Un operario de tierra en un aeropuerto murió de una manera extraña, pero que ha ocurrido otras veces. Fue succionado una de las turbinas de un avión que estaba en la zona de las mangas para el ascenso y descenso de los pasajeros. Su deceso fue instantánea.

La investigación inicial determinó que la muerte no se debió a una falla en los protocolos del aeropuerto que rigen el movimiento de un avión desde que aterriza hasta que se detiene para el descenso de los pasajeros. Ni tampoco de los elementos que se mueven en torno a una nave: la manga para los pasajeros, el descenso del equipaje o la recarga de combustible.

Todo hace concluir que la persona que fue literalmente "absorbida" por la turbina tomó la trágica decisión de quitarse la vida.

Por eso la compañía involucrada en este incidente informó que por respeto a su familia no daría información adicional sobre su identidad.

Una trágica decisión personal

La asistencia al vuelo 1111 de Delta Airlines estaba ya colocado con su puerta a la altura de la manga para el descenso de los pasajero. Un motor estaba encendido - la turbina izquierda - cuando se produjo el triste episodio: un trabajador del personal de asistencia al avión murió de manera instantánea cuando estaba delante de la turbina que lo succionó.

Eran casi las 10 y media de la noche en el aeropuerto de San Antonio, Texas en los Estados Unidos. La investigación que comenzó de inmediato logró determinar que habría sido la decisión personal de quitarse la vida, por parte de esa persona, lo que generó ese momento una crisis en el aeropuerto de esa ciudad.

Tragedia en Estados Unidos: un operario murió succionado por el motor de un avión

Es por eso que Unifi Aviation, la empresa de emplea al personal que asiste a la aerolínea Delta decidió que como no hubo fallas en los procedimientos y todo responde a una acción desesperada de una persona, no se darían más datos sobre este caso. Ahora, todo corre por cuenta de la policía de San Antonio y de los familiares.

Investigación en un caso que no es único

Ya ha pasado, a lo largo de la historia de los aviones a reacción, que las turbinas han succionado a personas por la enorme fuerza de absorción que poseen. Muchos casos sucedieron con errores, o fallas, de las maquinarias o de los protocolos que norman todos los movimientos en torno a un avión, para seguridad y eficiencia.

Cuando se detectaron fallas o errores, las compañías aéreas o las del personal de pista recibieron fuertes sanciones que van desde multas, condenas e indemnizaciones a las familias de las vícitmas.

Resta todo el desarrollo de la investigación por parte de la junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), pero por el momento, ni Delta ni Unifi Aviation serían responsables por la decisión trágica que tomó esa persona.