La mayorista estatal Camessa se demoró en el pago a generadoras de energía electrica y la Asociación de Generadores de Energía Eléctrica de la República Argentina (AGEERA) realizó un fuerte reclamo mediante un comunicado institucional.

"Requerimos en forma urgente se arbitren todas las medidas necesarias para evitar las demoras en los pagos de las transacciones de los Generadores (…) para que Cammesa cancele las sumas adeudadas con los intereses correspondientes, a la mayor brevedad", indica la carta firmada por el presidente de la entidad, Daniel Garrido.

Al día del vencimiento de las obligaciones del mes de octubre, Cammesa solamente había abonado el 19,8% del total, mientras que, veinte días más tarde emitió otro pago del 13,62% y durante la última semana pagó un 44,59% adicional.

Es por eso que todavía queda pendiente un saldo del 22% para completar las obligaciones de octubre y la totalidad del mes siguiente, lo que debió haber sido pagado el viernes pasado. La cifra adeudada es de unos mil millones de dólares, dado que por mes corresponen 800 millones, según informó el sitio lapoliticaonline.com. Desde el Gobierno, lejos de desconocer la situación asumieron la deuda pero responsabilizaron a la gestión macrista por ella.

En el comunicado, AGEERA deja en claro que retrasos como este afectan fuertemente el desarrollo de las empresas: "Es fundamental que se cumpla con los plazos de pago para poder cumplir con nuestros compromisos y asegurar el normal funcionamiento de las empresas".

Además, las distribuidoras ya anunciaron que no podrán pagar la totalidad de las facturas de energía que le compran a Camessa, lo que afecta indirectamente a sus proveedores, a los cuales no puede pagarles en tiempo y forma.

Por otro lado, la tirante relación entre Esteban Kiper, Gerente General de la Compañía Estatal y Sergio Lanzani, secretario de Energía no contribuye a que el área funcione con fluidez. Kiper respondería directamente a Axel Kicillof sin consultar con Lanziani y manejaría la compañía a su criterio, independientemente de la opinión del secretario, que muchas veces resulta notoriamente contraria.