Calzado: Europa traslada plantas a China y es el "nuevo enemigo"
Durante los días 26 y 27 de abril pasados se desarrolló el III Congreso Mundial del Calzado. El mismo, organizado por la Confederación Europea de la Industria del Calzado, tuvo lugar en Logroño, España. De este modo, por primera vez se celebró fuera de Bruselas, la sede de la entidad.
Durante los dos días, el evento –que tiene lugar cada dos años- reunió a los principales países productores y consumidores de calzados de todo el mundo con el objetivo de analizar tendencias, oportunidades y desafíos que enfrenta el sector en sus proceso de internacionalización.
De esta manera, pproveedores de materiales, fabricantes, minoristas, centros de investigación, institutos profesionales, universidades y sindicatos, confluyeron en un solo punto de debate.
Entre los países que estuvieron representados en el Congreso destacaron China, Vietnam, la Unión Europea, India, Japón y EEUU. Por el lado de Latinoamérica, fueron delegaciones de Argentina, Brasil, Chile y México
Durante el Congreso se terminó de "sincerar" el nuevo escenario mundial en el negocio del calzado, un escenario donde las compañías, principalmente europeas, decidieron relegar su papel de ser una industria de fabricación total y apostar al modelo de comercialización.
Esto implica en pocas palabras, fabricar en China y perder parte de la mano de obra ocupada, pero mediante la radicación de capitales propios en el gigante asiático, hacerse de un nuevo negocio en la apertura de nuevos mercados.
Así, de acuerdo al punto de vista de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC) de la Argentina, lejos de alcanzarse un acuerdo o una estrategia común en la defensa frente a la avanzada China, ahora, los industriales locales podrían sufrir un aumento en las exportaciones chinas debido a la relocalización de industrias europeas en ese territorio, que ganarán en competitividad y apostarán a penetrar el mercado latinoamericano, algo impensado, por costos, unos años atrás.
El fenómeno chino en la industria y comercialización de calzado a nivel mundial, es contundente: el año pasado fabricaron más de 8.000 millones de pares y su competidor más próximo, la India, aportó la modesta suma de 700 millones de pares, una brecha que deja en evidencia las diferencias de estructura productiva y bajos costos.
La Argentina, por su parte, cuenta con una producción más modesta y el año pasado fabricó 80 millones de pares.
Nuevo orden
En diálogo con infobaeprfofesional.com, Horacio Moschetto, responsable del departamento de Comercio Exterior y secretario de la Cámara y que viajó en representación de la Argentina sostuvo que el objetivo del congreso "era ver cómo se podía parar y controlar el crecimiento de China en el mercado mundial, cómo parar la invasión que cada uno de los países con industrias en el mundo padece".
De este modo, "se debatió la política de subsidios y salarios que se pagan a precios de esclavos tanto en China como en India, donde se pueden encontrar trabajadores que cobran 60 dólares al mes, esto es sumamente desleal", sostuvo el directivo.
Sin embargo, y a pesar de que el objetivo de la CIC era buscar una estrategia en común, el escenario que plantearon los europeos fue sumamente distinto.
"Hubo una cosa que quedó muy clara y es que hoy, una parte de Europa está queriendo imitar a Estados Unidos. Países como España y Alemania y otros más pequeños con menor producción ven que su mercado interno lo tienen casi perdido, en manos de China. Por eso la nueva tendencia mundial en industrialización y comercialización de calzado es apostar sólo al diseño europeo pero con mano de obra china, para luego exportarlo desde Europa o China mismo principalmente hacia Sudamérica".
Así, según Moschetto, "las entidades europeas del sector, excepto las de Italia, se están lanzando a la búsqueda de nuevos mercados, exigiéndole a nuestra región una bajas de aranceles para poder ingresar con sus nuevos productos".
"Lo que están demostrando es que el comercio le ganó a la industria, no les importa dónde se fabrique y que no le den trabajo a su mano de obra, lo que importa es ser dueños de una parte del comercio", sostuvo el directivo, quien agregó que "en lugar de entender nuestra situación, los empresarios españoles pidieron que no nos quejemos más de los subsidios chinos, de las ventajas que tienen y además nos presionaron para que bajemos los aranceles, o sea que el problema que tenemos les interesa poco y nada".
Actualidad y perspectivas
En Brasil, durante 2005 habían ingresado cinco millones de pares pero el año pasado, esa cifra se expandió hasta los 25 millones, quintuplicando los niveles del período anterior.
Por su parte, a la Argentina ingresaron 1,8 millones de pares en 2005 y el año pasado esta cifra trepó hasta los cinco millones.
Para este año, algunos analistas fijan un crecimiento más moderado pero igualmente importante para los flujos de calzado chino del orden del 40%.
En este contexto, los industriales manifestaron estar "sumamente preocupados, porque esta nueva relocalización de industrias va a impactar en el comercio y puede aumentar enormemente las exportaciones Chinas".
Las razones están en que, a partir de ahora, en calzados de cuero puede suceder lo que ya sucedió con el deportivo: China obtendrá el know how necesario para insertarse de manera acelerada en la producción de productos premium.
Según el directivo, "en Italia hoy cierran cuatro fábricas de calzado por día y de 2005 a esta parte desaparecieron más de 1.000 empresas y les sigue ingresando calzado chino. Si bien la Unión Europea comenzó a aplicar medidas de salvaguardia, el daño que ha provocado es casi irreversible, la industria española está totalmente destruida".
De este modo, "hoy los europeos son muy fríos y lo único que les interesa es no caerse del negocio, porque se están cayendo y se están quedando afuera; el comercio les superó la industria", concluyó Moschetto.
Juan Diego Wasilevsky
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