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Informe muestra cómo se componen los precios del pan, la carne y la leche

Los tres productos fundamentales para la alimentación de los argentinos evidencian en su composición una alta carga impositivo. Los detalles
12/05/2019 - 09:16hs
Informe muestra cómo se componen los precios del pan, la carne y la leche

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) difundió un informe que detalla cómo se va componiendo el precio en cada una de las cadenas de productos como el pan, la leche y la carne.

El objetivo es mostrar cómo se conforman estos precios, a través de los eslabones que la componen, desde la producción primaria hasta el producto final a disposición del consumidor.

Se busca identificar la participación de cada uno de los eslabones, de los costos y de los impuestos, con el fin de tener una clara imagen de por qué los alimentos valen lo que valen, y de identificar dónde pueden estar los principales problemas de cada cadena.

Según Fada, "desde que el trigo sale del campo hasta el pan que compramos, el precio se multiplica más de siete veces". En el caso de la leche, "desde el tambo hasta las manos del consumidor ese precio se multiplicó más de tres veces".

"Si se trata de la carne, el precio se multiplica casi tres veces", explican.

Leche

Del precio de góndola de un sachet de leche, casi un 78,7% son costos, el 26% impuestos y -4,8% son pérdidas (se advierte que la cadena tiene rentabilidad negativa).

El impuesto de mayor impacto es el IVA, con casi el 70% del total de los impuestos. Esto se debe a que las pérdidas hacen que el impuesto a las Ganancias no tenga mayor relevancia en la cadena.

"La leche es un producto al que el supermercado le aplica un margen menor, ya que se la considera un producto gancho o de atracción y ese resultado puntual se compensa entonces con márgenes de otros artículos", explica David Miazzo, economista jefe de Fada.

En el caso de la leche, se identificó una dispersión de precios importante. "La dispersión de precios sucede cuando encontramos un mismo producto con distintos precios según el comercio en donde lo compramos", señaló Miazzo.

 

A partir de la herramienta Precios Claros, donde las cadenas de supermercados están obligadas a informar los precios de miles de productos para todas sus tiendas, Fada relevó que para una primera marca hubo diferencias entre un comercio y otro de hasta $23,50. En el caso de una segunda marca, se relevó una diferencia (dispersión) de hasta $17,63.

"La dispersión de precios es una consecuencia típica de la inflación, donde se carece de precios de referencia. Es lo que en la práctica se traduce en que el mismo producto tiene precios diferentes en comercios a una cuadra de distancia", explicó David Miazzo.

Sobre el precio de góndola de la leche, el tambo representa el 29,8% del precio final, la industria el 28,7%, el comercio el 15,4% y los impuestos el 26,1%. Si comparamos los puntos extremos de la cadena, desde que el litro de leche sale del tambo hasta que llega a manos del consumidor triplica su precio.

Pan

Del precio del pan, el 57,9% son costos, el 24,5% impuestos y el 17,6% ganancias. De esos impuestos, más del 80% son nacionales, 16% provinciales y 2,4% impuestos municipales.

Si se analiza la cadena, del importe final del pan, el trigo (productor) representa el 11,4%, el molino el 3,3%, la panadería el 60,8% y los impuestos el 24,5%.

 

Carne

Respecto a la cadena cárnica, Natalia Ariño destacó: "La carne presenta una particularidad, y es que el Estado es el primer formador de precios ya que casi un tercio del precio final que paga el consumidor está conformado por los impuestos".

De esos impuestos, el 77% son nacionales, el 19% son provinciales y un 8% es municipal. Luego del Estado, le siguen el feedlot (27,5%), la etapa de la cría con el 21%, la carnicería 12,2% y el frigorífico con el 8,9%.

 

"Si nos detenemos a ver los diferentes componentes que van conformando el precio final de la carne, vemos que el 62,5% son costos de la cadena, el 30,4% son impuestos y 7% son ganancias", apunta Ariño.

Agregó que la carne se multiplica 2,8 veces desde el productor ganadero hasta el precio en góndola.

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