La ganancia es por partida doble: los argentinos disfrutan de "licuar" sus deudas pero a la vez profundizan su fuga al dólar

La ganancia es por partida doble: los argentinos disfrutan de "licuar" sus deudas pero a la vez profundizan su fuga al dólar
Por Mariano Jaimovich
ECONOMÍA - 12 de Octubre, 2011

Muchos analistas siguen desorientados al observar conductas que, a simple vista, pueden resultar atípicas.

Las mismas están vinculadas con las distintas alternativas con las que cuentan los argentinos a la hora de administrar su dinero y sacar rédito del actual contexto.

En particular, si tienen que optar entre aprovechar los planes de pago en cuotas fijas -en pleno contexto inflacionario- o el adquirir dólares, conscientes de que serán más caros a futuro.

Antes, en momentos de estabilidad y bonanza económica, se optaba por consumir en pesos y endeudarse (adelantar compras), en vez de refugiarse en la divisa estadounidense, tal como sucede en épocas de mayor incertidumbre.

Hoy, lo paradójico es que ocurren las dos situaciones a la vez:

  • La clase media aprovecha y se endeuda en pesos para comprarse un bien durable, sacando rédito de los planes de pago en cuotas.
  • Compra dólares, pese a que éste sube muy por debajo del alza de precios, pero expectante de que la divisa en algún momento aumente.

Ahora bien, ¿cómo juegan estas dos alternativas de decisión? Para ilustrar esto, podemos citar la historia hipotética de estos dos amigos:Juan y Gonzalo son dos jóvenes universitarios que trabajan en la misma empresa.

Ambos viven con sus padres. Por ende, no tienen gastos fijos urgentes y cuentan con la ventaja de poder destinar por completo sus salarios ($4.240 en mano), a la adquisición de aquello que deseen.Así las cosas, Juan decidió comprar ese LCD que tanto añoró y optó por pagarlo en efectivo.

El hipotético producto tiene el mismo valor que su sueldo: el equivalente a u$s1.000.

De modo tal que un determinado mes decidió volcar todo su ingreso a la compra de este producto.

Gonzalo no quiso quedarse atrás y optó por imitar a su amigo.

Pero bajo otro modo de pago: adquirió el mismo televisor endeudándose a 12 cuotas fijas en pesos.

Razonó que al avanzar por ese camino le daba la oportunidad de "planchar" el precio en un contexto inflacionario.

Así, durante doce meses, abonará unos 353 pesos. Gonzalo proyecta que, de aquí a septiembre de 2012, recibirá de la empresa un incremento del 20% en su remuneración.

Y es conciente de que la combinación "cuota fija en pesos-suba salarial" le permitirá licuar la deuda contraída, que se reducirá en proporción a sus ingresos cuando a sus bolsillos llegue la mejora.

No obstante, prevé que la misma se dará recién marzo (en la mitad del período de cancelación de la deuda asumida). Así:

  • Las primeras 6 cuotas acumuladas le representarán un 50% de su haber mensual.
  • Luego, al pasar a cobrar unos $5.088, esa proporción (acumulada) caerá al 41,6%.
  • En definitiva, el gasto total de su nuevo artefacto de TV le implicará un 91,6% de una mensualidad.

Así la cosas, al haber optado por pagarlo en cuotas le quedó "libre" un 8,4% de su sueldo (100-91,6) que, en pesos, representan unos $427 u 89 dólares (asumiendo que para cuando termine de cancelar la deuda, el billete verde se habrá movido un 13%, a u$s4,79).

Pero estos dos amigos no quieren despilfarrar su dinero. También saben que la divisa estadounidense se va a ir ajustando al alza. Así que ambos se propusieron, ahorrar en dicha moneda, además de comprar el LCD.De esta manera:

  • Gonzalo (que compró el LCD sin plata y endeudándose con la tarjeta) aprovechará el valor actual ($4,24) y utilizará todo su ingreso para adquirir divisas.
  • Así, se llevará 1.000 billetes verdes, correspondientes al cambio de los 4.240 pesos que cobra.

