Se fue el "modelo hecho hombre": cómo las grietas de la economía se comieron al secretario
Apenas comenzaba la noche del martes, el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, lanzó la bomba que pocos esperaban: renunció Guillermo Moreno.
El secretario de Comercio Interior había anticipado a empresarios afines sus intenciones de dejar sus funciones en el mes de diciembre, pero el recambio del equipo y -especialmente- el desembarco de Jorge Capitanich a la jefatura de Gabinete, adelantaron su partida.
Mil y una vez se había dado por terminado su ciclo, pero Moreno se las arregló para desairar cualquier deseo, resurgiendo con nuevos golpes de efecto.
Pero esta vez sí concluyó su era en el Gobierno. No sólo "su" era. Concluyó también un estilo de manejo de la economía, basado en el intervencionismo en su estado más puro, con un funcionario que podía frenar una serie de embarques de 6 millones de toneladas de trigo con apenas un llamado.
Moreno no era sólo un "soldado de Cristina", como le gustaba autodefinirse, sino que su figura corporizaba al "modelo en sí mismo", dado que sus manos supieron agarrar prácticamente todos los "fierros calientes" con los que debió lidiar la administración K.
Así las cosas, supo erigirse en un funcionario "multiorquesta", lo que le permitió llevar adelante una gestión "hipertransversal" a lo largo de la era K, con capacidad para actuar en todos los frentes:
• Dólar: desde que fuera lanzado el "cepo", Moreno es quien tomó la posta. Digitó controles sobre las "cuevas" para intentar que no siguiera disparándose el billete paralelo y lideró numerosas y fallidas cumbres con cambistas para consensuar un valor para el blue.
• Precios: desde 2005 fue el responsable de acordar o imponer precios topes a textiles, supermercados, frigoríficos, bodegas, yerbateras, empresas pesqueras y hasta fabricantes de artículos del hogar, entre otras tantas ramas de actividad.
• Importaciones: el secretario era quien tenía la última palabra a la hora de aprobar o rechazar las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación. Sin su visto bueno, ninguna empresa podía ingresar siquiera un tornillo. Además, el funcionario era el que le ponía la firma a los acuerdos de compensación de importaciones, conocidos como planes "1 a 1".
• Misiones comerciales: Moreno dejó prácticamente sin funciones a la Cancillería en el armado de giras de negocios. El funcionario visitó Brasil, Angola, Azerbaiján, Emiratos Arabes y Vietnam, entre otros países.
• Campo: el funcionario tomó atribuciones que eran propias de la disuelta ONCCA, presionando a las cerealeras o al agro para que liquiden stocks de granos.
Por todo esto, si hubo un hombre que resumió la esencia del kirchnerismo y que puso la cara en cada batalla que se le fue presentando al Ejecutivo en todos estos años, ése fue Moreno.
De hecho, no sólo sabía qué importaba cada empresa, sino que también decía conocer a fondo la estructura de costos de numerosos sectores de actividad, como el de línea blanca, el siderúrgico o el automotriz.
¿Se solucionan los problemas? Los sucesivos fracasos que supo acumular el funcionario en prácticamente todas las áreas que tocó reavivaron, una y otra vez, el debate sobre la verdadera efectividad de su estilo. La imposibilidad de controlar al blue, el hecho de que este año el superávit comercial alcance el peor nivel de la última década, el "crack" que sufrió la industria frigorífica, el estancamiento de las exportaciones y los magros resultados que cosechó el plan de blanqueo, sumado al grave problema inflacionario, fueron algunos de sus grandes fracasos.
En esta dirección, en plena campaña electoral, José Ignacio de Mendiguren, ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) y en ese entonces candidato de Sergio Massa, había asegurado que si el funcionario era desplazado de su cargo, esto iba a permitir que "la economía se destrabe y que otra vez volvamos a generar dólares", justamente, el mayor problema que enfrenta la economía argentina junto con el de la suba de precios.
¿Es que acaso la ahora confirmada partida de Moreno implicará un cambio en las perspectivas que se abren para el país?
Según el economista Tomás Bulat, "es una visión de una simplicidad fenomenal pensar que porque Moreno esté afuera del Gobierno se van a solucionar los problemas".
Para Marcos Novaro, director del Centro de Investigaciones Políticas, los desfasajes que debe solucionar la administración kirchnerista no se resolverán por la sola partida de un funcionario, en tanto y en cuanto no se apliquen correcciones que, a esta altura, sí o sí traerán aparejadas altos costos para el oficialismo.
"El problema no es si se va Moreno. El inconveniente es qué es lo haría cualquier otro sucesor, porque avanzar con cambios implicará pagar un precio importante", acotó.
¿Quién garantizará los dólares? En este contexto cobra relevancia el gran problema que enfrenta la administración K en relación a la disponibilidad de divisas, dado que el desplome de las reservas del BCRA en poco tiempo le impondrán un techo a las expectativas de crecimiento de la economía.
Puesto en otras palabras: faltan billetes verdes para "bancar" importaciones esenciales. Y esa era la función principal del ahora ex secretario, es decir controlar el superávit comercial.
Sin embargo, para los expertos, su partida no marca un punto de inflexión en la política económica, dado que Moreno ya había perdido la "chapa" de "garante de los dólares", título que se había ganado años atrás a fuerza de cerrar las fronteras, retaceando los permisos de importación.
