Apenas 14 empresas concentran más del 40% de las exportaciones

Desde Desarrollo de Negocios Internacionales, la consultora de Marcelo Elizondo, destacan que el paí­s necesita contar con más cantidad de multinacionales
Por iProfesional
COMEX - 20 de Abril, 2010

Por Marcelo Elizondodirector de DNI - Desarrollo de Negocios Internacionales(c) iProfesional.comUn aspecto pocas veces advertido del desarrollo de las exportaciones argentinas de los últimos años, es que existe en el lote de vendedores al mundo una marcada diferencia entre unos pocos grandes actores y muchí­simos de dimensiones menores.Si observamos el mapa del último año, encontramos el siguiente escenario:

  • Las empresas que exportaron mas de 1.000 millones de dólares fueron solo 14 (exportaron, ellas, mas de 30.000 millones de la moneda norteamericana y eso es más del 40% del total exportado).
  • Las que exportaron ente 100 y 1.000 millones de dólares son solo unas 60, y venden por unos 20.000 millones de dólares, lo que representa casi el 30% del total. Solo 14 de ellas exportan más de 500 millones.
  • Treinta empresas argentinas explican el 60% de lo exportado el año anterior, mientras solo 125 exportan más de 50 millones, y 74 exportan más de 100 millones. Veintiocho exportan más de 500 millones.
  • Llegan a vender en el mundo entre 10 y 1.000 millones, unas 510 empresas.
  • Por más de 1.000 dólares, exportan unas 14.500 empresas.
  • El 90% de lo que exporta la Argentina está en manos de unas 510 empresas, del total de más de 14.000 que venden al mundo.

De modo tal que una materia de relevante tratamiento para que la Argentina mejore su inserción internacional es tener más actores de dimensiones mayores. Más grandes empresas y más PyMes que incrementen su capacidad de negocios.2- Las PyMes como actores en situación de debilidad.Según un estudio privado y otras fuentes diversas, con datos de orí­genes que van desde la UIA hasta el INDEC, pasando por CEP del Ministerio de Economí­a de la Nación y otros ministerios del gobierno nacional, puede aseverarse que las Pyme que operan en el paí­s en condiciones regulares son unas 560.000. Esto es, el 99% de las empresas formalmente reconocidas del paí­s. Pero hay organizaciones gremiales empresarias que sostienen que, en verdad, incluyendo algunas que están ocultas para los listados oficiales por no estar en absolutas condiciones de formalidad, llegan a ser 670.000. Esto muestra que entre los problemas para encarar el tratamiento de la asistencia a las Pyme está la existencia de dificultades para cuantificar cuantas son, y saber quienes son.El 92% de las 560.000 regulares tiene menos de 20 empleados. Pero el 66% de todos los empleados del paí­s trabaja en una de las empresas referidas. Facturan anualmente unos 850.000 millones de pesos.La Argentina tiene condiciones para incrementar los mercados para las empresas medianas y pequeñas y de ese modo mejorar la producción de bienes y servicios, y a la vez ayudar a sectores relegados con capacidad de reinsertarse a salir de su debilitada condición social. Un aspecto que cruza horizontalmente las asignaturas de interés para el paí­s, entonces, es que se asista a las pequeñas y medianas (sobre todo las medianas) empresas para ganar mercados externos. La caí­da de la economí­a ocurrida desde 2008 llevó a un millón de personas a la pobreza. Según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el 25% de los nuevos pobres tiene estudios secundarios y el 17% del total podrí­a conseguir un buen empleo en sus condiciones actuales. En su principal proporción, estas personas fueron trabajadores formales de empresas PyMes que cerraron o los despidieron. El trabajo por la ampliación de los mercados para las PyMes es, pues, urgente, y él generará inevitablemente un más alto piso social.El 74% de estas empresas a las que se hace referencia tiene hoy menos de 5 empleados. Entre 6 y 20 empleados es el número que tiene el 18% del total de las Pyme mencionadas. El 4% de estas empresas tiene entre 20 y 40 empleados y otro 4% tiene más de 40 empleados (tienen mas de 200, solo el 0.6% del total de los que están incluidos en este grupo de empresas). El 55% de las empresas formales se encuentra en el área metropolitana, y Córdoba y Santa Fe suman con importancias relativas similares casi un 20% adicional.Hay, según la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, 18 millones de trabajadores en Argentina. Sin embargo, la informalidad es un problema a resolver y en la Pyme esto se ve claramente. Al punto que, apenas por mostrar un caso, son alrededor del 10 millones solamente