El dirigente massista Sebastián Galmarini (en la foto), uno de los directores del Banco Provincia, salió a cuestionar a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, al señalar que "por más que actúe, mienta y mire a la cámara, deja la Provincia arrasada. Peor que lo que recibió", además de "más deuda, al borde del default y con peor calidad de todos los servicios".

El cuñado de Sergio Massa, que fue senador bonaerense entre 2007 y 2010, considera que Vidal "transita su última semana en el poder con la soga al cuello". Al respecto, en un comunicado explica que en unos días vence un bono de 4.200 millones de pesos que está en manos del Banco Provincia y que, asegura, "no puede pagar". "A riesgo de dejar la Provincia en default, presiona al directorio" del Banco Provincia, "y enfrenta una rebelión de su propia tropa".

Se trata de un total de $4.259.606 pesos, más unos mil millones en intereses, que el Tesoro tiene que entregarle al Banco Provincia antes de este viernes, "a riesgo de ser declarado en cesación de pagos", sostiene Galmarini.

"El problema es que cada una de las alternativas que presentó hasta el momento encontró graves objeciones legales porque importa una pérdida patrimonial para el banco, que el directorio, por ley, no puede avalar", agregó.

El presidente del Banco Provincia es Juan Curutchet, el vice, Carlos Pérez y hay siete directores. Sin embargo, en su mayoría, tendrían una posición contraria a la gobernadora saliente.

En ese esquema, Galmarini asegura que hace unos meses, Vidal "intentó acudir al artículo 9 de la Carta Orgánica del Banco Provincia para que otorgue un préstamo equivalente a la deuda contraída. Pero el nivel de exposición del Banco al sector público, por un plan de reencuadramiento ante el Banco Central, cortó de plano esa posibilidad".

Entonces -Vidal y el ministro de Economía provincial, Damián Bonari, pensaron en pedir el préstamo a Nación, y que el BAPRO entregara un "repo" a cambio, pero tampoco funcionó; los dictámenes negativos de las subgerencias de Finanzas y de Legales impidieron que prosperara.

"El último plan de Vidal tiene doble efecto. Consiste en abonar mil millones de pesos en intereses, pagarle a los tenedores privados y reperfilar la deuda en manos del banco a seis meses. Si lo consiguiera, el Provincia perdería exactamente 957 millones de pesos, y si el directorio lo avalara, sus miembros terminarían tras las rejas", sostiene Galmarini. Cree que Vidal busca "que la oposición pague el costo político del inminente default".