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¿Conocés la historia detrás de la coupé Renault Fuego?: así pasó de la gloria a su abrupto final

Es uno de los modelos que marcó un hito en la vida automotriz local, por su diseño disruptivo. Te contamos cómo se gestó y las anécdotas que protagonizó
16/01/2022 - 09:03hs
¿Conocés la historia detrás de la coupé Renault Fuego?: así pasó de la gloria a su abrupto final

Siempre tuvo algo de mística a su alrededor, algo que la "encendía" y le daba sentido a su nombre. La coupé Renault Fuego, esta modelo diseño francés, marcó un tiempo inolvidable en la industria automotriz, y si bien no tuvo una larga vida, fue lo suficientemente intensa como para ser todavía recordada.

Los planes de la marca para diseñar un vehículo rupturista, de dos puertas y con el techo bien caído hacia atrás arrancaron en 1976. Cuatro años después, el modelo que sucedía a los Renault 15 y 17, y que tomaba como "base" al Renault 18, ya era una realidad.

Debutó en Europa con éxito. Con su carrocería de coupé poco común en las marcas masivas, como es la del Rombo, y dispuesta en ese momento a enfrentar a competidores más fuertes como el BMW Serie 3 E30 y el Alfa Romeo Alfetta GT, fue un gran llamado de atención para la industria automotriz global.

Sin embargo, en Europa tuvo una vida bastante corta y sus éxitos se acumularon más allá de su casa matriz, como sucedió en la Argentina. Presentada un año después a nivel local, en 1982 se anunció que sería fabricada en Córdoba, donde aún hoy opera la marca.

Su historia guarda pasiones, enamorados eternos, anécdotas deportivas y un sinfín de hechos que se recuerdan en el año que se cumplirá el 40 aniversario de su producción local, y el 30 de su fin de ciclo.

La anhelada coupé

En la década de los 80, Renault ya tenía cierta experiencia en pequeñas coupés, como Floride, 15 y 17. De todos modos, lejos estaba de alcanzar el prestigio de fabricantes de alta gama, marcas reconocidas que conquistaban a los clientes de vehículos deportivos con solo el logo que portaban en su frente. Además, los rivales más directos, como Opel o Ford, directamente habían renunciado a ese segmento.

Renault Fuego, la mítica coupé.
Renault Fuego, la mítica coupé.

La situación no asustó a Renault, quien con el diseño de Michael Jordin, bajo la dirección del diseñador Robert Opron (famoso en Citroën), creó un 'fastback' con trazos redondeados y una gran luneta trasera inclinada, logrando como resultado un auto con un bajo coeficiente aerodinámico (Cx) de 0,34. La producción comenzó en la planta francesa Maubeuge Construction Automobile.

Uno de los aciertos de este diseño fue que, el gran baúl y los cuatro cómodos asientos, le dieron a la coupé Fuego el dote de un modelo práctico, un concepto muy en boga en ese momento y muy valorado. A eso se sumaron otras innovaciones. Fue uno de los primeros autos de producción con turboalimentación, un recurso derivado de la Fórmula 1, y con un muy buen equipamiento de serie.

Un buen equipamiento interior, clave de la Renault Fuego.
Un buen equipamiento interior, clave de la Renault Fuego.

También la selección de motores era muy amplia, todos de cuatro cilindros, dispuestos de forma longitudinal. Desde un propulsor de 1.4 litros y 64 cv, hasta uno 2.0 L de 110 cv. Luego se sumó el turboalimentado de 1.6 litros y 132 cv, con el que el Renault Fuego se acercaba a los 200 km/h de velocidad máxima.

Tapizados a juego con la calidad interior.
Tapizados a juego con la calidad interior.

Tras su primera incursión mundial, en 1984 se lanzó la Fuego Fase II, que recibió pequeños cambios tales como nuevo tablero, tapicerías con renovado diseño, llantas derivadas del R18 fase II y una línea plástica en color de la carrocería al estilo de los R18 Fase II y los Renault 25.

Su fin en Europa, su continuidad en América

Hasta el momento de su primera renovación, la Fuego fue exitosa, tanto en Europa como en América, hasta el punto de ser la coupé más vendida del Viejo Continente durante 1981. Sin embargo, año tras año, las ventas se desplomaron y el modelo tuvo que luchar por sobrevivir en los países europeos, donde dejó de comercializarse de forma definitiva en 1987.

En Argentina su camino fue diferente y cosechó muchos logros. Fue fabricada por la propia filial local de Renault desde 1982, recibiendo sucesivos restylings hasta 1992.

Un logo marcado a
Un logo marcado a "fuego".

Entre las versiones que salieron de la planta cordobesa se encuentran en 1988 la GTX 2.2, equipada con un motor modificado de 2200 cm3, capaz de desarrollar 116 cv, con una novedad principal que era la incorporación de frenos a disco en las 4 ruedas.

Sobre fines de ese año, fue presentada la versión GTA, similar a la versión GTX, pero con un rediseño total externo que incluyó molduras en color carrocería. Por último, en el año 1991 fue presentada la versión GTA Max, un desarrollo local practicado sobre la Fuego GTA, en la cual se destacó como principal atributo la mejora de su motor, el cual pasaba a entregar una potencia de 123 cv y era capaz de rodar hasta los 198 km/h.

El desarrollo de esta última versión fue llevado adelante por el preparador de autos de competición Oreste Berta, quien tuvo una gran relación con la filial argentina de Renault, llegando a dirigir la escuadra oficial de la marca y ganar múltiples campeonatos en el TC 2000. Sus prestaciones y diseño aerodinámico, le permitieron ser un modelo muy solicitado en las décadas del 80 y 90 para su empleo en competencias deportivas.

Renault Fuego en otras versiones.
Renault Fuego en otras versiones.

En el caso de Oreste, estuvo acompañado por Juan María Traverso, convirtiendo a este equipo en "imbatible" desde 1986 hasta 1993, logrando ocho títulos consecutivos, seis para Traverso, uno para Oltra (con el equipo Benavídez Competición) y otro para Guerra. La Ford Sierra XR4, no pudo en las pistas con aquellas coupés.

La leyenda de la Fuego se agrandó el 3 de abril de 1988 en el circuito de Río Negro. En aquella prueba Traverso se alzó con la victoria con su Fuego casi en llamas y aguantando el empuje de su rival Silvio Oltra. El propio piloto relató su hazaña al bajarse del coche, "Se me rompió una manguera y comencé a perder aceite, fundamentalmente sobre los escapes. Llegué a derramar prácticamente todo el lubricante en las últimas tres vueltas, lo que hizo levantar la temperatura del motor hasta ponerlo al rojo vivo".

Sus últimos días

Después de grandes éxitos, y de romper con la estructura de todo lo conocido, en el año 1992 la planta cordobesa de Renault puso punto final a la Fuego. En total, fabricó 19.952 unidades en Santa Isabel a lo largo de una década, mientras que en todo el mundo se hicieron 265.257 ejemplares.

Comparado con otros modelos, no encuentra en los números de producción y venta una explicación lógica para su recordada trascendencia, pero lo cierto es que se guarda en la retina de miles de personas de todo el mundo como uno de los autos más "venerados".

Sus comerciales y acciones de marketing tienen mucho que ver. Así fue uno de ellos, de los más llamativos e inolvidables. "Nació así, única como el fuego", decía la publicidad de 1983 que mostraba la verdadera esencia de ese deportivo.