los que aportan a los sistemas previsionales, estando bajo el amparo institucional del ANSES algo mas de 8 millones, mientras el resto se encuentra en otros regí­menes.Un modo de auxiliar a estas empresas y sus trabajadores para mejorar su condición es ayudarlas a mejorar sus ví­nculos internacionales comerciales. Ello proporciona, entre otros efectos, más ventas, mejores socios, más generación de empleo, formalización, bancarización, mayor escala e incentivos para la innovación.3- Los actores internacionales de la ArgentinaLas Pyme que exportan son unas 14.000. Un porcentaje no demasiado alto. Aunque debe destacarse que, del total de las PyMes del paí­s, la mayorí­a no se dedica a actividades transables (a servicios y comercio se dedican unas 390.000) actuando en la actividad industrial unas 80.000 (hay además unas 65.000 en el sector primario, pero en este segmento son pocas las Pyme que exportan). En la actividad manufacturera, el empleo generado por las Pyme explica el 65% del total, porcentaje menor que lo que se muestra en los servicios y el comercio. No es difí­cil pensar que las alrededor de 14.000 que exportan, mayoritariamente están en el 8% que tiene más de 40 empleados. Sin embargo, debe advertirse que son Pyme alrededor del 95% del total de exportadores, pero no facturan mas del 10% del total de las ventas externas. Esto es, estamos ante actores con baja penetración internacional. Además -lo que no es un defecto- sus mercados son principalmente regionales. Esto, quizá esté explicado en que la productividad media de estas empresas es casi un 25% menor que el promedio de la economí­a. Es en las actividades transables, por oposición, donde aparece mayor importancia de las grandes empresas. En el comercio, el 90% del valor bruto es generado por las Pyme, mientras en los manufacturados, el 48%.Las exportaciones de Pyme superaron en 2008 los 6.500 millones de dólares. En 2009, con la caí­da por la crisis, oscilaron los 5.500.4 - La Argentina debe tener empresas de mayor desarrollo internacionalResulta sumamente importante advertir que un servicio de enorme valor para estas empresas medianas y pequeñas es el incremento de sus mercados. Esto permitirí­a la tracción para la expansión de sus dimensiones. Las Pyme de las que se habla no necesitan dejar de ser Pyme, pero sí­ mejorar su escala, su volumen de producción, su alcance. En el promedio de los últimos cinco años, solo un 52% de la Pyme invirtieron. Esta dificultad de encontrar nuevos mercados debe ser superada para permitir mejorar las condiciones de desarrollo de estas empresas, principales generadoras de empleo. La asistencia a las Pyme debe estar definida, además, de modo inteligente. Actualmente existen programas que no resultan valorados. Según el Observatorio Pyme, solo el 5% de las empresas de estos grupos utiliza programas del gobierno nacional que les ofrecen asistencia en materia de financiamiento. Cuando hace algún tiempo se encuestó a empresas Pyme sobre los motivos de su decisión de no invertir, la mitad adjudicó esa conducta a la incertidumbre económica y a la falta de disponibilidad de fondos para esas nuevas inversiones. Una de cada cuatro empresas, según la entidad antes referida, ha estado en el último año interesada en obtener crédito y éste no le fue concedido. Esto pone un techo. Y un 67% no solicitó crédito alguno, lo que muestra otra cara de la misma moneda: o la empresa se autoexcluye o la falta de nuevas oportunidades las detiene.La apertura de nuevos mercados para las Pyme resultará, así­, de enorme impacto. El financiamiento es un problema. Además de que el stock de crédito en nuestro paí­s es escaso (apenas un 13% del PBI, lo que importa una cifra sensiblemente inferior a cualquier otro paí­s con el que se compare Argentina), se observa una desaceleración real del crédito. El último año, los prestamos del sistema financiero crecieron nominalmente un 10,4%, lo que importa un crecimiento menor a la tasa real de inflación,Pero, además, los créditos crecieron muy por debajo de la tasa promedio del periodo 2006-2008, que fue del 28,3%. Y el crecimiento del crédito al sector público en el último año fue del 48,4%, mientras el del monto total de créditos fue del 7,1%, lo que muestra otra razón de exclusión de las Pyme en acceso al financiamiento. Y como los depósitos solo crecieron el año pasado el 8%, no se observa demasiado viento a favor. Adicionalmente, si se observa que el crédito al consumo duplicó su peso en la cartera de los bancos en el último lustro, se entiende aún mejor la dificultad de avanzar en mejorar las espaldas de las