En su fantástico libro "Range" David Epstein hace una analogía entre dos increíbles deportistas: Roger y Tiger.

En la primera historia, el papá del deportista empezó a entrenarlo desde los diez meses, llevándolo a los Golf Clubs, haciéndole ver videos de los mejores golfistas del mundo y regalándole palos de golf. A los dos años lo inscribió en un torneo de golf y ganó su primer torneo bajo la categoría menores de 10 años. Cuando el niño tenía cuatro, el papá lo dejaba en el court de golf a las 8 de la mañana y lo volvía a retirar a las 18 hs. A los ocho años venció a su papá por primera vez y desde allí, se transformó en un deportista número 1.

En la segunda historia, la mamá del deportista fue coach de tenis, pero nunca lo coacheó. El niño nadaba, esquiaba, practicaba skate, jugaba al basketball, tennis, futbol y handball. Con el tiempo fue descubriendo que los deportes que más le gustaban eran aquellos en donde una pelota intervenía. Su mamá jugaba al tenis y sus ansias por ganarle hizo que empezara a abandonar el resto de los deportes, incluido el futbol, deporte que amaba. Pasando los treinta años, seguía siendo el número 1 del tenis, rompiendo todos los records existentes a la fecha.

Un mismo resultado pero dos caminos diferentes para llegar a la cima

Mientras que Tiger siempre soñó con ganar todos los torneos, Roger en cambio, y según sus palabras, soñaba con "jugar alguna vez contra Boris Becker y participar de Wimbledon". Por ello, ¿Qué nos pueden enseñar estas dos historias?

Si las relacionamos con el mundo de los negocios, vemos claramente que existen dos modelos o formas de llegar a la cima:

Por un lado, ser un Tiger consiste en aplicar las 10.000 horas de práctica deliberadas y enfocarse en la hiper especialización.

Por el otro, ser un Roger implica conocer distintas disciplinas para luego, enfocarse en perfeccionar una o más de ellas con el objetivo de llegar a ser un experto generalista.

Fernando Colosimo, consultor en Generación de Nuevos Negocios

Si lo llevamos al área de ventas, podríamos pensar en dos tipos hipotéticos de perfiles:

Por ejemplo, Andrés y Sofia son especialistas en ventas, conocen todas las técnicas de cierres, estrategias de prospecting y presentación de productos y soluciones y se enfocan cada vez más en seguir perfeccionando esas técnicas (modelo Tiger).

El segundo ejemplo, Martín y Gabriela que conocen de ventas también, estudian coaching, psicología del comportamiento y marketing digital (Modelo Roger).

En relación con estos ejemplos, hemos visto que ambos modelos pueden alcanzar grandes resultados, pero claramente, no llegarán aquellos (y en general son la mayoría) que sean "híbridos" en sus elecciones del modelo a seguir y esto los llevará a carreras estancadas y provocará frustraciones profesionales. ¿Por qué no podes ser "un poquito Tiger" y "un poquito Roger"? Esa será la carta hacia el fracaso.

Otra analogía que puede ayudar a reforzar estos dos modelos son los juegos de ajedrez y el póker.

Mientras el ajedrez requiere básicamente de muchas horas de estudio de jugadas, planificación de movimientos y estrategia, el póker necesita de psicología humana, "Body Language", jugar las cartas con astucia, y habilidades en la toma de decisiones para saber cuándo y cómo apostar.

Mientras que los grandes campeones de ajedrez tienen una o dos habilidades superlativas, los campeones de póker tienen entre 3 y 5 habilidades superlativas en distintos campos, no solo en el juego.

Tu futuro depende pura y exclusivamente de tu elección

En los próximos 10 años, veremos más Tigers y Rogers exitosos en todas las industrias y profesiones por lo que cuanto antes elijas tu modelo, más rápido cosecharas éxitos tempranos o "quick wins".

Nos encontramos con un mundo cambiante, inestable, disruptivo, con "cisnes negros", imprevisible, donde la inteligencia artificial y robótica reemplazará millones de puesto de trabajo.

Como conclusión, ¿A quién te gustaría parecerte más?: Tiger Woods o Roger Federer y por qué. Cualquier otra opción que elijas pareciera estar condenada al fracaso profesional.