Hubo incidentes y máxima tensión con la policía, en una nueva marcha de jubilados en el centro porteño
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En una nueva jornada de protesta en el centro porteño, jubilados y distintas organizaciones sociales se movilizaron este miércoles hasta Plaza de Mayo para exigir un aumento real en sus haberes y un refuerzo sustancial en los bonos que reciben. La protesta, que ya es habitual cada semana, volvió a estar atravesada por un importante despliegue de seguridad y por tensiones con la policía.
Al estar totalmente vallado el Congreso, los manifestantes redireccionaron sus habituales protestas hacia la Plaza de Mayo, en medio de un fuerte operativo policial.
Nueva marcha de jubilados y organizaciones sociales, en medio de un fuerte operativo policial
El reclamo central apunta a elevar la jubilación mínima, garantizar el acceso a medicamentos y tratamientos suspendidos en los últimos meses y restituir el sistema de movilidad previsional. También hubo fuertes críticas al "plan de ajuste brutal que impone el FMI y que impacta en los sectores más vulnerables", según expresaron los voceros de la convocatoria.
Además de los jubilados, se sumaron trabajadores de diversas áreas, agrupaciones estudiantiles, organizaciones de derechos humanos y delegaciones sindicales como las de Georgalos y Secco, en una muestra de apoyo transversal ante el avance del ajuste.
La movilización comenzó frente al Congreso y se desplazó en dirección a Plaza de Mayo. En ese trayecto, efectivos de la Policía de la Ciudad intentaron evitar cortes totales sobre Avenida de Mayo, y se produjeron algunos forcejeos e incidentes menores. A la altura de la calle Libertad, los agentes formaron un cordón para frenar el avance de las columnas.
El operativo incluyó vallados en los principales accesos a la Plaza del Congreso, cortes preventivos en Callao y Rivadavia y una fuerte presencia de Policía Federal y Policía de la Ciudad, lo que complicó el tránsito en toda la zona céntrica.
Uno de los puntos más conflictivos de la jornada fue el rechazo generalizado a los vetos del presidente Javier Milei, especialmente sobre la ley de incremento de la jubilación mínima, la moratoria previsional y el proyecto de emergencia en discapacidad. Según advierten las organizaciones convocantes, estas medidas afectan de manera directa a millones de personas, en su mayoría mujeres que no llegan a cumplir los años de aportes requeridos.
También denuncian un proceso de vaciamiento del PAMI, la falta de entrega regular de medicamentos y un deterioro cada vez más profundo en el acceso a la salud para los adultos mayores. A eso se suma la incertidumbre sobre los bonos extraordinarios, que muchos consideran insuficientes frente al constante aumento del costo de vida.
En paralelo, los manifestantes apuntaron contra lo que califican como una "represión sistemática" por parte del gobierno. Recordaron los casos de Matías Aufieri (abogado del CeProDH), Jonathan Navarro y el fotoperiodista Pablo Grillo, todos heridos en represiones previas. "Nos quieren sacar de las calles con palos, pero vamos a seguir luchando", señalaron.
La consigna de la jornada incluyó el rechazo explícito a los vetos presidenciales y un llamado a "unir todas las luchas" frente a un escenario que combinan inflación alta, recesión, pérdida de derechos y endurecimiento de los operativos de seguridad.
Mientras tanto, el clima social se enrarece y la presión sobre el gobierno crece, con los jubilados en la calle como símbolo de un malestar que no parece encontrar respuesta en la política oficial.