empresas que no son las más grandes. A fines de 2004, apenas el 19% del total de los préstamos al sector privado se destinaban a financiar consumo, mientras ahora se destina un 40%, quedando relegado el financiamiento a empresas para incrementar sus capacidades de producción y comercialización.Un aspecto endógeno, y para el que claramente surge la necesidad de mejorar la asistencia técnica a las empresas de este tipo, es que en los últimos años, las Pyme, además, invierten mucho menos que el promedio de las empresas en proyectos nuevos. Según una encuesta de The Nielsen Company de hace un tiempo, algunos problemas de manejo de este tipo de empresas, que les quitan competitividad, están vinculados a la baja separación entre la figura del dueño de la empresa y la empresa en sí­, y según manifestaciones de autoridades del BCRA las propias empresas tienen dificultades a la hora de presentar sus solicitudes de crédito a los bancos, lo que lleva a que mas de un tercio de ellas fracasen en sus intentos por este motivo.Pero también deben encararse, para ellas, programas inteligentes de asistencia para el desarrollo de mercados. No se trata solo de financiamiento, sino de mejorar condiciones de productividad. No se trata de reducirles el costo sino de aumentar su valor. Diversas herramientas podrí­an ponerse en marcha para que esto se logre. Las empresas de estas caracterí­sticas necesitan servicios continuos y no esporádicos, basados en información inteligente para que puedan plantificar el acceso a mercados, junto a una asistencia para dar saltos cualitativos en su oferta exportable y tareas de ayuda para negociar en el exterior el desembarco en esos mercados.Dice el profesor Giorgio Alberti (en "Desde Abajo") que en el pasado las estrategias se basaban en la tradicional promoción comercial de productos y que esto ya no es viable por diversas razones, ya que frente a productores globales ya no es posible competir sin encontrar soluciones innovadoras. Frente a esto, sostiene, son aptos acuerdos de partenariado que permiten estrategias orientadas al desarrollo de "know how" y de tecnologí­as, el uso óptimo de materias primas y la constitución de alianzas entre empresas potencialmente complementarias. Y señala que esta estrategia implica perfeccionar la capacidad de dialogo, el desarrollo de una mentalidad abierta al aprendizaje colectivo, de formación en aspectos técnicos y de gestión necesarios para la exitosa realización de los complejos emprendimientos conjuntos. Entre otros medios, en el mundo, diversos sistemas de promoción de asociativismo están permitiendo, en esta lí­nea, el mejor acceso de Pyme a mercados externos para lograr alianzas en el exterior a través de mecanismos de inserción de Pyme en cadenas de comercialización en el mundo. Ellas pueden también ser parte de un mejor éxito exportador, porque, como ha dicho John Chambers (CEO de Cisco), no estamos ante un mundo en el que las grandes le ganan a las pequeñas sino que las rápidas le ganan a las lentas. Pero para ello hay que adecuar herramientas a las particularidades de este tipo de empresas.Enseñan los expertos en marketing sistémico que existen distintas estrategias de producto para acceder a mercados internacionales. Y que el volumen -propio de la oferta de las grandes empresas-, o la obtención de niveles de economí­a de escala, son solo una de estas estrategias. En verdad, esas estrategias deben surgir de la consideración de las fortalezas del productor o comercializador, de las oportunidades y amenazas, de las realidades de los entornos económicos, culturales y legales y de las caracterí­sticas del producto. Las Pyme, pues, pueden avanzar sobre la oferta basada en la diferenciación, la calidad, la innovación, y sobre alianzas de inserción adecuadas. Las Pyme exportadoras argentinas, en rubros que van desde las autopartes hasta los vinos, pasando por los quí­micos, los cosméticos, los plásticos, las frutas o los jugos, deberí­an estar en condiciones de ir ganando mercados gracias a la diferenciación. Hoy aún con estas caracterí­sticas mencionadas, así­, el valor de la tonelada exportada por las Pyme casi duplica la de las grandes empresas. Es, entonces, una verdadera opción trabajar sobre mejor calidad cuando no se puede sobre la escala o el volumen. Es lo que los expertos de esta disciplina llaman estrategia de concentración. La asistencia a las Pyme para mejorar su acceso a mercados debe considerar lo que Miguel Santesmases Mastre, una autoridad española en marketing internacional, enseña cuando afirma que es inteligente, una vez que uno conoce por donde