En la otra vereda:

  • Juan (que había pagado cash y que no tiene que abonar cuotas) destinará cada mes el equivalente a $353 para comprar dólares.
  • Por ende, si se toma el precio vigente hoy ($4,24) y se realiza un promedio con la cotización proyectada a 12 meses ($4,79), de aquí a un año habrá embolsado una media de u$s78,25 cada mes.
  • Así logrará juntar un total de 939 dólares.

Es decir, por no haber aprovechado el precio actual, Juan perderá de ganar 61 dólares en comparación con los 1.000 obtenidos por Gonzalo en un solo día. 

¿Quién ganó?El resultado final de las distintas estrategias de los amigos dará ganador a Gonzalo, en el sentido de que tendrá sus u$s1.000 y su LCD financiado a un valor u$s89 ($427) inferior al que figuraba en la factura, producto de la licuación inflacionaria.Por el lado de Juan, no sólo habrá pagado el LCD al precio de lista, sino que habrá comprado menos dólares que su amigo.

Vale decir que habrá gastado (o dejado de ganar, según desde el lado en que se lo mire) u$s150 más que Gonzalo.

En buen romance, la combinación de ambos efectos hace que los dos tengan el mismo bien (el LCD) pero Gonzalo tenga un 16% más dólares que Juan por haber aprovechado la cuota fija (u$s1.089 contra u$s939).Juan, Gonzalo y por qué la fuga convive con el consumoLos analistas señalan que existe un comportamiento inteligente del consumidor: se endeuda en pesos para adquirir un bien durable especulando con que su pasivo se irá licuando en proporción al salario.

Al mismo tiempo, aprovecha ese exceso de pesos del que dispone para comprar dólares, conciente de que el billete verde será más caro el año que viene.En la visión de varios analistas, el "negocio" que resulta de dolarizarse y tomar deuda en cuotas fijas es el que explica, en buena medida, el por qué hoy la fuga de capitales convive con el alto consumo.

Claro está, que esto es posible en un contexto en el que los salarios en dólares pasaron a ser uno de los más altos de la región.

"Los picos de demanda de divisas se dan a fin de mes, que es cuando el ahorrista común sale a comprar. Hay mucha fuga minorista", opina Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres. El analista considera que existe un fenómeno estructural: una fuga de dólares que es continua y que se fortalece con la apreciación cambiaria.Cabe señalar que la expectativa devaluatoria se aceleró (de un 5% a un 13%), más allá de que el Gobierno busque calmar las aguas anunciando que la previsión oficial es la de una cotización a $4,40 para 2012.

Para el economista Tomás Bulat, hasta las elecciones el Gobierno va a mantener parejo y controlado al dólar, y después va a haber una corrección más fuerte.

"Subirá ahora 2 a 3 centavos, y después de que se defina el panorama político lo incrementará de a 5 a 6 centavos por mes. El ajuste va a ser más acelerado, pero no va a haber un salto abrupto", considera.

Licuación por inflaciónLa otra teoría que pesa en los bolsillos de los argentinos es que el entorno inflacionario seguirá.

Y que, pese a que el Gobierno ha dado señales de querer moderar el alza de precios, tampoco dejará que los salarios pierdan en forma abrupta su poder adquisitivo.

De forma que la expectativa para el año próximo es que la indexación de sueldos continúe, con ajustes menores, de entre 17% y 20% anual, a tono con la inflación que se espera para 2012.Este escenario seguirá ayudando a licuar los compromisos asumidos en cuotas fijas y en pesos, aunque a menor velocidad.

Dependerá entonces conocer cuál será la magnitud de suba del dólar, la inflación y el ajuste salarial para saber cómo influirán estas variables en el consumo. Las tres cosas impactarán en los bolsillos de Juan y Gonzalo.

Y, según como se mueva cada una, los ayudará a decidir cuánto les convendrá destinar de sus ingresos a adquirir divisas aprovechando, para ello, el excedente de bolsillo que les queda, al poder pagar en cuotas fijas y no tener que hacerlo en "cash".

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