuviera en un circuito profesional parecido al suyo. "Empezar a armar ‘una red’ desde cero no es sencillo y toma tiempo", asegura. "También aprender y entender una nueva cultura en cuanto a lo laboral, absorber todo lo que podía con cada nueva experiencia. El primer paso para mí fue tender esa red, tener esa base de personas, amistades que funcionan como una especie de familia cuando no tenés a tu familia al lado".

Ser parte de un proyecto desde cero

Gaby empezó a trabajar para Uninterrupted como consultora y creativa cuando la marca era muy chica. "Trabajaban alrededor de 10 personas", cuenta. "La cultura de la marca me cautivó, la gente, la energía y el potencial que vi en el proyecto me hicieron tomar la determinación de dejar atrás mi propio estudio creativo y productora Raymond en Argentina y dar el 100% de mi tiempo a Uninterrupted".

"Maverick Carter, nuestro CEO, tuvo mucho que ver", sigue la creativa. "Su espíritu y ganas de hacer cosas de una forma diferente, inesperada, las ganas de correr riesgos para encontrar algo nuevo que decir y comunicar, me identifico muchísimo con su espíritu rebelde, con enfocarme en ver esa oportunidad ínfima que si se concreta puede resultar en lograr algo gigantesco. Fue así que armamos la marca Uninterrupted desde su concepción, su estrategia, su identidad visual, su tagline "More Than An athlete". Todo esto nos hizo crecer de manera completamente desmesurada. De estas 10 personas en menos de 4 años llegamos a ser más de 100 personas y parte de este conglomerado que es ahora The SpringHill Company".

Según destaca la entrevistada, lo que distingue a la empresa es su cultura. "Las ganas de generar cambio, de dar lugar a nuevas voces, a nuevos discursos. Generar ideas desde un lugar idealista, partiendo de frases como "no sería genial si…" y soñar en grande. Somos una empresa que se distingue por la intención de empoderar gente a través de todas nuestras iniciativas, ser una voz de cambio, un espacio que propone una visión diferente, honesta, intuitiva y divertida", enfatiza.

Lebron James, jugador de los Los Angeles Lakers

Trabajar en otro país

Para Gaby, la barrera más grande al llegar a Los Ángeles fue la cultural. "La forma de comunicarnos profesionalmente en Argentina es muy diferente a la forma de comunicarse en Estados Unidos", expresa. "Tuve que aprender y sigo aprendiendo a hacerlo mejor día a día y es algo que me entusiasma muchísimo y siento que me hace crecer y adoptar nuevas perspectivas".

Otra cosa que es muy diferente según dice es la relación entre empresa y empleado. "Acá un empleado se ve a sí mismo como parte fundamental del equipo de la empresa y la empresa ve al empleado como uno de sus principales activos y diferenciales", plantea. "Otro cambio importante fue adaptarme a presupuestos más abultados y a procesos más rígidos y timelines de largo plazo".

"Un beneficio enorme de trabajar para The SpringHill Co. es la posibilidad de reunirme y pitchear ideas para CEOs, CMOs y atletas de primerísimo nivel", cuenta Goldberg. "Muchas veces me veo desde afuera después de una de estas reuniones, veo las oportunidades en las que estoy y solo puedo decir WOW". El desarrollo de procesos creativos es algo que le resulta cada vez más y más apasionante. "Cómo, a través de generar una estructura y organización clara, se puede potenciar el trabajo creativo y los recursos a niveles inimaginables ayudando a resolver problemas es algo que me apasiona", expresa.

Al momento de hacer un balance, sobre lo que ha ganado o lo que ha perdido al haber dejado Argentina, para Gaby es difícil. "No se puede saber en realidad", dice. "Lo que sí es cierto es que ser inmigrante lleva un gran nivel de sacrificio, de arrancar la vida de cero, sin red de amigos, familia, relaciones laborales y, al mismo tiempo, esto me hizo crecer de una forma que no creo que podría haber sucedido si no me iba. Tuve que aprender a disfrutar de la inestabilidad, del riesgo, de vivir más día a día".

De nuestro país, la creativa hecha de menos la pasión, las ganas de hacer con muy poco, los amigos, la familia, pero no extraña el cortoplacismo económico y político. "Me parece que genera un daño muy grande al crecimiento del país y a los emprendedores", asegura. "Ojalá en algún momento se pueda sostener un plan para el país que exceda a los gobiernos de turno para el beneficio de todos", concluye.