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Evitar el desabastecimiento, la prioridad de Alberto: empresas piden control a los sindicatos

Los funcionarios reclaman que no disminuya ritmo de producción de alimentos. Las empresas piden que funcione la cadena logística y que no haya conflictos
17/03/2020 - 06:35hs
Evitar el desabastecimiento, la prioridad de Alberto: empresas piden control a los sindicatos

Después de un fin de semana de locos -con miles de argentinos en una verdadera corrida hacia los supermercados para abastecerse de alimentos y productos de limpieza en medio del pánico por el avance del coronavirus-, el Gobierno se enfocó ahora en el abastecimiento de esos artículos de primera necesidad, que empezaron a escasear por la avalancha en la demanda.

Las góndolas de alimentos vacías: ese fue el peor fantasma que ayer lunes recorrió la Casa de Gobierno. Por eso, el presidente Alberto Fernández instruyó a Economía para que asegure el normal abastecimiento de productos en medio de la crisis.

Esta vez no fue una "corrida" contra los bancos, por parte de ahorristas desconfiados, sino más bien contra los supermercados.

Lo protagonizaron consumidores ansiosos por comprar paquetes de fideos y arroz; botellas de aceite y productos de limpieza e higiene personal, con los frascos de alcohol en gel, lavandina  y los rollos de papel higiénico en primera fila.

"Ayer me comentaba un supermercadista que vendió lo mismo (el fin de semana) que en Navidad. La Argentina no puede ser un país de vivos y de bobos. Vamos a actuar con lo que la ley nos permita", dijo el Presidente el domingo por la noche desde Olivos, en una doble apelación: a los consumidores para no dejarse ganar por el pánico y a los comerciantes para no remarcar precios aprovechando el súbito incremento de la demanda.

Por eso mismo, y en simultáneo con la reunión que el propio Fernández mantenía con el gabinete económico y social en Casa Rosada, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, se juntó con las principales fabricantes de alimentos para pedirles garantía para el abastecimiento de los alimentos de la canasta básica.

El pedido fue categórico: que la industria ponga a sus plantas a fabricar al máximo. "Estamos en emergencia; hay que cuidar a la gente", les pidió la funcionaria.

La cumbre entre el Gobierno y los fabricantes había sido convocada originalmente para negociar la próxima lista de "Precios Cuidados", que debe regir a partir de la primera semana de abril.

En un escenario impensado hasta hace algunos días, los funcionarios transmitieron a los empresarios que el tema de los precios dejaba de ser prioritario -"tenemos tiempo para negociar la nueva lista", les dijeron-, y la prioridad pasó a ser el normal abastecimiento.

Para el Gobierno, el peor escenario sería que la gente concurriera a los supermercados y no encontrara productos básicos. "Empeoraría la situación de nerviosismo y pánico", apuntó un funcionario de Economía a iProfesional.

De todas maneras, ninguna de las empresas que dialogaron con el Gobierno prevé incrementos en los precios. Con la salvedad de algunas fabricantes de mermeladas o gelatinas, cuyos costos quedaron impactados por la reciente suba en el precio del azúcar.

Advertencia sobre fallas logísticas

La reunión que se realizó en el Club Alemán, especialmente elegido por disponer de un salón muy amplio, que permitió mantener la distancia recomendada entre los comensales en medio de la pandemia.

"Las máquinas están disponibles; las materias primas también. Pero si se cae una de las patas de la cadena, ya no podríamos asegurarlo", le dijeron los fabricantes de alimentos a Español.

Se referían a la responsabilidad de las empresas de logística (que transportan la mercadería desde las fábricas a los supermercados y autoservicios) y a las cadenas comerciales. 

La tensión entre la industria y los supermercados es histórica.

Los empresarios también dejaron explícito que necesitan de la ayuda de los sindicatos para poder cumplir con los pedidos. Fue un tiro por elevación a Hugo Moyano, de quien depende la relación gremial con los transportistas. Y, en menor medida, a Rodolfo Daer, hermano del titular de la CGT, y referente del gremio de la Alimentación.

"Vengan a comunicarnos cualquier anormalidad que ponga en peligro la producción y el abastecimiento", pidió Español a los empresarios de la Copal, la organización que reúne a la industria de la alimentación. Durante el encuentro, nadie hizo nombres propios pero todos sabían de quiénes estaban hablando.

"Necesitamos que los sindicatos no obstruyan. Se vienen días complicados, con gente que va a dejar de trabajar. Vamos a tener que cubrir esos puestos. Si los sindicatos quieren trabajar a reglamento, entonces no podremos cumplir con el reclamo del Gobierno", mencionó uno de los presentes a iProfesional.

Español también fue directa en la responsabilidad de los empresarios: "Los estamos observando de cerca. No vamos a tolerar aumentos en los precios como fue con el alcohol en gel. Ni excusas por el eventual desabastecimiento", advirtió la secretaria. 

La expectativa de los funcionarios es que lo visto en fin de semana -con ventas que llegaron a triplicarse- fue un pico que no volverá a repetirse. 

El diagnóstico refiere a que la avalancha de público se dio ante la expectativa de que habría un cierre forzoso de los comercios, algo que no ocurre ni siquiera en los países -como España o Italia- se tomaron medidas extremas, con los ciudadanos obligados a quedarse en su casa.

Un dato alentador, que refuerza esa hipótesis, es que los pedidos de alimentos de ayer lunes, por parte de las grandes cadenas de supermercados a las fábricas- resultó inferior a las de jueves y viernes últimos, cuando en los salones de ventas comenzaba a verse un salto en la demanda.

Con menos optimismo -o acaso con una dosis mayor de realismo-, algunas empresas líderes se preparan para un eventual estrategia de shock. Ya le avisaron al Gobierno que, en caso de agravarse la pandemia, tendrían que habilitar a que los operarios de las fábricas deberían concurrir a sus puestos de trabajo para asegurar la fabricación de productos.

Puertas adentro, las empresas diseñaron sus propios comités de crisis con el doble objetivo de cuidar la sanidad de sus trabajadores y, al mismo tiempo, poder cumplir con el objetivo de cumplir con el pleno abastecimiento.

No quieren que les pase lo mismo que a las fábricas de productos de limpieza e higiene, que estuvieron desbordadas por el salto en la demanda.

En un escenario que cambia en pocas horas, el Gobierno busca que las necesidades básicas se puedan satisfacer.

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