La Argentina, el mayor exportador mundial de Pop Corn

Vende casi el 100% de las 150 mil toneladas de maí­z pisingallo que produce, a toda Europa, Asia, Ecuador y Venezuela. Cuenta con bajos costos
Por iProfesional
COMEX - 02 de Septiembre, 2006

Si bien con vaivenes, la producción local se ha ido incrementando y hoy la Argentina es el principal exportador y formador de precios de maí­z pisingallo mundial, dado que exporta casi el 100% de las 150.000 toneladas (t) que produce. El principal productor mundial son los EE.UU. con 450.000 t, de las cuales exporta solamente 50.000 toneladas.

La Argentina exporta a toda Europa, Asia (un mercado en crecimiento), Ecuador y Venezuela, entre otros. Los más fuertes son España, Egipto y Francia.

"Nosotros hacemos maí­z pisingallo para reemplazar el maí­z comercial que lo vení­amos haciendo antes en función de la sustentabilidad, pero se nos complicaba la situación por una cuestión de margen", explica el productor y asesor Ricardo Izaguirre, Baibe S.A. y Ganagrim S.A.

Izaguirre asegura que el pisingallo les da un margen bruto igual o mayor que la soja dependiendo el área donde se haya sembrado, y que obtienen muy buenos rendimientos en función de los materiales genéticos utilizados. Hoy, casi todo el maí­z que hacen es pop.

El costo de la semilla necesaria para sembrar una hectárea es de 58 dólares. A esto hay que agregar un control quí­mico de insectos, porque no se permite el uso de transgénicos; uno de fungicidas porque está habiendo muchos problemas de roya; y el costo de seguimiento de los cultivos y la certificación para saber que está libre de OGM.

No obstante, Izaguirre encuentra ventajas respecto del maí­z común: "Mayor economí­a en el uso de agua, se paga el doble (170 u$s/t –contra u$s87 del maí­z común–, aunque ha variado en los últimos años de 160 a 200 dólares), menor ocupación de tierra y mayor economí­a de nutrientes". Al igual que el maí­z pisingallo, el maí­z común necesita 22 kg de nitrógeno (N) por tonelada pero la necesidad del cultivo es de 220 kg/ha para el maí­z común mientras que es de 110 kg/ha para el pop corn.

En lo que respecta a fertilización, con un nitrógeno promedio de 3 años de 47 kg/ha, un maí­z de 9.000 kg/ha necesitarí­a 266 kg de urea (u$s82) mientras que para un maí­z pop de 6.000 kg/ha se necesitan 63 kg de urea (u$s19).

Entre las ventajas comerciales, Izaguirre enumera que son clave "el bajo costo de flete, no hay costo de comercialización, secado y servicios, se fija un precio mí­nimo, la producción es bajo convenio de superficie y hay bonificaciones por calidad (que el grano no esté fisurado y que expanda bien; más se expande, más se paga)". El mercado no permite OGMEn lo que respecta a las claves de manejo, es importante tener en cuenta que, por cuestiones de trazabilidad se debe estar alejado de otros maí­ces genéticamente modificados (OGM). La fecha de siembra es igual a la del maí­z común. La densidad recomendada es de 75.000 plantas por ha y se trabaja con herbicidas tradicionales.

En lo que respecta a enfermedades, hay que estar atentos a la diatraea. Genética, la clave de la expansiónUno de los puntos clave en este negocio es la genética que está asociada a la capacidad del grano de expandirse al ser calentado. Incluso por esto se pagan bonificaciones al momento de venta.

El maí­z pisingallo posee en su estructura genética dos caracterí­sticas que se correlacionan en forma inversa: el grosor del tallo y la expansión, es decir, a mayor expansión, menor grosor de tallo y viceversa. Consecuentemente al seleccionar maí­ces de alto í­ndice de expansión, las plantas obtenidas se caracterizan por presentar tallos débiles, favoreciendo el quebrado de las cañas.

En 1994, y como resultado, en primer lugar de la reducción de los saldos exportables de los EE.UU. y en segundo término de una demanda sostenida del producto en el mercado internacional, nuestra producción pudo ser comercializada sin inconvenientes, colocándose el saldo exportable argentino a precios cuya relación llegó a ser 5 a 1 respecto de las cotizaciones del maí­z tradicional. Esta situación coyuntural actuó como incentivo para que el área sembrada pasara de 14.200 ha en el ciclo 1994/1995 a 46.000 ha en la campaña 1996/1997.

A partir de 1997, los precios del maí­z pisingallo fueron disminuyendo en forma progresiva, hasta llegar en algunos casos a una relación del 2-1 con respecto al maí­z tradicional, debido principalmente a la recuperación del stock en los Estados Unidos.

Se pueden diferenciar tres zonas de producción claramente definidas: la zona núcleo maicera (aporta 60% de las coberturas); el NOA, principalmente la zona de Las Lajitas (29% de la superficie) y Sudeste de Buenos Aires (11% de la superficie).

Juan I. Martí­nez Doddajdodda@infocampo.com(c) Infobae Diario

Te puede interesar

Secciones