iProfesionaliProfesional

La grieta salarial: mientras Prat Gay prevé resurrección de sueldos, los gremios temen muerte de las paritarias

El Gobierno apuesta a un shock en el consumo. Sin embargo, los sindicatos desechan los acuerdos y exigen reabrir la discusión con pedidos de hasta el 50%
28/07/2016 - 09:03hs
La grieta salarial: mientras Prat Gay prevé resurrección de sueldos, los gremios temen muerte de las paritarias

Es común que en la guerra se hable de "daños colaterales". Suele ser el eufemismo que usan los ejércitos para minimizar las bajas civiles. Lo llamativo es que ahora el Gobierno comenzó a utilizar la misma expresión para referirse a las dificultades económicas del primer semestre y, entre los efectos no deseados, admiten que las paritarias salieron heridas. Es que frente a un aumento del 29% en los precios medidos por la Ciudad, los salarios en su mayoría no superaron el 22%, según la letra de los acuerdos.

Para la segunda mitad del año, en cambio, las perspectivas son las opuestas. El ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, se esperanza con una resurreción del poder adquisitivo a partir de una inflación a la baja -1,5% mensual para diciembre- y el impulso de los salarios. En definitiva, después de la devaluación, la oleada de despidos y los tarifazos, finalmente la "revolución" llevaría alegría a los asalariados.

El problema es que la expectativa oficial todavía no se derrama sobre gremios y economistas. Por el contrario, cada vez son más los que alertan sobre un "cepo" a los bolsillos y hasta le ponen fecha de entierro a las paritarias, al menos como las conocían hasta ahora. "Seis meses y 29% de inflación, en dos meses más, chau paritarias", disparó Facundo Moyano en su cuenta de Twitter.

Para evitar quedar más atrasados, los docentes, panaderos, estatales y telefónicos salieron a exigir en los últimos días la reapertura de la negociación salarial. Mientras que los choferes de la UTA y los aceiteros no descartan esa opción. Los últimos cerraron a principio de año una suba del 38%, la más alta del año. "Hay varios gremios que piden reabrir paritarias", dijo el fin de semana Pablo, el hijo de Hugo Moyano.

Por caso, los panaderos que habían cerrado un 38% ahora le pidieron a la cámara del sector reabrir la discusión. Es porque según las estimaciones de la CGT Azopardo la inflación se fue al 44%, con una perspectiva anual de entre 45 y 47%. "Nos gustaría que la situación social y económica del país se estabilice. No queremos volver al 2001", expresó el titular del gremio, el moyanista Abel Frutos en declaraciones recientes a Radio 10.

Con todo, el Gobierno rechaza la idea de rediscutir salarios. "Es una cuestión de privados", aseguró esta semana el jefe de Gabinete, Marcos Peña. En su lugar, la Rosada espera un rebote del consumo, alentado por el pago de los últimos tramos de los acuerdos salariales y la renegociación a partir de septiembre de una docena de convenios de carácter semestral. La misma misión -aseguran- cumplirán el pago de juicios a jubilados y la devolución del IVA.

En el ámbito educativo desconfían. Por ello, el titular del Suteba, Roberto Baradel, adelantó a iProfesional que pedirá un plus de hasta el 15% para compensar un desfasaje similar en la inflación. La cifra suena a poco pero si se incluye la suba del 34,6% que los maestros pactaron solo cuatro meses atrás, el incremento anual llegaría a casi un 50%, un porcentaje nunca visto desde la ´hiper´.

La presión gremial y el peligro de comenzar el segundo semestre sin clases llevaron a la gobernadora María Eugenia Vidal a convocar a los maestros para los primeros días de agosto con el fin de discutir la "cláusula de monitoreo" que acordaron en febrero. Se trata de un mecanismo que prevé la reapertura de la paritaria en caso de "contingencias" y que despierta una fuerte polémica entre el sindicato y los funcionarios, ya que lo interpretan de manera diferente.

Los docentes evalúan que, en el escenario más optimista con una inflación del 2% mensual de acá hasta fin de año, no pueden pedir menos del 12%. Esos son lo puntos que según sus cálculos ya perdieron. "De ninguna manera va a ocurrir lo que dice el ministro de Economía. Los salarios van a quedar por debajo de la inflación. ¿Quién le cree al que dijo que iba a ser de entre el 20 y 25% anual? Si hubiera sido asesor de una gran compañía, ya lo hubieran echado", se descargó Baradel.

En la otra trinchera, el titular de Hacienda de la Provincia, Hernán Lacunza, aseguró que "los salarios por ahora le están ganando a la inflación". Así se distanció de la lectura negativa de Prat Gay sobre el primer semestre y sumó más confusión al caleidoscopio de miradas que reina dentro del Gobierno desde que salió a la luz la tensión entre el ex JP Morgan y el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, por el nivel de las tasas y de expectativa inflacionaria.

¿Fin de las paritarias?