Es decir que su salida del Gobierno no se traducirá necesariamente en mayores dificultades para hacerse de divisas.
En primer lugar, tal como se mencionó anteriormente, el funcionario se despidió de su puesto sin poder garantizarle al Ejecutivo el cumplimiento de la meta de superávit comercial, es decir, el resultado entre las compras y las ventas al mundo, hoy por hoy, la principal fuente de divisas para la economía.
La visión de las consultoras es que este 2013 el comercio exterior apenas dejará u$s8.500 millones, el peor nivel en 10 años de gestión K.
Pero el hecho de que falten dólares no es un problema achacable únicamente a este funcionario. Es el resultado de un sistema económico que fracasó en las políticas energéticas y que convalidó el atraso cambiario para no acelerar la inflación pero que ahora lo paga con pérdida de reservas.
En diálogo con iProfesional, el director de Relaciones Institucionales de la Cámara de Importadores, Miguel Ponce, había advertido recientemente que "el Gobierno tomó nota de que hacerse de dólares únicamente por el saldo comercial ya no era viable".
"El papel de Moreno claramente quedó deslucido, porque su función de generar divisas a través del control de las importaciones demostró que es muy limitado", recalcaba el directivo antes de conocerse su partida.
En tanto, Mauricio Claverí, economista de la consultora Abeceb, aseguró que "el margen de acción que tenía el secretario de Comercio Interior para incidir en el resultado del superávit era cada vez más bajo".
El experto vinculó el escaso éxito de Moreno con el surgimiento de grandes "rojos" comerciales estructurales que fueron minando, desde las bases, la posibilidad de contar con un colchón verde sólido.
"Con el transcurrir de los años se abrieron varias fuentes de salida de dólares que antes no existían, como el déficit de turismo o de energía. Esto, con la ´sintonía fina´ de frenar contenedores que venía haciendo Moreno no se compensaba en lo absoluto", acotó Claverí.
Según el economista Miguel Bein, estos dos sectores (turismo y energía), sumados a la industria automotriz y electrónica, este año serán responsables de "succionar" la friolera de u$s34.000 millones.
Y lo cierto es que Moreno tenía las "manos atadas", dado que no contaba carta blanca para recortar importaciones en estos rubros:
•Si frenaba las compras al exterior del sector automotriz el funcionario iba a ser el responsable de afectar al nivel de empleo y de actividad, dado que esta rama explica el 50% del crecimiento de la industria nacional.
•En tanto, en la rama electrónica, Moreno tenía poca incidencia, dado que en ese sector talla con más fuerza la ministra de Industria, Débora Giorgi. Además, si limitaba el ingreso de componentes para abastecer al polo tecnológico de Tierra del Fuego, podía afectar de manera directa a unos 12.000 puestos de trabajo, además de provocar una baja del consumo.
•En el caso de la energía, la situación es más delicada: cerca de un 25% de la demanda interna está abastecida con importaciones. Así las cosas, bajar el ritmo de compras al mundo, sin que aumente la producción doméstica, implica ponerle un grillete a la economía.
En este contexto, hay consenso entre los economistas de que el "estilo Moreno" ya estaba agotado.
Según Claverí, el funcionario "ya no tenía la más mínima chance de componer la balanza únicamente con el manejo de los permisos de importación", dado que únicamente le había quedado potestad para resolver el "chiquitaje". Es decir, los embarques de pequeñas y medianas empresas con poca gravitación en la conformación del superávit.
De este modo, el hecho de no poder garantizarle dólares al Ejecutivo por la vía del comercio exterior, sumado al estrepitoso fracaso del plan de blanqueo, terminó sellando su suerte.
La hora del instrumento "cambiario"Para los expertos llegó el turno del ahora ministro de Economía, Axel Kicillof, quien tendrá potestad para la toma de decisiones en lo que es política energética y, además, estaría ultimando detalles para frenar el enorme drenaje de divisas que representa el turismo internacional.
Y el instrumento de control de este déficit podría ser un desdoblamiento del tipo de cambio, es decir, la aplicación de un valor del dólar especial para la actividad, más cercano al nivel del blue.
Así las cosas, la suerte del Gobierno para asegurarse un colchón verde ya no está tanto en frenar un contenedor de zapatillas o de tornillos, como sí en limitar un rojo como el turístico, que este año trepará un 170% respecto de 2012.
Bajo este esquema también se prevé que otros sectores que realicen importaciones consideradas "esenciales" para la economía, se manejen con una divisa más barata, de modo de no encarecer insumos o bienes de capital.
Paralelamente, los autos importados de alta gama, que este año le restarán al BCRA otros u$s2.000 millones, "podrían correr la misma suerte que el turismo, mediante la aplicación de un tipo de cambio especial", destacó el analista Gabriel Caamaño Gómez, economista del Estudio Ledesma.
Así las cosas, el "modelo K" post Moreno tendrá en el recurso del manejo del valor del dólar un elemento más gravitante que el "cerrojo", el cual demostró cada vez una menor efectividad a la hora de garantizarle divisas al Central.
Sin embargo, todavía quedan por definir numerosas variables para comprender el rumbo definitivo que tome la política económica en esta nueva etapa.
Entre ellas, quién será la figura que ocupe el lugar del polémico ex funcionario, cuál será el futuro de la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri -quien fuera mano derecha de Moreno- y, por supuesto, qué medidas tomará finalmente Kicillof en el plano cambiario.