Felipe Pigna es un gran profesor e investigador de Historia, escribió varios libros relacionados con la historia de Argentina y cuenta con una amplia trayectoria en diversos medios de comunicación. En esta conversación para el ciclo Rockear las Comunicaciones, hablamos sobre la inserción de la tecnología en su vida y de las repercusiones que tiene en la historia.

-¿Qué significó la tecnología, y particularmente Internet y las telecomunicaciones, en tu vida profesional?

-Muchísimo, porque para un investigador la tecnología significó democratizar mucho la investigación. Mucha gente que no podía acceder a archivos, que no se podía costear un viaje, hoy lo puede hacer desde su casa pagando un mínimo arancel y eso hace que muchos más tengan acceso a archivos a los que antes era muy difícil de llegar, así que ese es un punto muy interesante. También la cantidad de material que hay en Internet, el que por supuesto hay que depurar. Hay que empezar a limpiar lo que dice Internet, de la "fake", que hay muchas "fakes históricas", y por lo tanto también es una tarea interesante. Pero uno ya va aprendiendo a lo largo de tantos años sobre cuáles son las páginas confiables y cuáles son aquellos lugares a los que no podés recurrir en busca de una información precisa.

Así que para mí Internet es una herramienta fundamental y, últimamente, con la pandemia, la clase por "streaming", por Zoom, fue una herramienta muy interesante que me permitió llegar al lugar en donde quizá no hubiera llegado. Estoy dando clases hace dos años ya en el Konex, de cursos…y hay gente de todos lados, de algunos pueblos chicos, gente del exterior. La verdad que se armó una comunidad muy interesante.

-¿Cómo se te ocurrió estudiar historia?, ¿Qué te inspiró?

-La verdad que me inspiró la escuela secundaria. Yo me aburría horriblemente en las clases de historia de una profesora y a la vez me venía gustando la historia, porque leía, porque era como los pibes de mi generación, que leíamos la colección "Robin Hood". Había siempre algún vínculo con la historia y no podía creer que fuera tan aburrida y ahí me puse a leer por mi cuenta cosas que la profesora no nos recitaba, y empecé a enamorarme de la historia. Terminé por encontrar mi vocación en la profesora de 5to año, que fue una gran docente que nos hizo enamorar de la historia y ahí empezó la cosa.

-Hoy existe el periodismo de datos, la comunicación de datos: ¿la historia me permite predecir el futuro?

-La historia en realidad es una herramienta absolutamente útil que tenemos a disposición para utilizarla como un elemento de análisis, de prospectiva y, además, que se usa en lo cotidiano. Una empresa cuando está analizando su futuro habla del pasado…"así como nos fue", "como queremos que nos vaya"...

-¿Te llamó alguna vez algún gobernante para preguntarte "en función de la historia que debería pasar"? 

-No, para nada. Yo creo que es una pena porque uno podría ser de bastante utilidad, sin ninguna soberbia. No hablo de mí, hablo de la disciplina; sería muy útil conocer la historia para no repetir errores, para continuar con lo que se hizo bien, para tomar ejemplos positivos, no siempre para no hacer algo, sino mucho para hacer.

-¿Hay pestes o pandemias que fueron provocadas? 

-La guerra bacteriológica es muy antigua. Por ejemplo, en la Edad Antigua se usaba arrojar apestados con catapultas sobre las ciudades sitiadas, que llegaban y transmitian automáticamente la enfermedad; muertos, cadáveres, infectados. Así fue el orígen de la peste negra, por ejemplo, de 1348, que fue una de las más tremendas de la historia de la humanidad y que tuvo que ver con el sitio del Mar Negro de unas colonias a las que fueron arrojadas en su interior en plena época de las ciudades amuralladas, cadáveres infectados. Esa gente huyó a Europa y ahí empezó el contagio de la peste negra que duró hasta el año 1351. Fue un desastre, mató a la mitad de la población y demás. O sea que sí, la peste y la cuestión bactereológica acá se usó muchísimo.

La verdad que no tenemos información seria sobre esta, es rara, da para sospechar pero no más que esto, no funciona desde el punto de vista de la seriedad histórica. No me animaría a ir mucho más allá, pero teniendo en cuenta los niveles de falta de humanidad que se usan en los tiempos modernos, en términos de tecnología militar, no sería raro, pero la verdad que tenemos que esperar a que esto se determine.

Felipe Pigna habló con Carlos Mazalán en su ciclo Rockear las Comunicaciones

-¿Qué voy a leer dentro de 30 años de lo que pasó hoy y de lo que dejaron estos 30 años?

-30 años es mucho tiempo, quizás antes. Estuve en Europa hace poco, antes de la peste, y ahí lo que estaba ocurriendo es la creación en muchas universidades muy prestigiosas de lo que llaman cátedras de historia inmediata, es decir, la historia que está ocurriendo. En ese caso, estaban trabajando la guerra en Siria, por ejemplo, donde la veían con perspectiva histórica. Esto es el desarrollo de los hechos contemporáneos, de lo que está ocurriendo y que pueda aportar la historia en cuanto a porqué se produjo esa guerra, cuáles son los elementos que llevaron a esta situación actual, y todo lo que pueda ayudar a entender el presente.

En este sentido, la historia tiene mucho para aportar, pero evidentemente el tiempo de "profilaxis", como se llamó, el tiempo que habría que dejar pasar para inscribirse en que un hecho se ha cortado mucho porque se han acelerado los tiempos. Hoy en día no es que pasen muchas más cosas, sino que nos enteramos de muchas más cosas y también pasan muchas más cosas porque se producen hechos políticos mucho más rápido porque todos los políticos se manejan en redes y por lo tanto, los hechos políticos van sucediendo vertiginosamente. Lo que antes requería una conferencia de prensa, que era una por semana, hoy tenés 10 comunicados por día de 25 referentes distintos, con lo cual hay más hechos.

-Felipe, déjame que diga la palabra "ética" y la divida en dos partes, en la parte histórica y en la parte presente: ¿cómo "mixeas" esto de la ética?

-La "ética" es una palabra que me encanta, me parece que es muy linda pero que lamentablemente suena antigua. Es una palabra hermosa que habla de ser ético, de ser coherente, de vivir como se piensa y pensar como se vive. Yo creo que es muy importante el no fallar, no fallarle a los demás. Empezando por el entorno más inmediato, que es tu primer espejo, entonces creo que pienso en la palabra que me encanta y trato de aplicar por supuesto todo el tiempo.

Por Carlos Mazalán (@cmazalan), comunicador y presidente de Mazalán Comunicaciones.