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Kristalina Georgieva destacó que el FMI tiene que ser "un corazón que late"

En su primer discurso al frente del FMI envió un mensaje con advertencias sobre la economía global y la posibilidad de un masivo default de deuda privada
09/10/2019 - 10:32hs
Kristalina Georgieva destacó que el FMI tiene que ser "un corazón que late"

En su primer discurso como directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva envió un mensaje cargado advertencias sobre la economía global, incluida la posibilidad de un masivo default de deuda privada si empeora la desaceleración "sincronizada" del mundo.

Además, sin mencionar a la Argentina, aprovechó la oportunidad para definir cómo encarará la relación con países en crisis, y dijo que el Fondo debe ofrecer "una billetera, un cerebro, pero más que nada, un corazón que late".

En su presentación, Georgieva evitó mencionar a la Argentina, principal deudor del Fondo, y con un programa de u$s57.000 millones, el mayor en la historia del organismo, que quedó en el limbo tras las primarias presidenciales, aunque hizo mención a los países en crisis.

"Aquí es donde el Fondo es realmente único. Se le encarga las situaciones más desesperadas a pesar, a veces, de algunos riesgos, y cuando es capaz de trabajar con los países para llegar a un punto de quiebre. Mi país fue uno de ellos. Por supuesto que es difícil, es duro para las personas. Pero siempre tenemos que pensar qué pasaría si el Fondo no estuviera allí, cuál sería la situación de una economía completamente rota sin esperanza de reconstruirse", indicó la economista búlgara.

Además, dijo que le gustaría "que hiciéramos en nuestro trabajo con países en problemas es ser lo que Christine (Lagarde) definió en su salida de aquí: una billetera, un cerebro, pero más que nada, un corazón que late".

Georgieva brindó un discurso en el atrio del cuartel general del FMI en Washington ante miembros del staff, académicos y ex funcionarios del organismo. En la audiencia estaban, entre otros, Anne Krueger, la número dos del organismo durante la crisis argentina de 2001.

Advirtió una desaceleración económica este año "en el 90 % de los países del mundo", durante su primer discurso al frente de la organización multilateral.

"En 2019, esperamos un crecimiento más lento en casi el 90 por ciento del mundo. La economía global se encuentra ahora en una desaceleración sincronizada", dijo Georgieva en la sede central del FMI, en Washington, en el marco de las jornadas previas a la Asamblea Anual del organismo.

La economista búlgara, que sucede en el cargo a Christine Lagarde, que será la presidenta del Banco Central Europeo, explicó que esta desaceleración generalizada "significa que el crecimiento de este año caerá a su ritmo más bajo desde el comienzo de la década".

"Los números reflejan una situación compleja", consideró.

Avisó que las nuevas perspectivas económicas serán "a la baja" respecto a las últimas presentadas en julio en Chile, en las que el organismo redujo en una décima sus previsiones de crecimiento global para 2019, hasta el 3,2 %, y 2020, al 3,5 %.

En su análisis, Georgieva argumentó que la actividad económica "se está ablandando" en economías avanzadas, como EE.UU., Japón y, especialmente, la zona euro, mientras que en otos mercados emergentes, como India y Brasil, la desaceleración es "aún más" pronunciada este año.

Respecto a China, señaló que su crecimiento económico "está bajando gradualmente del rápido ritmo que vio durante muchos años".

"La precaria perspectiva -continuó- presenta desafíos para los países que ya enfrentan dificultades, incluyendo algunos de los países del programa del fondo", como Argentina.

Sin embargo, celebró que cerca de cuarenta mercados emergentes y economías en desarrollo, incluyendo 19 del África subsahariana, "tendrán tasas de crecimiento del PIB real superiores al 5 %".

"Representan una parte relativamente de la economía global", justificó.

En su discurso, Georgieva achacó a las disputas comerciales, como la guerra comercial entre Washington y Pekín, parte de la responsabilidad de esta desaceleración económica global, además de las diferentes tensiones geopolíticas y el posible impacto del "brexit".

"Hemos hablado en el pasado sobre los peligros de las disputas comerciales. Ahora, vemos que en realidad están pasando factura", sentenció.

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