Desde la asunción de Mauricio Macri, los sindicalistas todavía buscan su lugar en el mundo. Es que después de volver a pisar la Rosada en febrero, poco fue lo que obtuvieron. En lugar de los cambios en Ganancias, los fondos para las obras sociales y una caída de la inflación -las promesas que les hizo el Presidente en aquel entonces-, sus afiliados se encontraron con despidos y sueldos desinflados.

Así las cosas, el segundo semestre arrancó con las paritarias en el ojo de la tormenta. Pese a que la mayor parte ya fueron cerradas, los acuerdos de al menos 2 millones de trabajadores quedaron enganchados a los próximos meses. Son los gremios de Comercio, Construcción, Estatales y Encargados de edificio, que pactaron aumentos de entre el 17% y el 23% por seis meses y que en septiembre reabrirán la discusión, con pedidos similares. El objetivo: lograr subas del 40% anual.

Muchos sindicatos, sin embargo, ya comenzaron a perder la fe en la puja salarial: es que con retoques e incluso reapertura reconocen que perderán entre 3 y 7 puntos. Así se desprende de sus propias mediciones. El índice respaldado por la CGT de Antonio Caló y Hugo Yasky midió una variación de precios del 44,2% entre mayo del 2015 y el mismo mes de este año.

La estimación va en línea con los números del economista del Frente Renovador Aldo Pignanelli, que proyecta una inflación anual del 45% y un ajuste salarial del 32%. "En el cumulado del año da una fuerte caída del salario y eso provoca una fuerte caída del consumo, salvo que el ministro (Prat Gay) esté pensando en reabrir las paritarias que ya están ceradas", lo desafió al funcionario el ex titular del Banco Central.

El titular de Hacienda también recibió críticas de Emanuel Agis, el ex viceministro de Economía de Axel Kicillof, que aseguró que "los salarios vienen perdiendo por goleada contra la inflación". "Que nos digan que los salarios van a meter un gol en el segundo semestre no quiere decir que van a ganar el partido", señaló, y calculó que el poder adquisitivo de los sueldos perdió 12 puntos en el año.

Durante el kirchnerismo, los gremios con mayor capacidad de presión recurrieron a adicionales de fin de año cuando se quedaban cortos y, salvo excepciones, nunca reabrieron la discusión en forma generalizada. Sin embargo, en los últimos años, los acuerdos comenzaron a acortarse y se extendieron las sumas compensatorias. Esa situación se profundizó con el cambio de Gobierno y las negociaciones semestrales.

Juan Carlos Schmid, el candidato moyanista a ocupar el triunvirato, fue uno de los primeros en salir al cruce de Prat Gay. Lo acusó de estar "completamente perdido en el razonamiento" y pronosticó "un gran proceso inflacionario". Asimismo, advirtió que el método paritario es "insuficiente" para seguirle el paso a la inflación y la contracción del consumo. "No hay otra interpretación que una caída del salario", sentenció.

Resistencia inflacionaria

Entre los economistas, los próximos meses tampoco despiertan gran entusiasmo. A diferencia del pronóstico oficial, Víctor Beker, el director del Centro de Estudios Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, afirma que la clave será la evolución de la inflación futura ya que por ahora muestra una "marcada resistencia a descender". "La inflación núcleo que uno mira como tendencia a largo plazo está estabilizada arriba del 3%. No soy tan optimista", señaló.

Según el INDEC, la inflación núcleo o subyacente fue del 3% en junio, por encima del 2,7% registrado en mayo. Se trata de un indicador que no incluye los precios energéticos ni de los alimentos, por ser servicios y productos que están atados a fuertes fluctuaciones. Justamente esos rubros fueron los más afectados en los últimos meses.

Por ese motivo, Beker proyecta una inflación de hasta el 40% y un panorama crítico para los salarios. El exdirector de estadísticas del INDEC sostuvo que, aún "con un 2% mensual de inflación, el semestre va a cerrar arriba del 15% y los sueldos tendrían que aumentar un 20% para ganar la carrera". En tanto, los sectores informales y marginales están muchó más complicados. En un caso porque no tienen paritarias y, en el otro, porque además la tarifa social no compensa los aumentos en alimentos y bebidas, el rubro que registró mayores incrementos.

En el caso del aceite, luego de subir el mes pasado 10,9%, el Gobierno anunció este martes topes del 6% en los incrementos de agosto. Los funcionarios se rehusaban a regular a los privados. Pero las denuncias de desabastecimiento los hizo cambiar de opinión.

Con todo, todavía resta por ver si estas iniciativas serán suficientes para garantizar la desaceleración de los precios y la llegada de "buenas noticias". En solo seis meses, la inflación ya superó el 25% previsto por Hacienda para todo el año. Si los salarios vuelven a perder como en la guerra, el Gobierno podría correr un doble riesgo: que concluya la tregua sindical y que las promesas oficiales sean confundidas con el triste "vamos ganando".

Temas relacionados