En diez años, la capacidad de crushing de soja creció 130%
Durante los últimos años y hasta 2005, tanto el sector privado como el público llevaba invertidos en Rosario, más de 1.100 millones de dólares para incrementar la capacidad de trituración de soja y mejorar la infraestructura logística portuaria. De este modo, a partir de la importante inyección de capital, sumado a la especialización creciente en el complejo sojero por parte de los productores locales, generó que hoy la Argentina sea el principal exportador mundial de pellets de harina de soja. El pellet es un concentrado de proteínas vegetales que se utiliza como principal fuente de aminoácidos en la composición de los alimentos para la producción de aves, cerdos, carne vacuna, huevos y lácteos en todo el mundo. Justamente, en este contexto, fue clave la creciente expansión de la capacidad de "crushing" (o trituración), proceso que se utiliza para la extracción del aceite vegetal y del cual también se obtiene, como co-producto, el pellet de soja. CrecimientoSegún un reciente informe económico elaborado por el Banco Río, en 1995, la capacidad de crushing era de 17 millones de toneladas. Apenas diez años después, la misma alcanzó los 40 millones, lo que implicó una suba del orden del 135%. Sin embargo, según el estudio, "como fruto de las enormes inversiones de los últimos cinco años, para 2006 se estima una capacidad de 44.5 millones de toneladas". De confirmarse estas proyecciones, esta suba implicará un incremento del orden del 161% respecto de los niveles de 1995. De acuerdo a los analistas de la institución, "esto es consecuencia de dos factores: la creciente demanda internacional de los principales rubros alimenticios (granos y carnes), y la gran competitividad alcanzada por las distintas cadenas productivas. Pero el hecho relevante, que llama la atención, es que esta expansión no ha sido homogénea". Sucede que el país también es el segundo exportador mundial de maíz y sorgo granífero, los componentes energéticos de las dietas animales. Además de estos granos y harina de soja, el país también embarca grandes cantidades de afrechillo de trigo (subproducto de la molienda para harina panificable), de pellets de girasol, residuos de la industrialización del maíz y el sorgo, y otros subproductos que se destinan a la producción animal.El dilema del valor agregadoDe este modo, la Argentina se especializó como proveedora de materia prima para el engorde de animales en otros mercados en el exterior, dejando de lado el potencial que existe para generar mayor valor agregado. Según el informe, hay varias causas que generan esta coyuntura. Por un lado, "el mundo ha privilegiado el proceso de agregación de valor en los mercados de destino". Esto generó que hoy sea mucho más fácil entrar con harina de soja que con carne aviar. Medidas para-arancelarias basadas en cuestiones sanitarias, o simplemente el escalonamiento arancelario, limitaron esas posibilidades.