puede trabajar en relación a los atributos del producto, que segmente la oferta apuntando a aquellos segmentos accesibles, es decir efectivamente alcanzables y susceptibles de ser servidos. Y Philip Kotler recalca que un producto no es solo un objeto con capacidad de ofrecer beneficios básicos sino también aspectos formales, como la calidad, la marca, el estilo -que conforman el producto tangible- y que además el producto es un conjunto de aspectos añadidos como son los servicios pre y posventa o la garantí­a, que conforman el llamado producto amentado. Del mismo modo, Levitt propone el concepto de producto total, siendo este una combinación de aspectos tangibles e intangibles, esto ultimo referido a esas condiciones de calidad, expectativas, reputación. Muchas de las exportaciones de Pyme que se están promoviendo, pues, se basan en esas caracterí­sticas particulares, y esa estrategia, que es diferente de la de las grandes, esta teniendo éxito. Expresa el mismo Santesmases Mastre (en su obra "Marketing, conceptos y estrategia") que la diferenciación de un producto es una estrategia que trata de resaltar las caracterí­sticas diferenciales del bien producido, sean sustanciales o simplemente accesorias; que esto da lugar a una distinta percepción del producto; y que la calidad diferenciada puede ser "calidad objetiva" o "calidad percibida". La primera tiene una naturaleza técnica, medible, y la segunda es consecuencia de la evaluación del consumidor. Y que esta ultima es la más importante. Por ello, la tarea de acompañar estas empresas al mundo a través de la promoción comercial y la inserción respectiva, se basa en la inteligencia estratégica.Las empresas medianas y pequeñas argentinas tienen una participación relativa en la economí­a enorme. La media mundial sobre la ocupación por parte de las Pyme es del 60%, y en relación al valor que agregan en la economí­a es del 50%, por lo que en términos relativos Argentina tiene una participación de las Pyme mayor. Son pocos los paí­ses de economí­a media o grande que muestran una mayor participación de las Pyme en la generación de empleo (Irlanda o Portugal son algunos de los escasos casos en los que se supera a Argentina) y del mismo modo ocurre en lo referido a la generación de valor, en lo que España o Brasil están, junto también a Portugal en el grupo de los pocos que superan a Argentina en la materia.La Argentina ha perdido espacios internacionales, ha descendido en la velocidad de avance en los mercados, en las áreas donde las Pyme tiene mayor incidencia. Hace unos pocos meses, un informe de Abeceb mostraba que en la última década Brasil se posicionó como competidor de nuestro paí­s en rubros en los que nosotros éramos de mayor importancia internacional. Brasil desplazó a Argentina en carne vacuna, cobre, cueros, productos farmacéuticos. Sectores con participación Pyme. Argentina en este periodo superó a Brasil en subproductos de la soja o en grasas aceites, sectores con menos participación Pyme.5 -ConclusiónNuestro paí­s muestra una economí­a con una participación de Pyme mayor que el promedio de las economí­as comparables. Nuestra idiosincrasia, nuestra historia, nuestra propensión al emprendedurismo en lo que somos siempre un paí­s en el tope de iniciativas -lo que muestra también una tasa de nuevas pequeñas empresas mayor que la de las grandes- y nuestra diversidad productiva, consolidará esta cualidad. Por ello, debe propenderse a mejorar las capacidades cualitativas y las dimensiones de los actores internacionales. Necesitamos actores más grandes. Debemos tener más empresas de más dimensión. Máxime cuando el mundo se recupera y demanda productos.El í­ndice manufacturero de Estados Unidos registró en la última medición su mejor resultado desde 2004 y el de China aumentó por decimotercer mes consecutivo y la mayorí­a de los paí­ses del euro, inclusive, muestra recuperación industrial (Alemania mostró en marzo su mejor crecimiento en una década). Las oportunidades reaparecen.La Argentina es hoy el séptimo productor de alimentos del mundo y allí­ hay enrome potencial, y también está entre los 25 principales productores de autos del mundo, un lugar considerablemente mayor que el que el tamaño general de la economí­a explicarí­a, y es también el tercer productor de siderurgia de Latinoamérica, mientras es un relevante receptor de turismo internacional y un generador de diversas otras actividades con potencial para desarrollar mejor acceso internacional a empresas que deben crecer para mejorar nuestra situación general.

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