Lo que dejó la cumbre Cristina-Dilma y por qué la solución está en el "cuartito de al lado"
Que el Mercosur está sin rumbo, no hay dudas.
Que se perdieron los objetivos comunes, no se puede siquiera discutir.
No se observa integración entre sus socios. El Gobierno argentino está mirando su propio ombligo, ciertamente motivado por problemas estructurales de su equivocada política económica.
Uruguay está cada día más cerca de Brasil y, a pesar de que el comercio entre esos dos países representa apenas el 1% del total de su comercio exterior, está empeñado en aproximarse para mostrar que es posible insistir en la integración.
Paraguay, con nuevo presidente, de partido diferente del actual gobierno, demostró que no precisó estar dentro del Mercosur (recordemos que se encuentra suspendido) para vender más a Brasil.
Además, por estar fuera del bloque, puede negociar con quien desea sin perder la zona de libre comercio que permite exportar a sus socios sin el pago de impuestos de importación.
El gobierno de Brasil, con una economía de bases sólidas, preocupada en mantener el control de la inflación y la continua inserción de nuevos consumidores a su demanda potencial, comienza a sentir la presión de los empresarios que le piden nuevos destinos y reclaman una postura más fuerte y menos permisiva que la del gobierno de Lula, ante los caprichos argentinos de frenar las importaciones de todos los orígenes, pero prioritariamente de Brasil.
Las políticas macro-económicas de los socios, son absolutamente dispares.
Las intenciones de unificar y compartir producciones industriales se ven imposibilitadas de prosperar en función de las asimetrías cambiarias, de las inflaciones en dólares, pero, por sobre todo, porque las prioridades de la política externa son encontradas.
El día 22 de abril, el presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica, participó de un almuerzo con empresarios uruguayos y brasileños al que tuvimos el privilegio de participar.
En una conferencia previa al almuerzo y discurso del presidente, el viceministro del país vecino, Luis Porto, explicó los avances de las medidas de aproximación entre los gobiernos, si bien las medidas son las mismas que siempre: conformación de una agenda positiva, instrumentación de una comisión bilateral para el seguimiento del comercio, etc.
Pero uno de los ítems que llamó la atención de los presentes fue el diferencial que nos lleva a pensar que en este caso, Uruguay y Brasil conseguirán avanzar en una integración bilateral mas fuerte: el ítem en cuestión fue "empresarios en el cuarto de al lado".
El viceministro Porto explicó que, habiendo analizado los motivos por los que todos los intentos de reforzar el Mercosur dieron por tierra, encontraron que el principal de ellos era que los negociadores del gobierno no tenían argumentos prácticos para definir los temas que eran importantes negociar desde el punto de vista del empresario y tampoco de qué manera lo que era negociado por los gobiernos podría aplicarse en el día a día de las empresas.
¿Cómo una frase tan simple, podría cambiar el destino del Mercosur? Fácil... el viceministro Porto pidió que los empresarios envíen sus necesidades en relación a los temas a negociar y hasta dio un email para ello.
También los invitó a la reunión que el próximo día 7 de mayo los gobiernos de Uruguay y Brasil tendrán en Brasilia para que se queden..."en el cuarto de al lado".
Todo lo que sea negociado, será avisado en tiempo real a los empresarios presentes, que podrán dar sus opiniones sobre cómo la negociación podría ser encaminada para que los asuntos puedan tener aplicabilidad práctica.
¿Cómo algo tan simple podría cambiar el destino de las negociaciones? ¿Cómo algo tan simple no fue considerado antes?
La diferencia está en la postura del gobierno de Uruguay en hacer participar a los empresarios (que pagan los sueldos, que piden préstamos, que invierten y arriesgan, que penan por las barreras aduaneras y que conocen sus sectores) para que juntos puedan indicar qué es útil para ser negociado.
Imposible olvidar la infinidad de orientaciones y sugerencias que hemos hecho a los representantes argentinos sobre la importancia y ventaja en convocar a los empresarios argentinos para que se queden en el "cuartito de al lado".
Pero parece que nuestro Gobierno no tiene la humildad impulsada por el gobierno del presidente Mujica y sus ministros para escuchar a quienes son el objeto principal de lo negociado.
Reunión de las Presidentes Dilma Rousseff y Cristina FernandezLos anuncios oficiales sobre los resultados de la reunión de presidentes resultaron un poco frustrantes desde el punto de vista del empresario.
Con tantos temas en agenda, el comunicado oficial se limitó a indicar que los gobiernos "esperan" que los directivos de la empresa Vale y el gobierno Argentino puedan llegar a un acuerdo en el corto plazo.
En ese mismo momento, en Rio de Janeiro, el representante del gigante minero de Brasil, indicaba que se estaba negociando la forma para salir definitivamente de Argentina y que deseaba que el proyecto pudiera ser concluido con nuevos socios.
Ninguna mención sobre las restricciones a las importaciones argentinas con origen Brasil. Nada sobre las DJAI. Nada sobre retirar el ICMS del 4% en las ventas interprovinciales en Brasil para productos oriundos del Mercosur (que aumentaría considerablemente la exportación de Argentina a Brasil). Nada sobre el acuerdo automotriz. Nada de nada...
La lectura que puede hacerse ante la falta de anuncios es muy fácil de entender: no había nada positivo para anunciar.
Es posible interpretar que la reunión de seis horas y media entre las presidentas y técnicos pudiera haber sido utilizada para que el gobierno argentino explique el grado de dificultades económicas que el país está atravesando y que lo motiva a tener que cerrar las fronteras, sobre todo la de Brasil, y que no tiene dólares y que tampoco tiene ideas ni creatividad para buscar soluciones que posibiliten salvar al Mercosur.
ConclusionesEl gobierno argentino no está cuidando la relación comercial con su principal socio.
Para Argentina, Brasil es el principal destino de sus exportaciones, pero por la reciprocidad existente en las relaciones internacionales y por el sentido común de un mundo globalizado y capitalista, es necesario cuidar a quien más nos compra.
Para Brasil, Argentina es el tercer destino de sus exportaciones y corremos el riesgo que la importancia relativa de Argentina dentro del comercio exterior brasileño, continúe perdiendo fuerza.
Como vimos, el comercio de Brasil con Uruguay representa apenas el 1% del comercio exterior de Brasil, y aún así, las autoridades brasileñas tratan a los negociadores de nuestro vecino oriental como un par, y seguramente lo negociado tendrá aplicabilidad práctica para los que operan diariamente exportando e importando.
La diferencia estará sin duda...."en el cuartito de al lado".
Por Gustavo Segré y Germán Segré gustavo@centergroup.net - german@centergroup.netCEO´s de Center Group y Profesores de Relaciones Internacionales de la Universidad Paulista(c) Especial para iProfesional.com