Crece la polémica por presión de industriales que piden apreciar el dólar con urgencia

Tras el fuerte debate desatado en el seno de la UIA, desde diversos sectores apuntan contra los empresarios que pugnan por una nueva depreciación del peso
Por iProfesional
COMEX - 25 de Agosto, 2008

El martes pasado, por un segundo, los relojes del paí­s se detuvieron. El aire se cortaba con un cuchillo. Los industriales, debatidos entre el nerviosismo y la indignación, contuvieron el aliento hasta que de boca del ministro de Economí­a, Carlos Fernández, salieron las palabras justas y en el momento preciso. Palabras que los empresarios hací­a tiempo querí­an oí­r. Esto sucedió en el marco de la presentación del programa de ampliación de plantas y lanzamiento de productos que delineó la industria automotriz hasta el 2011 y que reunió, en el Palacio de Hacienda, a las cúpulas de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), la Asociación de Fabricas Argentinas de Componentes (AFAC) y la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA). Una vez que escuchó de boca de los empresarios que el sector invertirí­a u$s3.500 millones en tres años, Fernández se sintió alentado a destacar las bondades del modelo y que el Gobierno seguirí­a apostando al mantenimiento de un tipo de cambio competitivo. Apenas terminó de pronunciar estas palabras, las risas nerviosas corrieron como reguero de pólvora. Uno a uno, los industriales intercambiaron miradas sarcásticas. La situación duró apenas unos segundos, pero a Fernández le bastó para saber que, puertas adentro, se debí­a dejar el discurso de libreto de lado para afrontar la realidad.Así­, finalmente, el Gobierno reconoció ante el sector privado que el tipo de cambio, por el impacto de la suba de costos, es un verdadero problema que necesita ser resuelto para dar mayor previsibilidad de cara al futuro. "Cuando vio las miradas incisivas de todos los que estábamos ahí­, el ministro nos dijo que el tipo de cambio ya se iba a ir corrigiendo. Con lo cual evidentemente el Gobierno es consciente de que debe hacer algo con la pérdida de competitividad", sostuvo un alto directivo que prefirió mantener su nombre en reserva. Cuatro meses de expectativaCon la jugada del Banco Central (BCRA), que modificó el tipo de cambio llevando el dólar de los $3,22 de fines de abril a los $3,05 actuales, los industriales no se impacientaron porque tení­an una certeza: se trataba de una movida coyuntural que serí­a revertida en la mayor brevedad posible para reestablecer la competitividad erosionada. Sin embargo, con el pasar de los meses, y frente a un marcado aumento en los costos de producción, los ánimos comenzaron a crisparse. Así­ salió a la luz, por ejemplo, el duro enfrentamiento entre el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Lascurain, y su vice, Ignacio de Mendiguren, en relación al verdadero nivel de inflación. Y así­ se generó una lí­nea divisoria en la entidad entre los dirigentes empresarios que prefieren esperar a que el BCRA regrese al punto de equilibrio en lugar de hacer reclamos públicos, y aquellos que pugnan por el inmediato reestablecimiento de un dólar, como mí­nimo, a $3,20 antes de que la suba de precios se consuma lo poco que queda de competitividad. "Por la inflación acumulada en los últimos tres años, la economí­a viene resignando competitividad-precio en forma sistemática", señalaron al respecto analistas de la consultora Economí­a & Regiones. "Un dólar en los niveles actuales implica una erosión muy importante de uno de los pilares del modelo actual y generará presiones devaluatorias que van a ser difí­ciles de sobrellevar para la actual administración", agregaron.Y este diagnóstico no es erróneo, ya que crece dí­a a dí­a el polémico debate sobre cuál deberí­a ser el nivel del dólar. Presión industrial De acuerdo a un reciente relevamiento de iProfesional.com, los empresarios que se sienten más dañados con la jugada del Banco Central ya están pidiendo un dólar entre $3,50 y $4 para frenar la sangrí­a competitiva. Así­, desde la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero su presidente, Raúl Zylbersztein, aseguró que "todo lo que se pueda hacer para proteger el mercado interno, como licencias no automáticas, o polí­ticas antidumping, son instrumentos que pierden sentido si se vuelve a un tipo de cambio alto. Con un dólar alto no se necesitan todas estas medidas, esto se regula automáticamente". En esta lí­nea, aseguró que recién "con un dólar entre los $3,80 y los $4 se estarí­a devolviéndole a esta industria la rentabilidad perdida". En tanto, desde la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto, secretario de la entidad, aseguró que "el tipo de cambio actual no solamente es negativo para las exportaciones sino que además, favorece a los importadores". De este modo, sostuvo que "un tipo de cambio a $3,50 estarí­a bien para nosotros".

