La "industria argentina" se encareció tanto que ahora es más barato importar
En un contexto donde cada vez cobra mayor relevancia el debate sobre la conveniencia de enfriar o no la economía, en los comercios, supermercados y hasta incluso en concesionarias, se lleva a cabo una batalla por el mercado de consumo entre productos de manufactura nacional y los de origen importado.Al respecto, el influyente ex presidente Néstor Kirchner ya dejó en claro que la inyección de liquidez es una política que no se toca, aún cuando los precios en las góndolas y los costos en las industrias amenazan con ingresar en la temida espiral ascendente. Desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADMIRA), organización que agrupa a más de 50 cámaras en todo el país, acaban de encender el alerta: "Ya perdimos el 20% del mercado a manos de la importación. A este ritmo de incremento de costoso, vamos a perder otro 20%".La competitividad, una variable que en los últimos años se asoció con la industria Argentina de la mano del tipo de cambio ventajoso, hoy es una ecuación que no rinde. En algunos sectores, el aumento de los costos fue tan marcado que se extinguieron por completo los beneficios de la devaluación, con salarios promedios que en algunas ramas de actividad acumulan subas de más de un 300% desde la salida de la crisis.De este modo, a pesar de que el dólar permanece relativamente planchado con respecto al peso, la inflación –que según el economista Miguel Angel Broda, hoy es comparable a la de países como Venezuela y Zimbabwe-, genera que los productos nacionales pierden la pulseada frente a la competencia:
- Según la consultora Prefinex, la competitividad de la Argentina con respecto a EE.UU. se deterioró un 10% y para este año se espera que caiga un 12,6% más.
- En relación al grupo de principales socios comerciales de la Argentina –como Brasil, China, Chile y Europa-, durante 2007 había mejorado un 1,9%, dada la apreciación que padecieron monedas en relación a la divisa estadounidense.
- Sin embargo, por la suba de precios y costos a nivel local, Prefinex proyectó una caída del 8% para este año y del 8,5% para 2009.
"Evidentemente, se diluyó gran parte de la ganancia que se logró al dejar el 1 a 1", sintetizó Aldo Abram, director de la consultora Exante. Boom de importacionesSegún información oficial del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), las importaciones crecieron de 2006 a 2007 un 31%, cifra que se explica un 8% por aumentos en los precios, y un 22% en aumento de cantidades.Y este año, la tendencia se afirma: durante los primeros tres meses del año las compras desde el exterior crecieron un 40% con respecto al mismo período de 2007.
Diana Mondino
, economista de la Universidad del CEMA, aseguró a infobaeprofesional.com que "en la medida en que los aumentos de costos sean mayores a los de otros países, va a ser cada vez más difícil poder abastecer el mercado doméstico". En tanto, Mariano Lamothe, economista de Abeceb.com, coincidió en que la competitividad de la industria argentina está retrocediendo: "Ajustes de salarios y tarifas, suba de costos de logística, financiamiento inaccesible o caro, son algunos de los factores que hacen menos atractivos a los bienes producidos localmente".Justamente, el encarecimiento del costo laboral es la variable que explica en mayor medida la escalada en los precios de la producción local. Recientemente, Ernesto Kritz, director de SEL Consultores, aseguró a este medio que el costo laboral real para el conjunto de las compañías es un 10% más alto que antes de la devaluación. La pérdida de poder adquisitivo que vienen sufriendo los sueldos producto de la inflación, retroalimenta a esta última mediante recurrentes actualizaciones en los salarios generando un círculo vicioso, difícil de abandonar.La situación es especialmente preocupante en aquellas industrias intensivas en el factor trabajo, es decir, que utilizan un alto grado de mano de obra en relación a otros factores productivos.En este sentido, el 75% compañías argentinas está pagando más en costos de personal que hace un año atrás, un porcentaje que ubica al país por encima del promedio internacional del 63%, de acuerdo a los datos surgidos del ultimo International Business Report (IBR) de la consultora Grant Thornton International.Los sectores más amenazadosSegún los especialistas, la sustitución de importaciones es un proceso que quedará en el pasado si no hay medidas urgentes para aumentar la competitividad. Así, productos electrónicos, maquinaria agrícola, autopartes, indumentaria y bienes de capital, son solo la punta de un iceberg que amenaza con extenderse a todas las áreas productivas del país. De hecho, Mondino aseguró que ya se están dando casos insólitos, como el de los procesadores de frutas, que cada vez más recurren a la importación de la materia prima para luego venderla en el exterior y