Trump blanqueó que habló con Maduro: "No fue ni buena ni mala, solo una llamada"
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este domingo que mantuvo una conversación telefónica con el líder venezolano Nicolás Maduro, poniendo fin a las especulaciones generadas por reportes de diversos medios. El anuncio, realizado a bordo del Air Force One, confirmó que las comunicaciones entre Washington y Caracas se mantienen activas, a pesar de la creciente presión militar y las amenazas públicas del gobierno estadounidense.
Consultado por la prensa sobre los rumores de la llamada, el mandatario fue directo: "La respuesta es sí". Sin embargo, al preguntarle sobre el tenor del intercambio, Trump evitó dar mayores precisiones y mantuvo el misterio sobre el contenido del diálogo. "No diría que salió bien ni mal. Fue una llamada telefónica", se limitó a señalar, para luego añadir que se trata de un asunto "muy complicado".
La confirmación se produce en un escenario de máxima tensión, donde los mensajes ambiguos de diálogo se superponen con un claro endurecimiento de las acciones militares en el Caribe y el Pacífico oriental. Las revelaciones recientes habían indicado que Trump, acompañado por el secretario de Estado, Marco Rubio, podría haber utilizado la comunicación para transmitir un mensaje de ultimátum a Maduro sobre su posible salida del poder.
A pesar de la ambigüedad de Trump sobre el desarrollo de la llamada, el contexto diplomático y las declaraciones de altos funcionarios republicanos sugieren que el contacto se realizó en el marco de una presión extrema para forzar una transición.
El senador republicano Markwayne Mullin, miembro del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, confirmó públicamente que Washington puso sobre la mesa una propuesta de exilio para el líder chavista. "Le dimos la oportunidad de irse. Le dijimos que podía ir a Rusia o a otro país", afirmó Mullin, dejando en evidencia que la Casa Blanca busca una salida negociada que evite un despliegue de tropas en territorio venezolano, mientras se intensifica el cerco en las costas.
Esta presión se complementa con las recientes declaraciones de Trump sobre el control territorial. El mandatario estadounidense argumentó que el espacio aéreo venezolano debía considerarse cerrado, justificando la medida con la acusación de que el país no es "amistoso" y permite un elevado flujo de personas y sustancias que ingresan a territorio estadounidense, provenientes de "cárceles, pandillas y redes de narcotráfico".
Aunque el presidente se negó a interpretar si la advertencia implicaba acciones militares inminentes -al ser consultado, respondió: "No interpreten nada"-, la tensión ha tenido consecuencias inmediatas. Seis aerolíneas internacionales suspendieron vuelos hacia y desde Venezuela, lo que llevó al régimen a revocar sus permisos y acusarlas de "sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovido por el gobierno de los Estados Unidos".
Tensión Estados Unidos-Venezuela: presión militar sostenida y negación de acercamiento
El diálogo telefónico se enmarca en un despliegue militar sin precedentes en la región. El gobierno de Maduro lo acusa de usar la lucha antidrogas como un pretexto para posicionar importantes recursos militares en el Caribe con el objetivo de derrocarlo, un extremo que Washington niega, aunque reafirma su meta de "proteger nuestras propias costas" y frenar el narcotráfico.
Sitios de rastreo de aeronaves han registrado actividad constante de aviones de combate estadounidenses apenas a unas decenas de kilómetros de las costas venezolanas en los últimos días. La operación cuenta con el apoyo logístico de países vecinos, como República Dominicana y Trinidad y Tobago, que autorizaron a Estados Unidos el uso de sus infraestructuras para ejercicios militares.
El refuerzo militar incluye mayor presencia de escuadrones en el Caribe y el Pacífico oriental, con ataques selectivos a embarcaciones sospechosas. Esta ofensiva se mantiene mientras Trump ha advertido que los esfuerzos para detener el narcotráfico venezolano "por tierra" comenzarían "muy pronto".
A pesar de la comunicación telefónica, fuentes de la administración Trump negaron rotundamente los reportes sobre una posible reunión para negociar una transición. "Es un invento", afirmó un vocero, descartando cualquier acercamiento bilateral que pudiese otorgar margen de maniobra al régimen chavista. En este escenario, la oposición liderada por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado mantiene la expectativa de que la presión internacional logre un cambio definitivo que permita una transición democrática en el país.