Enzo Copetti fue protagonista en los últimos tramos de la definición de la Liga Profesional.

El delantero de Racing llegaba a este domingo con 11 goles anotados a lo largo del campeonato para la Academia.

Después del triunfo en el Cilindro por 2 a 0 ante Atlético Tucumán, que dejó a su equipo como escolta de los xeneizes, se animó a decir: "Vamos a salir campeones. Nos quedan tres partidos más para luchar y quedarnos ahí arriba y esperar lo que pase con otros equipos", dijo.

En el encuentro de este domingo ante River también encontró la forma de erigirse como un actor clave: a los 8 minutos del segundo tiempo en Avellaneda, el atacante se adelantó a Javier Pinola, que desde atrás apoyó la mano en su espalda en el intento de neutralizarlo.

El goleador de Racing se dejó caer y el árbitro, Pablo Echevarría, que estaba lejos de la escena, cobró penal sin dudarlo.

Sin embargo, la ejecución quedó a cargo del paraguayo Matías Rojas, que convirtió para el 1 a 0 sobre el conjunto de Marcelo Gallardo.

La quietud de Copetti

Después del empate parcial marcado por el colombiano Miguel Borja a los 35 minutos de la segunda etapa, Racing contó con la gran chance de conseguir el título con un segundo penal a su favor.

A tres minutos del final, Herrera tomó a Sigali para evitar que cabecee un centro pasado, y Echevarría cobró la segunda sanción desde los doce pasos para el equipo de Gustavo Gago.

Como Rojas ya no estaba en la cancha, el encargado fue Jonathan Galván, que había ingresado minutos antes para conformar una defensa de cinco hombres.

Pero el exfutbolista de Huracán e hincha confeso de Boca le pegó muy anunciado y el derechazo fue rechazado por Franco Armani, el mejor arquero del fútbol argentino.

Nicolás Oroz tomó el rebote con su zurda, pero la mandó arriba del travesaño, pero Copetti ni siquiera atinó a buscar el rebote.

La actitud del delantero fue extraña porque sabía que Racing necesitaba la victoria mientras Boca empataba en la Bombonera con Independiente. El jugador chaqueño se quedó con los brazos en jarra, inmóvil y al borde del área.

Un pateador debutante

La decisión de patear ese penal no estaba acordada en forma previa, sino que pasaba por una cuestión de confianza.

Galván, quien por primera vez pateaba desde los 12 pasos pese que había especialistas para hacerlo, como Hauche o el propio Copetti, se mostró convencido de agarrar la pelota y pararse frente al arquero contrario.