"La muerte no es el final", escribió el papa Francisco en el prólogo de un libro que se publicará post mórtem
Al día siguiente de la muerte del Papa Francisco, mientras se definen los detalles de su funeral en el Vaticano, se dio a conocer el prólogo de un libro escrito por el pontífice para un cardenal con quien compitió en el cónclave de 2013. En el texto, dirigido a Angelo Scola, Francisco afirma: "La muerte no es el final de todo, sino el comienzo de algo".
El prólogo, escrito una semana antes de su internación en el Policlínico Gemelli, pertenece al libro "Esperando un nuevo comienzo, reflexiones sobre la vejez", de Scola, que se presentará este jueves. En él, Bergoglio señala que la muerte representa "un nuevo comienzo", ya que la vida eterna, experimentada por quienes aman a través de sus acciones cotidianas, es el inicio de algo que no tendrá fin.
"La vejez no es un problema, es una gracia", afirmó Francisco en un texto antes de su muerte
En el texto, Francisco dice que "es precisamente por eso que se trata de un 'nuevo' comienzo, porque experimentaremos algo que nunca hemos experimentado plenamente: la eternidad", y que eso es una "consoladora certeza".
El Papa expresó haber leído "con emoción" las páginas que surgen del pensamiento y afecto de Angelo Scola, a quien consideró un "querido hermano en el episcopado" y destacó su trayectoria en la Iglesia, incluyendo su rol como rector de la Pontificia Universidad Lateranense, patriarca de Venecia y arzobispo de Milán.
"En la elección de la palabra 'viejo', ya encuentro una coincidencia con el autor", añadió. El cardenal Scola fue uno de los "rivales" de Francisco en el cónclave de 2013, cuando fue elegido Papa.
En el prefacio del libro el Pontífice seguía: "Sí, no hay que temer a la vejez (…) No hay que tener miedo de abrazar la vejez, porque la vida es vida, y edulcorar la realidad es traicionar la verdad de las cosas".
Y advertía que "devolverle el orgullo a un término a menudo considerado insano es un gesto que debemos agradecer al cardenal Scola, porque decir 'viejo' no significa 'ser desechado', como a veces nos hace pensar una cultura del descarte degradada".
En realidad, según él, "decir viejo, en cambio, significa decir experiencia, sabiduría, conocimiento, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud... ¬¡Valores que necesitamos desesperadamente!".
Bergoglio afirmaba que "es cierto que envejecemos, pero ese no es el problema: el problema es cómo envejecemos. Si vivimos esta etapa de la vida como una gracia, y no con resentimiento; si acogemos con gratitud y reconocimiento el tiempo (aunque sea largo) en el que experimentamos una disminución de las fuerzas, el aumento de la fatiga corporal, los reflejos que ya no son los de la juventud, pues bien, incluso la vejez se convierte en una etapa de la vida, como nos enseñó Romano Guardini, verdaderamente fructífera y capaz de irradiar bien".
Francisco en su prólogo póstumo: la vejez como un nuevo comienzo de esperanza
El Papa destacó en su reflexión cómo Scola resalta "el valor humano y social de los abuelos". En sus palabras, Francisco recordó que "el papel fundamental de los abuelos es clave para el desarrollo equilibrado de los jóvenes y, en definitiva, para una sociedad más pacífica".
Y sostuvo: "Su ejemplo, sus palabras y su sabiduría pueden inculcar en los más pequeños una visión a largo plazo, la memoria del pasado y el arraigo en valores duraderos".
El Pontífice también remarcó que "en el frenesí de nuestras sociedades, a menudo enfocadas en lo efímero y en la apariencia superficial, la sabiduría de los abuelos se convierte en un faro que ilumina la incertidumbre y guía a los nietos, quienes pueden extraer de su experiencia algo más que la cotidianidad".
Asimismo, Francisco resaltó que las palabras de Scola dedicadas al sufrimiento, comúnmente asociado al envejecimiento y la muerte, son "joyas preciosas de fe y esperanza". Y añadió que "esta es precisamente la conclusión de las páginas de Angelo Scola, una confesión sincera de cómo se prepara para el encuentro final con Jesús".
El último adiós: "Unidos por la gratitud"
El Papa cerró su prólogo expresando: "Con estas páginas en mis manos, me gustaría repetir el mismo gesto que hice al vestir el hábito blanco del Papa en la Capilla Sixtina: abrazar con gran estima y afecto a mi hermano Angelo, ahora ambos mayores que aquel día de marzo de 2013. Pero siempre unidos por la gratitud hacia este Dios amoroso que nos ofrece vida y esperanza a cualquier edad".
El texto, fechado el 7 de febrero de 2025 en la Ciudad del Vaticano, fue escrito una semana antes de que el Papa fuera ingresado en el Policlínico Gemelli. El prólogo fue revelado este martes, tan solo 24 horas después de la muerte del Pontífice argentino.