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Acertijo lingüístico: ¿qué palabra en español existe y se puede pronunciar, pero no se puede escribir?

Es una de las mayores curiosidades que esconde el español o castellano, de muy difícil solución. Te contamos cuál es el término
15/09/2021 - 09:22hs
Acertijo lingüístico: ¿qué palabra en español existe y se puede pronunciar, pero no se puede escribir?

Una de las mayores curiosidades que esconde el español o castellano supone casi una especie de acertijo lingüístico de difícil solución: ¿qué palabra de la lengua española se puede pronunciar y, sin embargo, no se puede escribir?

Se trata de un caso real, reconocido por la propia RAE y la Fundéu (Fundación del Español Urgente), y supone "una excepción en el sistema ortográfico insólita e inexistente en otras lenguas".

En cierta forma, tanto el español como el castellano están llenos de curiosidades. Como lengua viva, cambia con el tiempo, se adapta al uso de la sociedad, evoluciona y sorprende, incluso a los hispanoparlantes. Estos rondan el medio millón de personas, lo que convierte al español en uno de los idiomas más hablados del mundo, en constante competencia con otros como el chino, el inglés o el hindi.

Un acertijo difícil de resolver: la palabra que se dice pero no se escribe.
Un acertijo difícil de resolver: la palabra que se dice pero no se escribe.

Esto da lugar a una amplia variedad en el uso del español -también a errores al utilizarlo-, que sorprende cada año con nuevos términos añadidos por la RAE (Real Academia Española) al diccionario: en los últimos años la Academia ha aceptado palabras como 'zasca', 'aniridia', 'ponqué', 'veragua', 'coronavirus', 'cuarentenar' y 'emoji', entre muchas otras.

Una de las mayores curiosidades que esconde el español o castellano va mucho más allá, y supone casi una especie de acertijo lingüístico de difícil solución: ¿qué palabra de la lengua española -que sí existe- se puede pronunciar y, sin embargo, no se puede escribir?

La palabra en español que se puede decir, pero que no es posible escribir, según las actuales normas ortográficas es el imperativo de 'salirle', es decir, cuando la forma verbal 'sal' del verbo 'salir' se combina con el pronombre enclítico 'le'.

Este 'sal' + 'le', que sí se puede pronunciar ("sal-le al paso"), no se puede escribir por dos motivos: por un lado, si se escribiese junto formaría la palabra 'salle', que se pronuncia diferente por tener la 'll'; por otro, las normas actuales no permiten el uso del guion.

"Ha sido costumbre desde hace mucho la intercalación de un guion" para formar sal-le. "No obstante, las Academias de la Lengua decidieron en la Ortografía del 2010 negar validez al uso del guion, sin ofrecer alternativas, por lo que esta palabra según las actuales normas no se puede escribir", explica Wikilengua del español, portal con el apoyo de Efe y Fundéu.

La RAE y las deliberaciones del español y castellano.
La RAE y las deliberaciones del español y castellano.

De esta forma, prosigue, "se introduce una excepción en el sistema ortográfico insólita e inexistente en otras lenguas: la de una palabra que no se puede escribir". 

"Este sería el único caso en el que aparecerían dentro de una palabra española dos eles contiguas, cada una de ellas perteneciente a una sílaba diferente, secuencia fónica cuya representación se halla bloqueada en nuestro sistema gráfico, puesto que concurriría con el dígrafo ll, que solo admite interpretarse como el fonema palatal lateral sonoro /ʎ/ —o, más comúnmente, debido al fenómeno del yeísmo, el palatal central sonoro /y/—", analiza por su parte la RAE.

"Así pues, nuestro sistema ortográfico no cuenta con recursos para representar la secuencia fónica consistente en la articulación de dos eles seguidas dentro de una palabra, lo que en español resulta, por otra parte, absolutamente excepcional; las grafías salle al encuentro o sal·le al encuentro no se consideran, pues, correctas", añade la Academia.

¿Cuál es la solución, entonces? La RAE solo propone alternativas que no impliquen el uso de esta palabra, como "sal al encuentro a esta persona", "sal a su encuentro", "hay que salir al encuentro de...", etc.

"Lo natural es que, en su lugar, se generen expresiones en las que el pronombre de dativo se sustituye por el sintagma correspondiente (o, incluso, por un posesivo: sal a su encuentro) o en las que el verbo salir aparece en infinitivo como núcleo de una perífrasis modal de obligación (tener que + infinitivo; deber + infinitivo; haber de + infinitivo; la impersonal haber que + infinitivo)", plantea.