El economista Orlando Ferreres se refirió a algunas de las medidas que el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció durante esta semana y lanzó un pronóstico que lejos está de ser optimista. "Asustan a cualquiera", advirtió.

El graduado en Economía en la Universidad de Buenos Aires y recibido del Programa Avanzado de Negocios de Harvard se refirió a los 16 tipos de cambio vigentes en el país y a la posibilidad de que Argentina alcance una inflación de tres dígitos anual, entre otras cosas.

Ferrere advierte a Massa por tipos de cambio e inflación

"Las buenas decisiones económicas traen buenas decisiones políticas y lo propio ocurre al revés", opinó Ferreres en una entrevista con el programa Modo Foontevecchia. Y agregó: "Después viene el problema de Sergio Massa, con respecto a qué medidas económicas tiene que adoptar. Las de ahora son circunstanciales, para darle algo más de dólares a las economías regionales, siempre y cuando entren en Precios Cuidados. Está la idea de que se puede controlar todo y no es así, por eso las cosas fallan bastante", advirtió.

Sobre los tipos de cambio -incluyendo el nuevo dólar para extranjeros- el economista no duda en que "puede haber más" y calculó que "el 2022 terminará con un 100,5% de inflación y el pronóstico para el 2023 es peor todavía, terminando con un 108%".

Luego se tomó el tiempo para destacar una de las medidas del "súper ministro". "En los años que no hay elecciones se pueden usar otras alternativas, como pasó con el dólar soja, que funcionó un mes, y después se eliminó. Tuvo un buen resultado en la acumulación de reservas y ese era el objetivo de corto plazo que tenía Massa. Lo logró bastante bien", aseveró.

Con nuevo dólar turista, Massa profundiza la devaluación

Sergio Massa lo hizo de nuevo: con el dólar para el turista que llega al país dio otro paso en su plan de "devaluación por goteo", que ha logrado reforzar las reservas del Banco Central sin que la presión política del kirchnerismo haya subido al grado de ponerle un freno.

Massa parece estar condicionado, no sólo por la inestabilidad, sino por las elecciones que se le vienen encima.

El turismo, después de todo, equivale a la exportación de servicios: es un rubro que no queda registrado en la balanza comercial, pero lo cierto es que cuando un visitante se va del país después de algunas semanas de estadía "se lleva puesto" todos los bifes de chorizo que comió en la calle Corrientes, más la estadía hotelera y las entradas de teatro. Hasta antes de la pandemia, los visitantes dejaban cada año más de u$s2.000 millones en el sistema financiero. Lo cual ayudaba a compensar parcialmente los dólares que se iban por el turismo emisivo, que en una situación normal podía cuadruplicar esa cifra.

Si no estuviera vigente el cepo, las arcas del Banco Central ya habrían recibido este año unos u$s1.800 millones por parte de los visitantes extranjeros. Sin embargo, los datos oficiales muestran que el ingreso acumulado de nueve meses fue de apenas u$s325 millones. Basta con saber que en octubre, después de la tregua del dólar soja, el BCRA tuvo que vender u$s489 millones y que en los pocos días transcurridos de noviembre ya sacrificó más de u$s200 millones para entender la urgencia de Massa por no regalar más divisas.