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Hernán Del Villar: “El año que viene se debería recuperar el 60% del poder adquisitivo perdido en 2018"

El economista titular del Estudio Alpha prevé que el primer dato más alentador en inflación podría ser el de noviembre, que proyecta por debajo del 3%
22/11/2018 - 05:57hs
Hernán Del Villar: “El año que viene se debería recuperar el 60% del poder adquisitivo perdido en 2018"

Tras un año en el que la suba de precios estuvo en uno de los niveles más altos de los últimos 20 años y el valor del tipo de cambio ascendió a más de 90%, hay un único tema que los argentinos quieren saber respecto de la economía de 2019: ¿será el año de la recuperación salarial o habrá que seguir esperando? 

No todos los economistas se animan a hacer pronósticos en ese sentido, sobre todo a la vista de cómo la Argentina durante 2018 ha renovado su fama de impredecible y dejó mal parados a varios pronosticadores. Sin embargo, algunos se animan a ponerle números a los rubros más sensibles.

Como Hernán del Villar, economista y titular del Estudio Alpha, una consultora económica que ha ganado presencia en el último tiempo en la City, quien dialogó con iProfesional sobre sus proyecciones para el próximo año en materia de salarios, inflación, dólar y tasas de interés.

-Los números en la actividad no son muy alentadores, ¿cómo ve la economía del país?

La actividad económica está en caída por la sequía primero y la crisis cambiaría después. Además hay una fuerte caída del poder adquisitivo, que alcanzaría al 16%, como determinante principal del proceso recesivo que se agrega a la baja del gasto público.

Por otro lado, el fuerte ajuste del tipo de cambio de fines de agosto implicó un nuevo golpe a la actividad con efectos sobre septiembre y octubre. Con ello esperamos una caída del PBI del 2,4% este año y un retroceso interanual en el cuarto trimestre del 6%.

-El Gobierno está apostando a que lo peor de la inflación ya haya pasado, ¿qué opina al respecto?

La inflación llegaría al 47% este año y el primer dato "más alentador" podría ser el de noviembre, que estaría por debajo del 3%. Un proceso muy negativo por donde se lo mire. La economía sufrió el ajuste forzoso de precios relativos que el Gobierno quiso evitar al inicio de su gestión.

Así, el ajuste del tipo de cambio del 100% en una economía bimonetaria como la argentina fue el motor principal del aumento de la inflación, suavizada en algo por la caída del poder adquisitivo y de la actividad.  

La aplicación de políticas fiscal y monetaria más rigurosas debería permitir ser más efectivo en términos de la baja de la inflación. Esperamos, en un principio, una inflación del orden del 25% para 2019, que tiene su consistencia en el comportamiento esperado del tipo de cambio, los salarios y las tarifas.-El dólar parece controlado y estable, ¿hasta cuándo cree que la situación seguirá así?

El mercado cambiario privado se desequilibró totalmente en 2018 por aumento de la demanda por atesoramiento y caída de la oferta por la cancelación de deuda privada y desinversión de portafolio de residentes del exterior. 

Ahora bien, para el último trimestre del año se ha vuelto a estabilizar por la caída de importaciones (tipo de cambio y menos actividad) y una baja del atesoramiento por la baja de poder adquisitivo, suba del dólar y alza de las tasas de interés. A ello se le sumó el retroceso del gasto en turismo (suba del tipo de cambio). Para el primer semestre 2019 podría haber características similares de un mercado bastante equilibrado, a lo que se le agregaría el aumento de la oferta del agro. Y en el segundo semestre se podría sentir un mayor atesoramiento, dependiendo de las expectativas electorales. En resumen, estamos esperando un aumento del tipo de cambio del 20% para 2019. -¿Qué política cambiaria considera que puede hacer el Banco Central el año que viene?

Veo un mercado cambiario más controlado en los próximos meses con la influencia de las expectativas de una mayor oferta sojera hacia el segundo trimestre de 2019. También el Tesoro debería necesitar vender dólares, lo que aumentaría la oferta de divisas. 

En consecuencia, veremos el ritmo de aumento de las bandas cambiarias pero el BCRA seguramente deberá intervenir comprando esporádicamente. La baja esperada de las tasas de interés será un test permanente que la política cambiaría deberá superar, y se irá produciendo en la medida que el mercado tenga un desenvolvimiento controlado.   -El elevado déficit público es uno de los grandes cuestionamientos al Gobierno por no haberlo podido reducir tal como se ha prometido, ¿considera que se está haciendo todo lo posible para bajarlo?

Se dejó atrás el gradualismo y se atacó nuevamente por el lado del aumento de impuestos y por la baja más notoria del gasto. La estrategia original fracasó y ahora el ajuste se siente más en una economía en recesión, con elecciones a la vista y con un mucho mayor nivel de deuda. 

Hay una meta que se cumplirá, pero queda mucho más por hacer en este campo si se pretende alcanzar una economía con potencial de crecimiento y estabilidad.

-¿Cómo atenta en el recorte que las elecciones presidenciales estén tan próximas?

No es buen momento pero no hay posibilidades de otra alternativa. La meta fiscal se cumplirá porque cualquier alejamiento de ella generaría una nueva dosis de inestabilidad y castigo para los ingresos de la población.

-¿Qué debería hacer el Gobierno para salir de la crisis?

Hoy no tiene otra opción que en 2019 cumplir el programa del FMI en vigencia. La estabilidad cambiaría, la desaceleración consecuente de la inflación y la recuperación gradual del poder adquisitivo deberían generar una lenta recuperación y aumento de la confianza. Se deberá continuar el endeudamiento en el mercado doméstico para tener cierto excedente de divisas que favorezca un nuevo acceso al mercado internacional de deuda. 

-El año que viene es electoral, ¿a qué estrategia económica cree que puede apelar el oficialismo para poder ser reelecto?El programa actual es inicialmente recesivo, pero la apuesta parece ser a una recuperación que se empiece a notar a partir del segundo trimestre del 2019 y que ésta sea la “memoria” con que la gente vote en las elecciones. Tiene su lógica y una buena posibilidad de cumplimiento dentro del escenario político actual.

-¿Qué piensa que puede llegar a ocurrir desde lo económico en 2019?

La recuperación debería ser suave a partir del segundo trimestre. El PBI bajaría 1,7%, pero el último trimestre interanual crecería por encima del 2%. Y se debería recuperar el 60% del poder adquisitivo perdido en 2018. Esa recuperación del consumo y de las exportaciones deberían sostener esa evolución, en un marco de baja de la inversión.

En definitiva, las expectativas electorales tendrán un rol más en lo financiero (tipo de cambio y tasas de interés), que en la economía real.-

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