Para poder importar, las automotrices expanden su producción en Brasil
Las automotrices que cuentan con fábricas en Brasil están acelerando los trámites para adherirse al programa de reducción impositiva que el miércoles prorrogó la presidenta de ese país, Dilma Rousseff y de esa manera obtener mayores cuotas de importación a partir de 2013.
Además de Nissan, la primera automotriz adherida, JAC Motors, Chery y, más recientemente, BMW enviaron sus proyectos industriales al gobierno y esperan la aprobación en los próximos días.
Para ingresar en el régimen, los planes de los fabricantes precisan, primero, pasar por el tamiz del ministerio de Desa-rrollo, Industria y Comercio Exterior (Mdic). Una vez habilitadas, las empresas podrán importar un 25% de su futura capacidad de producción sin pagar los 30 puntos adicionales del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI).
El gobierno de Rousseff está concediendo a las automotrices una habilitación válida hasta el 31 de marzo. Para renovar la licencia por otros doce meses, las empresas tendrán que encaminar los proyectos definitivos. La nueva política automotriz regirá de 2013 a 2017.
Para muchas marcas, eso significa recuperar ventas perdidas a lo largo de 2012, cuando los importadores brasileños tuvieron que adaptarse al cobro extra del tributo a lo largo de todo el año. JAC, por ejemplo, hizo las cuentas y ve espacio para retomar los volúmenes de 2011, cuando vendió casi 24.000 autos, según reportó el diario El Cronista. La empresa está instalando una fábrica en Camacari (Bahía) para producir hasta 100.000 autos.
Sergio Habib, responsable por la llegada de JAC al país, dijo que el proyecto fue enviado al gobierno hace dos semanas. A su vez, la empresa planea armar en Camacari un sucesor de los modelos J2 y J3, primero en la versión hatch y posteriormente en las versiones de utilitario deportivo y sedan.
La dirección de Chery, por su parte, informó que el compacto Celer será el primer auto que producirá en la planta de Jacaerí, en San Pablo, cuyo inicio de operación está previsto hasta diciembre de 2013, tras una inversión de u$s400 millones.
Otro dato relevante es que las marcas que tienen sus proyectos en etapa inicial, analizan bajo el nuevo régimen sus estrategias de importación.
"A largo plazo, para tener éxito en ese mercado, todos tendrán que considerar producir aquí", evaluó Dmitry Kolchanov, director de operaciones fuera de Europa de Land Rover, una de las empresas que evalúa decidirse por la producción local. Hoy, Brasil es el séptimo mercado de Land Rover, pero Kolchanov estima que podría convertirse en uno de los cinco más grandes en tres años.
Flavio Padovan, presidente de Abeiva, la entidad que nuclea a las marcas sin fábrica en el país, considera que la recuperación será parcial: "Todas las automotrices están evaluando su supervivencia en el país y definiendo sus estrategias dentro del Innovar-Auto". Según El Cronista, Abeiva estima que las importaciones de esas empresas llegarán a 150.000 vehículos en 2013, por debajo de los casi 200.000 de 2011, pero por encima de los 120.000 proyectados para el año en curso.
Para el empresario José Luiz Gandini, que importa los autos de Kia en Brasil, el gobierno acertó en establecer cuotas de importación de acuerdo con el promedio de ventas de los últimos tres años, pero se equivocó al no concederlas de forma proporcional a los volúmenes de las marcas en el mercado. Kia vende en Brasil un promedio de 52.000 autos por año, pero a partir de 2013, Gandini podrá traer solamente 4.800 unidades sin los 30 puntos del IPI. Por eso, el ejecutivo trabaja para llevar a la práctica el antiguo sueño de levantar una fábrica en Brasil.