Histórico funeral del papa Francisco: se espera una multitud de fieles en las calles de Roma
Al menos 250.000 fieles acudieron a la Basílica de San Pedro para darle el último adiós al papa Francisco, según informó la Oficina de Prensa del Vaticano.
Durante los tres días en que se expusieron las exequias de Jorge Bergoglio, hombres, mujeres y niños de muchas partes del mundo mostraron sus respetos al ex arzobispo de Buenos Aires.
Este viernes por la tarde, se llevó a cabo el rito del cierre del féretro de Francisco, para dejar el ataúd dispuesto para el histórico funeral que tendrá lugar este sábado por la mañana.
Último adiós al papa Francisco: el Vaticano cerró el ataúd y dejó todo listo para el funeral
Entre las 17 y las 18 (hora local) finalizó el acceso a la fila, con el objetivo de "mantener el horario de cierre y permitir el acceso a la Basílica a quienes estén en la cola", indicó el sitio Vatican News.
A las 20 (a las 15, hora Argentina), en presencia de unos pocos altos prelados y de los familiares del difunto, comenzó el rito del cierre del féretro.
"Francisco dejó a todos un maravilloso testimonio de humanidad, de vida santa y de paternidad universal", con estas palabras concluye el "Acta para el Piadoso Tránsito", el documento que relata su vida y su obra, colocado este viernes dentro del féretro durante el rito de clausura, en la Basílica de San Pedro.
Antes de ser sellado, el ataúd fue objeto de un rito especial, similar al que tuvo lugar cuando el cuerpo fue trasladado a la Basílica de San Pedro. En esta ceremonia, el camarlengo Kevin Farrell realizó la aspersión con agua bendita y rodeó el féretro con incienso. Este gesto, tradicional en los funerales papales, simboliza la purificación del alma y la plegaria de los fieles que asciende a Dios.
A continuación, se colocó un velo blanco de seda sobre el rostro del pontífice, "como símbolo del alma entregada a Dios". Dentro del féretro también se depositaron elementos con profundo valor simbólico: "Una bolsa de terciopelo rojo con monedas conmemorativas por cada año de papado, una cápsula metálica sellada donde habrá un acta de su pontificado escrita en latín, su cruz pectoral y su biblia que leía habitualmente".
El cierre del ataúd se realizó en absoluto silencio, empleando "una cinta de lino cruzada y lacre vaticano", lo que representa la solemnidad del momento y el respeto por el Papa fallecido.
Se espera un funeral multitudinario
El Vaticano difundió el libreto oficial que regirá la ceremonia fúnebre, la cual tendrá lugar el sábado 26 de abril a las 10 de la mañana en Roma (5 AM en Argentina). Se anticipa que la misa será "solemne y llena de símbolos", como las de sus antecesores, aunque marcada por la impronta personal que Francisco quiso dejar incluso en la muerte.
Tal como él pidió, será despedido como "un pastor y no un monarca". De todas formas, se espera que una multitud siga el funeral y habrá unos cincuenta presidentes: además de Javier Milei, estarán Donald Trump, su antecesor, Joe Biden, Giorgia Meloni, Emmanuel Macron, Javier Milei, Lula da Silva, don Felipe y doña Letizia, Ursula von der Leyen y otros jefes de Estado y monarcas.
En tanto, las autoridades de Roma esperan que una gran cantidad de gente participe mañana de la ceremonia. "Esperamos unas 200.000 personas mañana para el funeral, pero estamos preparados para acoger aún a más gente. Hemos ampliado las pantallas gigantes a la Piazza Cavour", dijo el prefecto de Roma, Lamberto Giannini, al término del Comité de orden público y seguridad.
"Registramos una gran afluencia de fieles en San Pedro y tuvimos que aplicar momentos de cierre para evitar la aglomeración y que alguien en la cola no pudiera entrar. Alguien protestó pero no hubo problemas".
El cortejo fúnebre recorrerá unos seis kilómetros por las calles de Roma hasta su última morada, pasando frente a monumentos icónicos como el Coliseo.
El pedido del papa Francisco sobre su funeral
Uno de los aspectos más llamativos es la modificación del protocolo tradicional. Francisco pidió que su féretro no sea elevado sobre un catafalco, sino que "esté al ras del suelo", como expresión de humildad. También eliminó el uso de los tres ataúdes -de ciprés, plomo y roble- que solían emplearse en ceremonias anteriores, en consonancia con su constante defensa de "una Iglesia pobre para los pobres".
En cuanto al vestuario litúrgico, se seguirán los lineamientos establecidos por el ceremonial vaticano: los patriarcas y cardenales vestirán mitras de damasco blanco, mientras que arzobispos y obispos llevarán mitra blanca sencilla, amito y cíngulo.
Durante la misa, se usará únicamente la fórmula "papa Francisco" para referirse al pontífice difunto. Este fue uno de los detalles que el propio Papa dispuso antes de su partida, evitando títulos extensos o fórmulas pomposas.
El rito incluirá el canto del Kyrie, primera parte del Ordinario de la Misa. Luego, el cardenal Re leerá la siguiente oración: "Dios, eterno pastor de almas, vuelve tu mirada sobre el pueblo que te suplica y concede a tu siervo, el Papa Francisco, que ha presidido tu Iglesia en la caridad, que comparta con el rebaño que le ha sido confiado la recompensa prometida a los fieles del Evangelio".
En respuesta, los fieles rezarán: "Por el difunto Papa Francisco, para que el Príncipe de los Pastores, que siempre vive para interceder por nosotros, lo acoja benignamente en su reino de luz y de paz".
Se espera una multitudinaria participación en esta despedida. Más de 150 delegaciones internacionales han confirmado su presencia, incluyendo jefes de Estado como el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente argentino Javier Milei. Los vuelos y alojamientos en Roma están completamente reservados, lo que refuerza la expectativa de una asistencia masiva. Algunos estiman que podría haber hasta medio millón de personas congregadas en la plaza y sus alrededores.
Francisco, con su estilo sencillo, pero profundamente pastoral, deja un legado que resuena más allá de las fronteras eclesiales. Su funeral será, sin duda, no solo un homenaje a su figura, sino también una reafirmación de los valores que promovió: cercanía, humildad, compasión y justicia social.