• 13/12/2025
ALERTA

Murió el expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica, un símbolo a nivel mundial

Enfermo de cáncer, el ex mandatario falleció a los 89 años. Fue una figura singular de la política latinoamericana que dejó un legado político y humano
13/05/2025 - 16:29hs
Murió el expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica, un símbolo a nivel mundial

Falleció el expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica a los 89 años, luego de que su salud se viera deteriorada por un cáncer de esófago, que se extendió al hígado.

Su muerte fue anunciada por el presidente uruguayo Yamandú Orsi. "Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo", informó Orsi.

Hasta el último momento, permaneció en su chacra de Rincón del Cerro, en la que recibió cuidados paliativos para llevar de la mejor manera posible el dolor. Así lo había confirmado el fin de semana por su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, quien explicó que el objetivo había sido garantizarle calidad de vida en este tramo final.

"Estamos haciendo lo necesario para que viva este último pasaje de su vida lo mejor posible", resaltó Topolansky unos días antes de la muerte. "Yo estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final, eso fue lo que prometí. Lo que tratamos de hacer es reservar la intimidad de nuestra familia, pero con un personaje como Pepe es medio imposible", añadió.

La fase final del cáncer del expresidente uruguayo, Pepe Mujica

En enero, Mujica hizo público que el tumor se había extendido a otros órganos, y que, debido a su avanzada edad y otras enfermedades crónicas que padece, no era posible continuar con tratamientos agresivos. "No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta", explicó entonces en una entrevista con el semanario Búsqueda. "Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso".

El tema volvió a cobrar relevancia este domingo, en el marco de las elecciones departamentales y municipales, cuando Mujica no concurrió a votar por primera vez desde 1985, año en que fue liberado tras pasar más de una década preso durante la dictadura cívico-militar (1973–1985), por su militancia como dirigente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.

De hecho, en las últimas décadas, Mujica mantuvo una participación activa en todos los procesos electorales, incluso en condiciones adversas de salud. En los comicios presidenciales del año pasado, por ejemplo, se presentó a votar en silla de ruedas durante la primera vuelta, y caminó con bastón hasta su mesa en el balotaje.

Este año, su frágil estado de salud hizo que no pudiera ir a votar. "El traslado en el vehículo era mucho para él, y la médica le recomendó que no fuera", había detallado su esposa. 

Fue una figura singular de la política latinoamericana, cuya vida encapsula medio siglo de historia uruguaya: desde la lucha armada y la prisión bajo la dictadura, hasta la presidencia de uno de los países más progresistas de la región. Falleció a los 89 años, enfrentando un cáncer terminal. Pero su legado político y humano permanecerá vigente en Uruguay y en el mundo.

Quién fue José "Pepe" Mujica

Nacido el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Mujica creció en una familia humilde y se vinculó desde joven a la militancia política. En la década del '60, se sumó al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), un grupo guerrillero de izquierda que buscaba una transformación radical del país, inspirado en la Revolución Cubana y en respuesta a las desigualdades sociales crecientes.

Participó activamente en operaciones armadas, como la toma de Pando en 1969, y fue herido en varios enfrentamientos. La violencia política se intensificó a comienzos de los años 70, y en 1972 fue arrestado por las fuerzas de seguridad. Desde entonces comenzó un capítulo oscuro y determinante de su vida: la prisión política.

Durante la dictadura cívico-militar que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985, Mujica fue uno de los nueve "rehenes" de la dictadura: dirigentes tupamaros que fueron mantenidos en condiciones inhumanas, incomunicados, trasladados constantemente y sometidos a aislamiento extremo. Estuvo encarcelado en condiciones que rozaban la tortura psicológica, lo que dejó secuelas en su salud y carácter, pero también lo templó como figura política.

Su experiencia fue retratada en la película La noche de 12 años (2018), basada en hechos reales. Su liberación llegó con el retorno de la democracia en 1985, cuando se aprobó una amnistía general para presos políticos.

Lejos de abandonar la política, Mujica se integró plenamente a la vida democrática, participando activamente en la construcción del Frente Amplio, una coalición de izquierda que comenzaba a crecer con fuerza en Uruguay. Fue electo diputado en 1995 y senador en el año 2000.

En 2005, con la histórica victoria del Frente Amplio y la llegada de Tabaré Vázquez a la presidencia, Mujica fue nombrado Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca. Desde ese cargo, impulsó políticas de desarrollo rural, apoyo a pequeños productores y una visión pragmática del campo como motor económico.

Su llegada a la presidencia y los cambios estructurales que impuso su Gobierno

En 2009, José Mujica fue elegido presidente de la República Oriental del Uruguay, con el 52% de los votos. Su llegada al poder fue todo un símbolo: un ex guerrillero, austero y directo, se convertía en jefe de Estado en una democracia estable y moderna.

Su presidencia estuvo marcada por avances legislativos de gran impacto social: la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y, sobre todo, la regulación del mercado de la marihuana, que convirtió a Uruguay en pionero a nivel mundial.

En lo económico, mantuvo un perfil moderado, con crecimiento sostenido, mejora en indicadores sociales y consolidación de políticas sociales heredadas del Frente Amplio. Mujica era tanto una figura institucional como un símbolo alternativo de poder: donaba gran parte de su salario, vivía en su modesta chacra en las afueras de Montevideo, y se desplazaba en su ya famoso Volkswagen Escarabajo celeste.

Su forma de ser -austera, filosófica, rebelde y a menudo disruptiva- lo convirtió en una figura admirada a nivel global. Fue invitado a foros internacionales, a dar discursos en Naciones Unidas y fue protagonista de múltiples documentales y entrevistas.

Temas relacionados