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Este empresario argentino dejó una vida de lujos para convertirse en rescatista y salvar a más de 20.000 perros

Hasta que no haya perros en la calle, este argentino rescata y ayuda a cuánto perro le sea posible y genera conciencia en jardines de infantes y escuelas
08/12/2023 - 13:22hs
Este empresario argentino dejó una vida de lujos para convertirse en rescatista y salvar a más de 20.000 perros

En medio del monte de la provincia de Santiago del Estero existe un lugar especial donde los perros son los protagonistas. Se trata de Montecito de los Canichones, un refugio para animales abandonados y maltratados que, gracias al esfuerzo y la dedicación de Eduardo Groh Riemersma, logró convertirse en un símbolo de la lucha por el bienestar animal. En 20 años lleva rescatados más de 20.000 perros.

Groh Riemersma (47), a quien sus amigos apodan "el Polaco", es licenciado en Marketing y llegó a convertirse en un empresario exitoso. Tenía una empresa de servicios y trabajaba para el magnate húngaro-estadounidense George Soros. Su vida, cuenta, transcurría en una burbuja de fiestas electrónicas, autos de lujo y viajes en primera clase. "Vivía dentro de la Matrix". Pero un buen día llegó un perro mestizo a cambiarle la vida para siempre. "Beethoven me salvó. Me hizo frenar, apagar la música electrónica", dice.

El Polaco siente un profundo amor por los perros desde la infancia. Sin embargo, para la versión del Polaco "chico bien", los perros eran de raza y con pedigree. Por lo menos así fue, hasta que en 2003 el padre de una ex novia le regaló un cachorro que creían Siberiano. Brunilda, su dogo, acababa de fallecer y su ex suegro gentilmente pensó en cómo llenar ese espacio vacío de su yerno. "Pero Beethoven de Siberiano no tenía nada, se le estiró el hocico, se le bajaron las orejas y se le cayeron los pelos; Beto, mi amigo, mi hermano, mi todo era un perro de la calle, un callejerito".

Beethoven era uno de los 9 cachorros de una perra que abandonaron embarazada, y era el único que logró sobrevivir a las pesadas ruedas de un camión que los pasó por encima. Así, el Polaco descubrió el triste destino al que son sometidos cientos de perros cuando son abandonados a su suerte.

"Desde el día que supe de dónde venía Beethoven empecé a bajar los vidrios de la camioneta para ver si me cruzaba otros perros abandonados en el camino", recuerda.

Su trabajo y su carrera empresarial perdieron sentido; para el nuevo Polaco, el éxito se mide desde entonces en la cantidad de perros rescatados y en el amor que da y recibe de sus amigos de cuatro patas (y de dos o de tres, porque muchos son discapacitados o por algún accidente perdieron alguna de sus patas). "Me convertí en los perros sarnosos que rescataba. Nunca voy a olvidar con el asco que me miraban los que me conocían de mi antigua vida cuando llegaba a una veterinaria con un perro sarnoso en brazos".

El Polaco y Beethoven, el perro que lo salvó  y salvó la vida de más de 20.000 perros
El Polaco y Beethoven, el perro mestizo que lo salvó a él y a la vida de más de 20.000 perros callejeros

A los primeros perros que rescató, los llevó a un predio de una hectárea de su empresa, pero cuando llegó a los 30 y como allí entraban y salían camiones, consideró que era peligroso para los "canichones", como llama el Polaco a los perros callejeros. Entonces decidió mudarse y darles un espacio libre de peligros y exclusivo para ellos.

Convencido a convertirse en rescatista, el Polaco vendió entonces su empresa y reinvirtió el dinero en un terreno de la ciudad para armar el primer refugio, El Montecito de los Canichones. Sin embargo, allí estuvo solo un par de años.

Desde el 2005, el refugio está a unos 35 kilómetros del centro de Santiago del Estero, en medio del monte en un predio de 50.000 metros cuadrados. "Lo compré por la necesidad de sacar a los perros de la ciudad que por la pirotecnia, los bocinazos y los vecinos espantosos que tenía, la pasábamos mal y era un martirio. Cuando llegamos acá no teníamos agua potable, ni luz. Fue muy duro trasladarnos, pero a su vez muy gratificante porque acá sí los perritos tienen paz. Ahora estamos construyendo nuestra propia veterinaria y somos el primer refugio de toda Sudamérica que se alimenta de energía solar", cuenta a iProfesional el Polaco con algunos de los 600 perros que hoy cuida ladrando de fondo.

Cómo son los perros rescatados

El Polaco se especializa en rescates traumáticos, es decir, perros que son víctima de la brutalidad y maldad más extrema del ser humano: perros desnutridos, abichados, mutilados o quemados. También rescata perros discapacitados y longevos, esos que injustamente a nadie quiere adoptar.

"A los humanos nos pasa algo muy puntual que se llama miseria. El odio que genera el ser humano por la envidia, la maldad y la frustración hace que la persona sea una bomba de tiempo que cuando explota se desquita con los que menos se pueden defender, los animales", se lamenta el Polaco.

También aclara que hizo rescates de otros animales como lechuzas, zarigüeyas, caballos, un puma bebé, osos hormigueros y hasta una boa constrictora.

Abandados y maltratados de las formas más crueles son los perros a los que el Polaco les da una segunda oportunidad
Abandados y maltratados de las formas más crueles son los perros a los que el Polaco les da una segunda oportunidad

Aunque Montecito está pensado para que los perros rescatados vivan de por vida allí, algunos son adoptados por familias decididas a cuidarlos. "Pero somos muy exigentes, no les damos los perros a cualquiera. Nosotros no queremos ni necesitamos sacarnos a los perros de encima", aclara el Polaco.

El refugio tiene entonces un equipo de adopciones que se encarga de visitar el domicilio de la familia adoptante para saber cómo viven y conocer su entorno. Una vez entregado el perro, aclara, el equipo de adopciones hace un seguimiento del estado del animal durante al menos seis meses.

Para sostener el refugio, comprar el alimento y darle a cada animal la atención veterinaria que necesita, además de donaciones, El Montecito de los Canichones tiene alrededor de 15.000 madrinas y padrinos que hacen aportes solidarios. También se autosustenta con las charlas, cursos y talleres que el rescatista da personalmente.

Un trabajo desde las escuelas 

Desde hace 12 años, el refugio ofrece programas de educación y concientización sobre el cuidado animal, y trabaja para promover la adopción responsable de mascotas. 

"La educación es el rol primario que nadie ve. La historia no es sacar perros de la calle, sino que es educar a los chicos para que no los abandonen. Cuando en uno, diez o cincuenta años, no me importa el tiempo, no haya en Santiago del Estero perros en la calle, va a ser resultado de la educación. No por castración o por levantarlos de la calle".

Para generar conciencia en los niños, el Polaco suele ir a las escuelas acompañado de sus perros ciegos o amputados que se movilizan con carritos, canichones patiruedas los llama. "Viéndolos e interctuando con ellos, los chicos entienden bien cómo terminan los perritos que son tirados en la calle por su mamá, por su pariente o su vecino".

El objetivo es luchar para poner fin al maltrato de animales a través de programas educativos
El objetivo es luchar para poner fin al maltrato de animales a través de programas educativos

Para el Polaco, es importante que la sociedad colabore al menos ayudando a un perro callejero. "Si cada uno ayuda a un perrito callejero, se termina el problema. No es necesario que tengan 600 como yo, solo uno".

Beethoven falleció hace tres años, pero vive en los más de 20.000 perros que el Polaco lleva rescatados.