Alerta en empresas: no habilitan dólares para importar y anticipan caí­da en producción y empleos

Sorpresivamente, el Banco Central cortó la venta de divisas. La medida tomó por sorpresa a los importadores que ya advierten sobre las consecuencias
COMEX - 05 de Febrero, 2015

El Gobierno suele ver en aquellas noticias que no están alineadas con el relato una suerte de operativo de desprestigio para perjudicarlo.

Lo hizo el propio jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, cuando afirmó que el pedido de indagatoria de la Presidenta en la causa AMIA era una campaña orquestada para "contrarrestar las buenas noticias", como el boom turístico en Mar del Plata. 

Tejer teorías conspirativas también es un ejercicio que vienen realizando otros funcionarios, como Alejandro Vanoli.

A mediados de enero, el titular del BCRA rechazó que la entidad haya negado dólares para el pago de importaciones. Y luego recalcó que esas "afirmaciones falaces" eran "funcionales a una campaña de la que se nutren distintos medios para tratar de desmerecer que se hayan acumulado reservas".

Incluso, el propio ministro de Economía, Axel Kicillof, salió a desmentir cualquier tipo de inconvenientes en la disponibilidad de billetes verdes para el pago de compras al mundo.

"La economía es muy abierta", afirmó el titular del Palacio de Hacienda, quien remarcó que "hoy no se puede decir que no haya movimiento de divisas, todo lo contrario".

Sin embargo, pese a todos los esfuerzos que viene haciendo el Gobierno desde lo comunicacional para minimizar los inconvenientes que atraviesan las compañías que requieren de insumos y maquinaria para la producción, la crisis por la escasez de dólares volvió a mostrar su peor cara.

Este miércoles, y sin ningún tipo de aviso previo, el BCRA no le vendió dólares ni a los importadores ni a los bancos, estableciendo así una suerte de "feriado cambiario".

Se trató de una medida tomada en medio del fuerte nerviosismo oficial ante la preocupante sangría que están sufriendo las reservas, que sólo durante los primeros tres días hábiles de febrero se redujeron en u$s210 millones.

Lejos de tratarse de un mero rumor del mercado, la Cámara de Importadores (CIRA) emitió un comunicado en el que advirtió que "de manera sorpresiva y sin que mediara aviso de la autoridad monetaria competente, importadores socios de esta entidad nos han informado sobre inconvenientes que han tenido al solicitar a los bancos privados giros al exterior en concepto de pago de importaciones".

La entidad informó que este jueves tendrán una reunión con Vanoli, a la cual "llevaremos este tema para conocer los motivos que produjeron esta decisión".

Sin dudas, se vienen días agitados para el Gobierno, dado que desde varios sectores se están multiplicando los reclamos por el endurecimiento en la entrega de divisas.

Por lo pronto, los directivos de terminales automotrices, también durante el día de hoy mantendrán una reunión cumbre con el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, por la promesa -hasta ahora incumplida- de la ampliación del cupo mensual de dólares, que quedó freezado en u$s100 millones, un nivel que torna inviable a la actividad.

En tanto, los representantes de las empresas de electrónica, están pidiendo una audiencia por un problema similar: los dólares prometidos ahora no están llegando y las firmas ya están sufriendo el desabastecimiento de componentes para la fabricación de celulares, televisores y otros dispositivos.

Pero los inconvenientes para estas dos grandes ramas de actividad no es sólo contar con los dólares para importar: en conjunto, ambos sectores mantienen una deuda cercana a los u$s3.200 millones con filiales y proveedores del exterior en concepto de importaciones ya realizadas para las cuales el BCRA nunca les habilitó las divisas. Es decir, se realizaron "a crédito".

Tanto firmas automotrices como electrónicas vienen advirtiendo que el financiamiento del exterior se está cerrando, ante la imposibilidad de achicar ese pasivo.