así evitar el impacto de la suba de la mano de obra. Audio y video: en la línea de fuegoA la hora de realizar una radiografía entre los distintos sectores, uno de los más golpeados por la suba de costos es la de los productos electrónicos. Un año atrás, por ejemplo, era común ver en los comercios e hipermercados una fuerte participación de los DVD o equipos de audio de producción nacional, provenientes de las plantas radicadas en Tierra del Fuego, que gozan de amplios beneficios impositivos. Sin embargo, a pesar de estas ventajas, fueron arrasados por la imbatible competencia china y desaparecieron de las líneas de ensamble de Ushuaia y Río Grande. Desde la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), aseguraron a infobaeprofesional.com que "ya no es conveniente fabricar estos productos porque el precio cae y los costos son cada vez más altos". Si bien las condiciones de vida ponen un piso considerablemente alto a los salarios en el sur del país, los empresarios se quejan de que esto repercute negativamente en la rentabilidad. En las terminales de Río Grande, un operario que realiza tareas básicas hoy cobra un sueldo mensual de $3.500 , una cifra impensada para el resto de las provincias. Indumentaria: acecha el gigante asiático En el caso de los productos textiles, si bien es histórica la amenaza asiática, los empresarios del sector aseguran que se les hace cada vez más difícil competir con lo importado. Las etiquetas con el clásico "industria argentina" van dejando lugar a toda una gama de países asiáticos. Desde una de las entidades del sector aseguraron a este medio que "la pérdida e mercado en manos de mercadería extranjera es notoria". Los costos de producción se fueron incrementando para la industria textil. Y esto se ve reflejado en los precios de las prendas: comparando la temporada otoño–invierno 2008 con el mismo período del año pasado, la indumentaria salida de fábrica aumentó en promedio 15 por ciento.Según los especialistas, el rubro más amenazado es el de las camperas, que tienen una muy fuerte dependencia de las fibras sintéticas. En lo que respecta a todo el sector la indumentaria, durante en el primer trimestre de 2008 las importaciones aumentaron 45% respecto al mismo período del año pasado. De este total, China representa más de 40% de las compras argentinas de prendas de vestir."Las importaciones siguen subiendo. Esta es la tendencia", se resignaron las fuentes. Maquinaria agrícola: ganancia brasileñaMás allá de la crisis de hoy en día, cuando se habla del boom del campo, se menciona el récord de cosechas y los precios internacionales récord de las commodities agrícolas. Sin embargo, uno de jugadores que más le "sacó el jugo" al crecimiento rural argentino fue, paradójicamente, el empresariado brasileño. El año pasado, de los $3.300 M vendidos en el mercado local, $1.880 M correspondieron a equipos provenientes del exterior, mientras que las empresas locales, en su mayoría Pyme, se quedaron con los $1.423 M restantes.De este modo, la producción nacional pierde participación año tras año: durante 2007 las ventas de tractores, cosechadoras, implementos y sembradoras fabricados en el país cubrieron el 43% del total del mercado. Esta cifra es sustancialmente menor a la registrada cinco años atrás, cuando la ventaja del tipo de cambio le permitió ganar terreno de manera abrupta a la industria local. En ese entonces, las máquina fabricadas en el país eran dueñas de más del 63% del mercado total. Entre los países de origen de las importaciones, Brasil se mantuvo como el principal proveedor, con una participación del 76%.Según estimaciones de la Asociación de Fabricantes de Autopartes y Componentes (AFAC), durante 2007 las exportaciones alcanzaron los u$s2.200 M, una cifra sustancialmente menor a los u$s6.100 M en concepto de importaciones.¿El resultado? Un déficit de u$s3.900 M, 44% por encima de los niveles de 2006. En este contexto, la industria brasileña juega un papel crucial, ya que es responsable de prácticamente la mitad de ese desfasaje que padece el país.En off, un empresario representativo del sector aseguró a este medio que "la situación es complicada. Las inversiones en matricería son muy costosas para las Pyme y con los costos actuales las cuentas no dan. Por eso, si quieren achicar el déficit y bajar las importaciones desde el Gobierno hay que dar mucha más certidumbre". Los autopartistas mantienen negociaciones salariales con tres sindicatos: la UOM (metalúrgicos), SMATA (mecánicos) y plásticos. La más complicada es la primera, ya que piden un aumento salarial del 32 por ciento. Industrias electrónicas: la importación ya es convenienteRamiro Prodan, presidente de Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), explicó que "la suba de salarios que piden los sindicatos (de entre 20 y 25%) traen inflación. Si se producen estos aumentos, el costo de los productos