La competitividad cambiaria aumentó pero con bajo impacto

La apreciación de las monedas frente al dólar puso en ventaja al peso argentino. A la hora de ganar resultados, sin embargo, la influencia fue menor
Por iProfesional
COMEX - 18 de Enero, 2008

Una de las variables que se suele utilizar para evaluar la competitividad de la economí­a es el í­ndice de tipo de cambio real multilateral (ITCRM), que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la Argentina con respecto a los de los principales paí­ses con los cuales se mantiene intercambio comercial. De acuerdo a los datos brindados esta semana por el Banco Central (BCRA), el TCRM se culminó 2007 un 9,4% por encima del valor del año anterior. Así­, acumula un alza del 120,6% respecto al promedio de la convertibilidad. "Este í­ndice tiene en cuenta las fluctuaciones de las monedas y de los precios de nuestros socios comerciales y es, por lo tanto, una medida amplia de la competitividad de nuestro signo monetario", apunta la entidad en su explicación metodológica.

En lo que respecta a los bienes, el cálculo excluye a los commodities. "Los bienes básicos como el petróleo, la soja y el maí­z, por ejemplo, son bienes homogéneos cuyos precios se determinan de acuerdo a la oferta y demanda mundial en mercados de subasta, por lo cual no puede haber diferenciación de productos y el destino u origen de los mismos no es importante". Y, con respecto a los paí­ses, la metodologí­a del BCRA especifica que las ponderaciones de los diferentes paí­ses dentro del í­ndice tienen en cuenta el total de comercio argentino (exportaciones e importaciones). Así­, en el cálculo la mayor influencia no se lo lleva el dólar, sino el real brasileño, con una ponderación del 35%, dado que es, por lejos, el mayor socio comercial de la Argentina. Por su parte, la segunda mayor influencia sobre el í­ndice la tiene el euro, con un 19,5%. Así­, la divisa estadounidense recién se ubica en el tercer puesto. Esto explica la fuerte mejora de la competitividad de la mano del tipo de cambio: como el dólar estadounidense se debilitó nominalmente de manera extendida frente a una muy amplia canasta de monedas, esto le permitió al peso argentino devaluarse frente a las mismas.

Así­, el tipo de cambio real con respecto a la moneda brasileña hoy está un 185% por encima al promedio del perí­odo comprendido entre 1999 y 2001. Con respecto al euro, la mejora fue similar: 180,8. Por su parte, dada la debilidad del dólar, la mejora del tipo de cambio real bilateral fue mucho menos marcada: 89,2%. "Un aumento del ITCRM se interpreta como una depreciación real del peso, ya que se necesitan más unidades de la canasta argentina para adquirir la canasta compuesta de los paí­ses socios (o sea, son más fuertes las monedas de los socios tomados en conjunto) y, viceversa, una disminución del ITCRM equivale a una apreciación real del peso", explica el BCRA.

Desde la Fundación Standard Bank, Raúl Ochoa explicó a infobaeprofesional.com que "la mejora con respecto a Brasil fue monumental. Y, en el caso de la zona euro también se notó una diferencia de cambio muy favorable, ya que esta moneda se valorizó 15 a 18 puntos frente al dólar". Sin embargo, para Ochoa, la lectura que se puede hacer de este í­ndice es relativa. Y más relativo aún es el efecto real sobre algunos mercados como el brasileño. "Si el tipo de cambio conveniente fuera suficiente, tendrí­amos que haber invadido a Brasil con nuestros productos desde la devaluación, pero esto no ocurrió. Por el contrario, desde entonces comenzamos a tener déficit", sostuvo el especialista, en relación al rojo de la balanza comercial récord del orden de los u$s4.000 millones con el que cerró 2007. En este sentido, desde 1998 a 2007 las exportaciones a Brasil crecieron apenas 29,6%, al pasar de u$s8.034 M a u$s10.410 M. Por su parte, las importaciones totales brasileñas experimentaron un verdadero boom, con un alza del 126%. "Esto demuestra que perdimos market share violentamente", según Ochoa. De hecho, en 1998 la participación en ese mercado era del 15% y nueve años después se desplomó hasta el 8,63%. A la hora de buscar las razones de cómo a pesar de la enorme ventaja cambiaria no se ganó terreno, Ochoa sostuvo que "con Brasil tenemos un problema de canasta exportadora, no tenemos una oferta agresiva" que cubra la verdadera demanda de ese paí­s. Con respecto a la Unión Europea, el especialista señaló que sí­ puede haber mayores ganancias de mercado. Sin embargo, para terminar de desterrar la idea del tipo de cambio como ventaja excluyente para mejorar la performance exportadora, señaló que "Alemania es el principal exportador del mundo y ahí­ hay todo un trabajo de competitividad real". Juan Diego Wasilevskyjuandiego@infobae.com(c) infobaeprofesional.com

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