Tierra del Fuego: alerta por puestos de trabajo

La trama en la que están envueltas las cerca de 20 terminales que confroman AFARTE, entidad que nuclea a los fabricantes de electrónica, es una síntesis perfecta de las idas y vueltas que viene padeciendo el "Made in Argentina" por los problemas cambiarios y por la obsesión oficial de cuidar las reservas.

Hacia el último trimestre de 2014, el Gobierno les había habilitado a estas compañías unos u$s120 millones mensuales para el pago de importaciones, una cifra que, según afirmaron fuentes de AFARTE a iProfesional, "no era suficiente, porque para funcionar con normalidad requerimos de u$s250 millones".

Antes de que finalizara el año, el Ministerio de Economía les había ampliado dicha cuota a u$s180 millones.

A medida que se activaron los distintos tramos del swap con China y que las cerealeras siguieron con el plan de adelantar liquidación de exportaciones, el optimismo oficial hizo que, hacia mediados de enero, la cartera que conduce Kicillof "premiara" a las empresas fueguinas con otro plus.

"Nos llamaron hace dos semanas para decirnos que habían decidido elevar la cuota hasta los u$s230 millones. Esto era positivo pero se cumplió sólo durante unos días. Ahora estamos volviendo a padecer las mismas restricciones de antes", aseguraron a este medio fuentes de AFARTE.

"Se regresó a una cuota equivalente a u$s120 millones, menos de la mitad de lo que se necesita para que las empresas funcionen con normalidad. Estamos pidiendo una reunión y ya hemos enviado notas al Gobierno alertando que si esto no se soluciona va a haber problemas con la producción y el empleo", agregó la fuente.

Desde la cámara de electrónica explicaron que el hecho de que una parte del personal esté de vacaciones ayudó a que, por el momento, no haya destrucción de puestos de trabajo. "Pero si este problema se prolonga, ahí puede haber un impacto", completó el directivo.

Desde AFARTE agregaron que si el año pasado no hubo una crisis estructural fue porque las terminales se pudieron manejar con el crédito de sus proveedores asiáticos.

En concreto, el BCRA pateó el pago de compras de insumos electrónicos por u$s1.000 millones, el equivalente a cuatro o cinco meses de importaciones. Pero ese financiamiento, alertaron desde la cámara, comenzó a cortarse.

"Algunas fábricas del exterior ya dejaron de embarcar hacia la Argentina componentes para la fabricación de celulares por los problemas de pago. Si esto se profundiza, además de los inconvenientes en la producción, sufriremos faltantes de equipos", agregó el directivo, en diálogo con iProfesional.

Automotrices: cae el stock y se desploman ventasEn el caso de las automotrices, la deuda impaga con filiales y proveedores es incluso mayor, dado que actualmente ronda los u$s2.200 millones. 

Así es como durante el último trimestre de 2014, empresas como General Motors o Renault tenían prohibido seguir importando autos desde Brasil.

No es un dato menor: ese país actualmente provee casi el 40% de los vehículos que se venden en la Argentina.

Además, el cupo actual de apenas u$s100 millones mensuales para todas las empresas del rubro, que nunca se amplió (pese a las promesas realizadas desde el Ministerio de Economía) no sólo no permite achicar esa deuda sino que no es suficiente ni siquiera para que el mercado esté bien abastecido.

"Las terminales necesitamos u$s300 millones todos los meses para poder responder al nivel de demanda", aseguró el vocero de una automotriz europea, que pidió estricto off the record.

En la reunión de este jueves, las empresas nucleadas en ADEFA insistirán con que el BCRA les habilite al menos u$s250 millones cada treinta días, pero no hay seguridad de que esto se vaya a cumplir.

Incluso, como sucede con las compañías de electrónica, el compromiso asumido por los funcionarios no es garantía de nada y puede ser anulado en cualquier momento.

"Las importaciones de autos se vienen desplomando y esto está llevando a un fuerte achicamiento del stock", advirtió a iProfesional el economista Gonzalo Dalmasso, de Abeceb.

Según cifras provistas por la consultora, en base a datos de Aduana, en octubre el ingreso de vehículos había registrado un derrumbe del 66% en volúmenes, respecto al mismo mes de 2013. En noviembre, en tanto, el desplome llegó al 65%.

