Villa Carlos Paz no es solo uno de los destinos turísticos más elegidos de la Argentina por sus sierras y su famoso lago, sino también un reflejo de las costumbres que definen la identidad nacional. Dentro de estas tradiciones, el asado ocupa un lugar central. El ritual de cocinar carne a las brasas es un emblema social que se disfruta en cada rincón del país, y las parrillas públicas son un recurso invaluable, aprovechado tanto por los vecinos como por los turistas que buscan economizar y disfrutar de un buen "asado criollo" frente a un paisaje natural.

Este histórico ritual se vio interrumpido abruptamente en el balneario Playas de Oro, quizá el más concurrido y popular de toda Córdoba. Esta semana, una operación municipal generó una fuerte polémica al desmantelar las históricas instalaciones de mesas y asadores que eran aprovechados por miles de personas durante el verano. La acción se realizó de madrugada y sin aviso previo, encendiendo el debate entre quienes defienden la tradición del asado libre y aquellos que apoyan la reconversión de la zona hacia un perfil más ordenado y comercial.

La medida, que el municipio enmarca en un ambicioso "Programa Integral de Valorización de la Costa del Río San Antonio", tiene como objetivo recuperar ambiental y urbanísticamente el corredor, integrando a Playas de Oro a un circuito de balnearios más moderno y seguro. Sin embargo, la retirada de las parrillas marca, según algunos vecinos y referentes, el fin de una etapa y el quiebre de una costumbre de larga data en la ciudad turística.

Trabajos en uno de los balnearios de Villa Carlos Paz donde decidieron retirar mesas y parrillas

Villa Carlos Paz y la decisión de sacar mesas y parrillas en el Balneario Playas de Oro

La Municipalidad de Villa Carlos Paz explicó que la remoción de los asadores forma parte de la Nueva etapa del Programa Integral de Valorización de la Costa del Río, destinado a generar nuevos espacios de recreación, deporte y turismo en entornos ambientalmente amigables. Adrián Cocordano, director de Obras Privadas, confirmó que las parrillas del sector serán retiradas de forma definitiva y que no está prevista su reposición en Playas de Oro, aunque sí se mantendrán en otras áreas como Sol y Río.

El funcionario detalló que la idea es impulsar una "nueva recuperación ambiental del sector" que incluye la reconfiguración del corredor del río San Antonio con senderos peatonales, mobiliario moderno e iluminación renovada. La meta es integrar este tramo al circuito de balnearios que ya se desarrolla en El Fantasio y Sol y Río. El Municipio también anunció que incentivará las inversiones comerciales y turísticas innovadoras con eximiciones fiscales para los frentistas del río.

Además del enfoque en el disfrute familiar y las actividades deportivas, las autoridades remarcan que la intervención busca mejorar la seguridad y el control en la zona, apuntando a un perfil más ordenado. Juan Lucero, secretario de Gobierno y Vinculación Comunitaria, afirmó que el rediseño "apunta a aportar mayor seguridad" y a consolidar "una costa más sustentable y moderna". En esta línea, el director de Participación Vecinal, Martín Solís, señaló que la decisión responde a pedidos de "vecinos de la ciudad, vecinos del barrio y comerciantes" para transformar el sector en "un espacio recreativo con actividades deportivas, más familiar".

Villa Carlos Paz: polémica por la identidad y las fuentes de trabajo

La decisión municipal no fue bien recibida por todos. Vendedores ambulantes y referentes locales lamentan la desaparición de un símbolo del balneario y denuncian el impacto económico que tendrá la medida en la previa de la temporada alta.

Según citó el diario La Voz, Marcelo Iriarte, referente de los vendedores de Playas de Oro, fue contundente al asegurar que la demolición "marca el fin de una etapa" y que "así se termina con la identidad de Carlos Paz". El dirigente criticó que la Municipalidad "deja atrás las fuentes de trabajo de vecinos que viven de esto, vendedores que están registrados en el municipio", cuestionando el destino económico de quienes dependen de la venta de productos vinculados al asado en la zona.

Otros vendedores ambulantes confirmaron que el retiro de las estructuras se hizo de madrugada y sin previo aviso, lo que generó indignación y temor por la pérdida de ingresos en los meses de mayor actividad turística. La controversia se extiende a las redes sociales y a los medios, donde vecinos y turistas debaten si la "puesta en valor" justifica el sacrificio de una costumbre histórica que forjó la identidad popular del balneario más concurrido de Villa Carlos Paz.

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