• 4/12/2025
ALERTA

2 mega empresarios argentinos perdieron sus yates de lujo casi al mismo tiempo

Cine, helipuerto, piscina, gimnasio y hasta un almacén de vinos son algunos de los lujos de los que los dirigentes debieron desprenderse
14/07/2025 - 18:25hs
Yate de lujo de José Luis Manzano

El capitalismo de amigos es una categoría universal, pero en la Argentina se ha desarrollado sin ningún tipo de inconvenientes desde el retorno de la democracia en 1983.

Antes de citar una extensa lista de empresarios que debieran ser catalogados de esa manera, es preciso definir la categoría.

José Luis Manzano y Mauricio Filiberti, los "amigos" del poder

El capitalismo de amigos es un sistema económico en el que las empresas prosperan no como resultado de la libre empresa, sino como un retorno del dinero acumulado a través de la colusión entre una clase empresarial y la clase política.

Esto a menudo se logra mediante la manipulación de las relaciones con el poder estatal por parte de los intereses comerciales, en lugar de la competencia sin restricciones, para obtener permisos, subvenciones gubernamentales, exenciones fiscales u otras formas de intervención estatal sobre los recursos donde los intereses comerciales ejercen una influencia indebida sobre el despliegue de bienes públicos por parte del estado.

Pero, para no abundar en una lista extensa de empresarios del tipo citado más arriba, bastará con nombrar a dos emblemáticos hombres de negocios que tienen en común la afición por la náutica y los yates de lujo: José Luis Manzano y Mauricio Filiberti.

Los dos fueron noticia, recientemente, por sus hobbys náuticos.

Mientras que al exministro de interior de Carlos Menem, se le incendió un lujoso yate en la Riviera francesa y la justicia de ese país investiga las causas del hecho, al empresario dueño de la empresa Transclor que amasó una fortuna vendiéndole cloro a la empresa pública AySA, desde el año 2009, durante las administraciones kirchneristas y, en particular, durante la gestión de Malena Galmarini, el yate que fuera de su propiedad, Attila, encalló en España, en Formentera y quedó atrapado en el mar azul del Mediterráneo, el 3 de julio pasado.

Al menos quedó encallado en un paraíso porque Formentera es una isla española situada en el mar Mediterráneo y forma parte, junto con Mallorca, Menorca e Ibiza, de la comunidad autónoma de las Islas Baleares. El problema para las autoridades españolas es que no se sabe a quién pertenece el lujosísimo yate del que Filiberti se desprendió por una suma cercana a los 130 millones de dólares.

Construido en 2019 por el prestigioso astillero italiano Sanlorenzo, el Attila es un símbolo flotante del lujo excesivo y de la sofisticación. Aunque hoy su figura impone desde la orilla por motivos accidentales, su historia es tan opulenta como sus acabados interiores. Hasta hace poco, pertenecía al empresario argentino Mauricio Filiberti, magnate del sector electroquímico con la firma Transclor y accionista de la energética Edenor. 

Junto a su conocido José Luis Manzano, Filiberti, no solo comparte la afición por los barcos lujosos, sino también por dar luz a los porteños y bonaerenses.

En el caso del político mendocino, Manzano, oriundo de Tupungato, que en las épocas del menemismo acuñó la frase que siempre negó haber dicho, pero que el periodista Horacio Verbitsky reivindicó y lo marcará por siempre, "yo robo para la corona", posee intereses en la empresa Edenor y en la energética Metrogas. 

Y, en esa liga, comparte intereses con Mauricio Filiberti que integró el consorcio que, junto con Daniel Vila y José Luis Manzano, creó Energía del Cono Sur (Edelcos).

A través de esa sociedad le pagaron u$s100 millones a Pampa Energía para quedarse con el 51% de Edenor. La empresa privatizada brinda servicio eléctrico en la zona norte de la Ciudad de Buenos y el GBA. Su cartera de clientes suma 2,5 millones, que equivalen a 9 millones de usuarios. Uno de los amigos que comparten es Sergio Massa y, en círculos empresarios, se afirma, en voz baja, que, a través del dirigente de Tigre, se abren las puertas al gobierno del "libertario" Javier Milei.

Especulaciones políticas que siempre ocurren cuando el capitalismo de amigos es el único que se reconoce como exitoso en la República Argentina.

La maldición de los yates de lujo

Evitaremos hablar del sonado caso judicial que involucra al poderoso dirigente del justicialismo de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, porque no se puede decir que esté en la misma categoría que José Luis Manzano, alejado de la política representativa desde la década del 90, o de Mauricio Filiberti que golpea puertas políticas con los papeles de su empresa bajo el brazo.

Pero, la coincidencia llamativa de los infortunios náuticos de dos yates relacionados con dirigentes argentinos en el mismo mes, merece una descripción de los mismos.

El ex yate de Filiberti, que vendió a no se sabe quién, deja por el suelo al de Manzano. El Attila del "Mister cloro", es un megayate según el concepto de la revista especializada en la materia, Boat International. 

El 64Steel Attila es de un astillero italiano, tiene de 64 metros de largo, cinco plantas (cubiertas), helipuerto, sauna, gimnasio, una piscina de cinco metros de largo con piso transparente que funciona como techo de la cubierta de abajo, donde hay un ambiente llamado "club de playa". Según la Boat Internacional, "en la lista de deseos del propietario había un abundante almacenamiento de carne y vino, amplias instalaciones de cine, una terraza completa para él y su esposa". Es que se trata de barcos encargados a medida del propietario.

Esa casa rodante del mar es la que encalló en el paraíso de las Baleares.

El Sea Lady II, incendiado en la Rivera francesa, de José Luis Manzano, fue construido en 2003 por el astillero francés Ocea. Es una nave de lujo valuada en más de 30 millones de euros. Poseía cuatro cubiertas, concapacidad para doce personas, interiores con terminaciones de alto nivel y tecnología de navegación de última generación. Hablamos en pasado porque su pérdida fue total. El incendio no solo afectó la embarcación, sino también parte del muelle y obligó al despliegue de un operativo especial para evitar un derrame de combustible. Se colocaron barreras anticontaminación para contener los residuos y proteger las aguas del puerto.

El yate era alquilado por celebridades artísticas, deportivas y empresariales y generaban un ingreso extra al poderoso empresario mendocino que, por estos días, quiere quedarse con Telefe. Pero esa es otra historia.

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