Diciembre también fue negativo: las terminales importaron un 52% menos. Y el escenario se repitió en enero, con una caída similar.

Según Dalmasso, como consecuencia de este endurecimiento de la política aduanera, "las fábricas y las agencias ya se ´comieron´ un inventario cercano a los 110.000 vehículos", lo que equivale a dos meses de ventas.

El derrumbe en el ingreso de autos del exterior, sumado a la pobre dinámica del mercado, quedó plasmado en las ventas que las terminales realizan hacia los concesionarios: en enero apenas alcanzaron las 34.000 unidades, el nivel más bajo en seis años. Hay que retroceder hasta febrero de 2009 para encontrar un volumen tan pobre.

En este contexto, desde Abeceb estiman que los patentamientos en todo 2015 podrían incluso perforar el piso de las 600.000 unidades si no se resuelve la falta de divisas.

Para tener una noción de lo que esto significa, basta recordar que en 2013 la industria festejaba por los más de 955.000 autos comercializados. Es decir que, en sólo dos años, se podría "evaporar" un 40% del mercado.

La industria mira de reojo a Vanoli

Los empresarios recuerdan cuando el titular del BCRA, allá por diciembre, aseguraba tener "vocación" de ir flexibilizando todas las restricciones cambiarias en pie durante 2015 para ir hacia "una normalización completa".

Eran momentos de pleno optimismo, cuando las arcas se engrosaban gracias a los "dólares chinos", la fuerte liquidación por parte de cerealeras y la licitación de la red 4G.

Para Vanoli, su éxito era tal que se vanagloriaba de ser el único presidente en lograr concluir un año con crecimiento en las arcas del BCRA.

Sin embargo, tras un enero con resultado neutro, las alarmas volvieron a encenderse: pese a una liquidación de agrodólares que está "a full" y a los u$s800 millones que ingresaron el mes pasado por el intercambio de monedas con el gigante asiático, las reservas perdieron u$s210 millones y esto empujó a Vanoli a endurecer los controles.

El problema es que a los u$s31.200 millones que dice tener el BCRA, en la práctica hay que restarles u$s3.100 millones por swaps que deberán devolverse con intereses, otros u$s1.300 millones por pagos de deuda (ya cursados pero frenados por Griesa) y los u$s5.000 millones nunca habilitados a importadores.

Sólo estos parches y maquillajes evitan que hoy las arcas se ubiquen por debajo de los u$s22.000 millones.

Para el consultor Salvador Di Stefano, "hay que olvidarse de que el Gobierno libere los u$s5.000 millones adeudados para liquidar importaciones".

"Buscará preservar las reservas por encima de los u$s30.000 millones y contener lo que más pueda el tipo de cambio", afirmó el experto.

Desde Economía & Regiones advirtieron que a la administración kirchnerista "le importa más el nivel de reservas, de inflación y del dólar que el de actividad".

"En pocas palabras, procurará que las tenencias del Central no caigan, de manera de preservar la estabilidad financiera", resaltaron.

La consecuencia, advirtieron, es que "continuará el deterioro de la producción y del empleo".

Para Eric Ritondale, analista de la consultora Econviews, el objetivo del Gobierno será el de cuidar reservas y atrasar el tipo de cambio. Y esto "sólo lo logrará insistiendo con las fuentes alternativas de financiamiento, como los swaps, logrando que las cerealeras adelanten más liquidaciones y frenando importaciones".

Por lo pronto, un sector clave para la industria nacional, como es el automotriz, espera con ansiedad un aumento del cupo de divisas.

El temor, y que ninguna promesa oficial podrá despejar, es si esto después se terminará cumpliendo en la práctica.

Y si no, que le pregunten a los fabricantes de electrónica, que súbitamente y sin previo aviso se encontraron con que ahora el BCRA le está habilitando la mitad de aquellas divisas que, con bombos y platillos, les habían garantizado.

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