Un frente "antidevaluación" En este contexto, el ex titular de la Cámara de Importadores, Diego Pérez Santisteban, disparó contra toda polí­tica que tienda a apreciar el dólar y se quejó de los sectores industriales que "están pidiendo un dólar a cuatro pesos"."Apreciar el tipo de cambio serí­a disparatado. Creo que es un momento muy inoportuno, donde hay dificultades para el control de la inflación. Generar una devaluación serí­a deprimir el poder adquisitivo de los asalariados", sostuvo al respecto. "Estoy escuchando preocupación de parte del sector industrial, pero muchos están trabajando con ratios de la utilización de la capacidad instalada todaví­a muy altos. Por eso me parece que estos empresarios están haciendo reclamos preventivos y no porque las importaciones le estén afectando seriamente su negocio", agregó. Por otra parte, se quejó de que "los industriales esperan que la polí­tica oficial sea una polí­tica que permanentemente facilite. Siempre hay como parte de la agenda industrial una expectativa de que el gobierno de turno les brinde condiciones favorables con respecto a la competencia extranjera". Sin embargo, Santisteban subrayó que "esto no es una crí­tica, es una lectura de la realidad" y que es conciente de que "hay otros factores coyunturales que no impulsaron al industrial a invertir". Al respecto, apuntó contra el sistema de subsidios cruzados, la preocupación que genera la situación energética, y el desincentivo de la polí­tica de precios de la Secretarí­a de Comercio. Más argumentosDesde Economí­a & Regiones advirtieron que "depreciar el tipo de cambio nominal para ganar competitividad y aumentar la protección de ciertos sectores serí­a, en este contexto, una medida corto-placista, que sólo brindarí­a los resultados deseados durante un breve perí­odo". "Con el clima de incertidumbre y exceso de pesimismo local, la Argentina no deberí­a intentar recuperar la competitividad-precio devaluando nominalmente su moneda, ya que esto, implicarí­a una aún mayor aceleración de las presiones inflacionarias", explicaron desde la consultora. "Más allá que el tipo de cambio real efectivo varí­e entre los sectores económicos, la inflación afecta negativamente a la competitividad y a la protección de todas actividades económicas. Bajar la inflación es, entonces, la mejor polí­tica para mantener la competitividad del sector exportador y la protección para el sector mercado internista", aseguraron.Aldo Abram, titular de la consultora Exante, criticó a las industrias que "son de por sí­ ineficientes y no hicieron el esfuerzo en términos de inversión y de ganancia de eficiencia para ser competitivas". "Para que los sectores industriales sustitutivos de las importaciones sean competitivos es necesario que inviertan más. Devaluar para sostenerle la competitividad a los empresarios que no saben ganar a fuerza de mayor inversión no me parece justo porque implica mantener a muchos argentinos por debajo de la lí­nea de pobreza", concluyó el especialistaPor último, Raúl Ochoa, miembro del comité académico de la Fundación Standard Bank, aseguró que "en varios sectores industriales, el tema del tipo de cambio está muy complicado". Sin embargo coincidió con el resto de los especialistas al afirmar que "los que piden una devaluación nominal no están teniendo en cuenta el efecto: la escalada inflacionaria que esto generarí­a".Los números de la polémicaSegún datos del INDEC, en el primer semestre del año, las importaciones totales crecieron 45% respecto al mismo perí­odo del año anterior.De acuerdo a un estudio de la consultora Ecolatina, durante este perí­odo, las importaciones que compiten con productos de fabricación nacional aumentaron 53% respecto al mismo perí­odo de 2007.Actualmente, este tipo de importaciones representa 63% del total importado, tres puntos más que en el primer semestre del año anterior.Algunos ejemplos de productos industriales nacionales que se ven amenazados por las crecientes importaciones, según Ecolatina, son: autopartes, productos de hierro y acero,  grupos electrógenos, televisores, maquinaria agrí­cola, productos textiles y fertilizantes quí­micos."En muchos casos las importaciones cierran la brecha entre la demanda doméstica y la oferta nacional. Pero la apreciación cambiaria acelera el fin del proceso de sustitución de importaciones, reemplazando producción nacional por productos extranjeros", explicaron. Como contrapartida, Santisteban recalcó el aporte de las importaciones a la actividad productiva nacional y la influencia que tuvo el impulso de la demanda en su crecimiento. "La compra de dólares para aumentar las reservas, tasas de interés por debajo de la inflación real y el aumentos de salarios, generó una polí­tica monetaria expansiva que impulsó fuertemente el consumo", explicó. "Todo esto generó uso de la capacidad instalda en las empresas locales y un aumento de las importaciones para cubrir esa demanda que la fabricación no cubrí­a y obviamente que las importaciones van aumentando", agregó. Por último, apuntó contra sectores de la "industria sensible", los más dinámicos a la hora de solicitar protecciones por parte del Gobierno: "Las importaciones crecieron, pero la venta de productos como juguetes de textiles y calzados locales aumentó exponencialmente, entonces, si miran una parte de la pelí­cula no se está viendo el cien por ciento de la realidad". Juan Diego Wasilevsky(c) iProfesional.com

Te puede interesar

Secciones