• 5/12/2025
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El contundente discurso del arzobispo de Buenos Aires: "No podemos ignorar a jubilados ni personas con discapacidad"

En San Cayetano, el arzobispo García Cuerva criticó el ajuste del gobierno, pidió cuidar a jubilados y discapacitados y llamó a la paz social
07/08/2025 - 13:23hs
El contundente discurso del arzobispo de Buenos Aires: "No podemos ignorar a jubilados ni personas con discapacidad"

En el marco de la festividad de San Cayetano, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, pronunció un contundente discurso con fuerte contenido social y político. Desde el santuario de Liniers, frente a una multitud de fieles, criticó con firmeza las medidas de austeridad del Gobierno de Javier Milei y exigió una mayor responsabilidad del Estado para proteger a los sectores más vulnerables ante la crisis.

García Cuerva cuestiona vetos presidenciales y reivindica el trabajo como pilar social

Durante su mensaje, García Cuerva hizo alusión directa a las recientes decisiones del Poder Ejecutivo. "No podemos desentendernos de los jubilados ni de las personas con discapacidad", afirmó, haciendo alusión directa a los vetos presidenciales sobre la ley de movilidad jubilatoria y la declaración de emergencia en discapacidad.

El arzobispo destacó el trabajo como pilar fundamental para mantener la unidad social, pues "es un gran ordenador social, el trabajo dignifica a las personas", aseguró. También destacó el aporte de todos los sectores, desde los empleos formales hasta la economía popular, incluyendo a recicladores urbanos y trabajadores informales.

"No es una situación partidaria" que muchas personas, como los jubilados, "la estén pasando mal" y remarcó que "nadie elige revolver la basura porque le gusta", haciendo referencia a una publicación de la vocera del Gobierno de la Ciudad, Laura Alonso, quien aseguró que tendrán que pagar "hasta $900 mil de multa" aquellos a los que "le gustan hurgar la basura".

El arzobispo destacó el trabajo como pilar fundamental para mantener la unidad social, pues "es un gran ordenador social, el trabajo dignifica a las personas", aseguró. También destacó el aporte de todos los sectores, desde los empleos formales hasta la economía popular, incluyendo a recicladores urbanos y trabajadores informales.

"Toda actividad que con esfuerzo lleva dignamente el pan a la mesa merece ser reconocida, acompañada y protegida", remarcó, en lo que fue interpretado como un respaldo a quienes padecen las consecuencias de la recesión, la inflación y la pérdida de empleo. "No lo hacen porque les gusta, lo hacen por necesidad, como el hijo menor de la parábola que deseaba comer las bellotas que comían los cerdos", planteó García Cuerva.

Un llamado al Estado y a la responsabilidad social

García Cuerva subrayó el rol indelegable del Estado en la protección de los más desfavorecidos. En un tono enfático, afirmó: "El Estado debe ser custodio y guardián de la vida de los demás", y pidió poner el foco en quienes atraviesan situaciones de vulnerabilidad extrema.

"No podemos desentendernos de los que sufren, de los que revuelven los tachos de basura buscando algo para comer, que no lo hacen porque les gusta, lo hacen por necesidad", señaló.

Reconciliación social y rechazo al odio

Además de los cuestionamientos sociales, el arzobispo hizo un llamado a la paz social y a erradicar la violencia verbal. "Pedimos que la Argentina sea una casa de reconciliación. Dejemos de descalificarnos, de odiarnos, de tratarnos mal y de usar palabras que lastiman mucho", dijo, en medio de un clima político caldeado.

Y al citar al papa León XIII, reflexionó: "La paz comienza por cómo miramos, escuchamos y hablamos de los demás. Debemos decir ‘no’ a la guerra de las palabras y de las imágenes".

Una misa con fuerte carga simbólica

Para finalizar, remarcó que, en su día, le pide al Patrono del Pan y del Trabajo, que haga de la Argentina "una casa de reconciliación", "salir del chiquero de las descalificaciones y del odio" y trabajar en la "reconciliación" entre todos los ciudadanos: "Solo desde allí podremos gestar una sociedad más humana".

El mensaje del arzobispo se dio en una jornada de alta sensibilidad social. Mientras se celebraba la misa, se desarrollaban movilizaciones de diversos sectores: jubilados, trabajadores del Hospital Garrahan y familias con personas con discapacidad reclamaban respuestas frente a los recortes en salud, educación y asistencia social.

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