Es uno de los rubros más golpeados de los últimos años por la caída del consumo, y el cambio de gobierno parece que tampoco será suficiente para revertir el humor del sector, ni siquiera por las promesas de campaña de Alberto Fernández que indicaban que el objetivo era inyectar más plata en los bolsillos de la gente para reactivar las ventas.

Al menos es lo que expresaron los propios directivos de los supermercados, que van por el tercer año consecutivo con balances en rojo. Reunidos este martes en la Cumbre Anual Supermercadista, organizada por la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), pasaron revista a un panorama que no luce muy alentador.Para graficar la gravedad de la situación, la consultora Nielsen informó que las ventas del sector arrojarán una caída de 7,8% en todo 2019, respecto al año anterior, en un entorno donde en general el consumo se desploma, incluso en mayor porcentaje, en los diferentes canales.

Y las proyecciones para el año que se avecina tampoco son para festejar, pese a que se espera una caída menor respecto a la que arrojará este año, pero igual se estima que se mantendrá en negativo a nivel general, con un primer trimestre malo, un segundo equilibrado y los últimos seis meses del 2020 con un posible crecimiento.

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Y agrega que "tampoco tenemos una expectativa de que el consumo vaya a repuntar de manera inmediata" porque, en cualquier caso, se va a necesitar un mínimo de tiempo para que ocurra, donde siempre en estas situaciones este aspecto está en los últimos lugares de las prioridades.

"Hay que ajustar muchas cuestiones de la macro y a partir de eso puede haber un escenario de crecimiento. No debemos crearnos falsas expectativas, ni que van a haber soluciones mágicas, el nuevo gobierno enfrenta un desafío muy grande", advierte.

Para graficar el estado de ánimo imperante en el sector, el dueño de una cadena de unos 15 supermercados ubicada en el norte del país de confesó a este medio: "Hoy la vara está tan baja que cualquier cosa sirve como aliciente".

Otro director comercial de una de las cadenas más importantes del país reconoció a iProfesional que la medida de la quita del IVA a los productos esenciales los "ayudó mucho" a ganar mercado, sobre todo en la venta de fideos, arroz, aceite, entre otros, porque la incidencia de los artículos básicos en las compras hoy es fundamental. Aunque el balance general del año no deja de ser "malo".

El directivo justifica su moderación y cautela en la compleja situación económica, donde la inflación es elevada, el tipo de cambio se encuentra contenido por el cepo cambiario y los salarios pierden de forma constante frente al incremento de precios.

Todo un cóctel que no ayuda para nada a los bolsillos, y menos que menos a incrementar las ventas de los supermercados, sobre todo en un contexto que se ve agravado para dicho sector por los cambios en los hábitos de los consumidores, basados en la pérdida de fidelidad hacia las cadenas, en la búsqueda del mejor precio y productos a través de diversos canales de compra, la llamada omnicanalidad."Va a ser un año muy difícil", resumió en el panel final Joaquín Santa Coloma, gerente general de Cencosud, firma que posee en Argentina 282 locales y unos 17.000 empleados.

La conclusión es que no hay "fundamentals" para ilusionarse que todo vaya cambiar demasiado en 2020, pero esto es Argentina y siempre las sorpresas están a la vuelta de la esquina.

Ley de Góndolas bajo la lupa

A la mala situación económica se le sumó una preocupación básica del sector, que es la implementación de la Ley de Góndolas, que fue impulsada por el Frente de Todos y tuvo media sanción en Diputados por amplia mayoría.

La misma establece que se deberá incorporar mayor variedad de productos por categoría para diversificar la oferta y darles oportunidades a las pequeñas y medianas empresas.

Este argumento fue negado enfáticamente por los actores del sector.

"Más que fijar un espacio por ley lo importante es fomentar la presencia de las pymes", dijo al público presente Dolores Fernández Lobbe, gerente general de Walmart.En tanto, Santa Coloma fue más allá: "Va a traer distracciones en góndolas, quiebres de stock y un incremento de costos asociados a la reposición".

Al respecto, desde el sector aclararon que los supermercados tienen poca penetración, ya que representan apenas el 30% de la comercialización de productos de consumo masivo (en otro países llega al 70%), por lo que esta ley sería "sólo para 13 cadenas de retail y dejaría afuera al otro 70% de los vendedores".

"Ya de por sí ofrecemos muchos productos de pymes, y el canal mismo se va adecuando a las variaciones de la demanda de la gente. Nosotros mejor que nadie buscamos ofrecerles variedad de precios y productos a nuestros clientes. Es una locura esta medida, afecta los costos", sentencia a iProfesional una fuente de los "grandes" jugadores internacionales.

Lo cierto es que para enfrentar estos desafíos la coincidencia general es que las cadenas de supermercados están buscando ser más eficientes, incorporar tecnología y abrirse a otros formatos para seguir las tendencias de los consumidores.