nacionales aumenta en pesos. Pero como el valor del dólar se mantiene constante, aumentan en dólares. Esto atenta contra la competitividad".CADIEEL integra a más de 240 Pyme productoras de bienes relacionados a la informática, telecomunicaciones, y equipos eléctricos que facturan anualmente más de u$s1.300 M. "Como la inflación nos obliga a aumentar el precio en dólares, quedamos fuera de competencia. Además, los productos que se importan empiezan a ser relativamente más baratos. Y entonces, empieza a ser más convenientes importarlos que producirlos en el país", señaló Prodan. Al respecto, el empresario aseguró que "ya hay muchos integrantes de la Cámara, sobre todo en el sector eléctrico, que están importando productos del exterior que se podrían fabricar en la Argentina porque su precio ya no es competitivo. Esto va a seguir generalizándose en la medida en que aumenten los costos". Manufacturas de cuero: más medidas proteccionistasEl de la marroquinería es, junto con calzados y textiles, uno de los sectores de la industria "sensible", donde las empresas asiáticas arrasan a nivel mundial. Los empresarios aceptan que sin protección hoy no tendrían fábricas abiertas. Por lo tanto, son de las que más apuestan al lobby para su subsistencia. En diálogo con este medio, Raúl Zylberstein, presidente de la Cámara de Manufacturas del Cuero y Afines de la República Argentina, explicó que "hoy en día el mercado interno está protegido mediante licencias no automáticas y un férreo control de la normativa desde la Secretaría de Industria". Sin embargo, el directivo alertó que "estamos perdiendo competitividad. Sólo de mano de obra, que en el sector representa entre el 33% y el 50% del costo global, tuvimos aumentos del 27% en los últimos meses". En este contexto, aseguró que "mientras más competitividad perdamos, más protección vamos a necesitar para no perder frente a lo importado" y que "estamos elaborando propuestas para presentar en Industria para aumentar la protección del sector". Los productos nacionales que cada vez tienen más problemas para competir por precio son las mochilas escolares, los bolsos y carteras. Cómo recuperar la competitividad perdidaFrente a esta situación, la industria, en líneas generales, apoya un dólar más alto para subir la protección efectiva frente a la importación. Al respecto, los economistas advierten que para mantener la "competitividad perdida" haría falta que el dólar suba por arriba de los 3,30 pesos.Sin embargo, desde Economía & Regiones advirtieron que "depreciar el tipo de cambio nominal para ganar competitividad y aumentar la protección de ciertos sectores sería, en este contexto, una medida corto-placista, que sólo brindaría los resultados deseados durante un breve período". "Con el clima de incertidumbre y exceso de pesimismo local, la Argentina no debería intentar recuperar la competitividad-precio devaluando nominalmente su moneda, ya que esto, implicaría una aún mayor aceleración de las presiones inflacionarias", explicaron desde la consultora. "Más allá que el tipo de cambio real ´efectivo´varíe entre los sectores económicos, la inflación afecta negativamente a la competitividad y a la protección de todasactividades económicas. Bajar la inflación es, entonces, la mejor política para mantener la competitividad del sector exportador y la protección para el sector mercado internista", aseguraron.
Del mismo modo, para Lamothe la solución no viene de la mano de nuevas devaluaciones de la moneda: "Esta medida no sería sustentable en el largo plazo, ya que los precios ajustarían rápidamente, ahogando todos los beneficios de la pérdida de valor del peso". En cambio, debe apuntarse a afianzar los entramados productivos, mejorando los niveles de inversión, en un horizonte de largo plazo, y donde los trabajadores puedan capacitarse, con políticas que involucren tanto a las empresas como al gobierno. Según Lamothe, la mayor productividad de la mano de obra permitiría de esta manera, aumentar salarios sin riesgos de inflación.Para Horacio Cado, economista de Prefinex, "el tipo de cambio tiene que estar en niveles competitivos, en tanto y en cuanto se hagan las gestiones del Gobierno para incentivar la oferta. Si se devalúa pero no hay capacidad ociosa para crecer, la única forma de ajuste es por precios". Por último, Abram criticó a las industrias que "son de por sí ineficientes y no hicieron el esfuerzo en términos de inversión y de ganancia de eficiencia para ser competitivas". "Para que los sectores industriales sustitutivos de las importaciones sean competitivos es necesario que inviertan más. Devaluar para sostenerle la competitividad a los empresarios que no saben ganar a fuerza de mayor inversión no me parece justo porque implica mantener a muchos argentinos por debajo de la línea de pobreza", concluyó el especialista.
Juan Diego Wasilevsky - Carolina Singer© infobaeprofesional.com