El impacto del coronavirus y de las medidas que se toman para reducir su expansión no tardó en sentirse en la actividad productiva y comercial. Lo mismo ocurre tanto en las principales economías del mundo como en latinoamérica: restaurantes vacíos, viajes cancelados, hoteles vacíos -cuando no utilizados como reductos de cuarentena o de internación-, fábricas paradas y fronteras cerradas.

En este contexto de temor y freno a toda actividad no esencial, las empresas entran en una situación que pone en juego su supervivencia. Tanto es así que el propio Alberto Fernández morigeró este domingo sus intenciones de una "cuarentena total" y admitió que no se implementaba por el fuerte golpe económico que implicaría.

Frente a una situación todavía más crítica -por la mayor difusión del virus- el presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió este lunes que el Estado francés ayudará a las empresas que estén en riesgo de quiebra por el coronavirus.

"Las que enfrentan dificultades no tendrán nada que pagar, ni los impuestos, ni las cotizaciones sociales", destacó en su discurso, refiriéndose también a la "suspensión de las facturas de agua, gas o electricidad y a los alquileres".

Para paliar los efectos económicos del coronavirus, Macron prometió una garantía de 300.000 millones de euros para préstamos bancarios a empresas a las que urgió a "adaptar su organización para respetar las medidas de protección".

Se trata, detalló, de "un dispositivo excepcional de aplazamiento de cargas fiscales y sociales, de apoyo o prórroga de vencimientos bancarios y de garantías del Estado por un importe de 300.000 millones de euros para todos los préstamos bancarios contraídos con los bancos".

Justamente, el reclamo por la presión impostiva en la Argentina, que es una constante de las empresas incluso en épocas "normales", vuelve ahora a resonar. Su aligeramiento es visto, sobre todo dede las Pymes, como un paliativo que puede ser decisivo para el destino de muchas firmas.

La Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba) pidió la postergación del pago de impuestos y la suspensión de la retención automática de Ingresos Brutos, entre otras medidas, para morigerar el efecto del coronavirus (Covid-19) sobre la actividad comercial e industrial.

En ese marco, el presidente de la entidad, Fabián Castillo, solicitó "la postergación de pagos de impuestos, el libre estacionamiento y líneas de crédito blandas para el sector a los efectos de compensar la crisis provocada por la falta de comercialización y la amenaza sobre los puestos de trabajo".

Brasil sigue el ejemplo

Horas después de los anuncios de Macron, Brasil dejó conocer que inyectará casi 30.000 millones de dólares en su economía este año para hacer frente al impacto del coronavirus, con créditos y exenciones a las empresas y anticipación de beneficios a jubilados y población en situación de pobreza.

Así lo confirmó el ministro de Economía, Paulo Gedes, tras una reunión con el presidente Jair Bolsonaro.

"Salud y empleo son los dos objetivos del presidente", dijo Guedes.

Por otra parte, el ministro pidió al Congreso acelerar las reformas de ajuste fiscal como la tributaria y administrativa, resistidas por los empleados públicos, y la privatización de la mayor empresa eléctrica de América Latina, Eletrobras.

El ministro afirmó que 16.700 millones de dólares serán destinados a la población más vulnerable y otros 11.800 millones para financiar descuentos a impuestos de empresas para mantener puestos de empleo.

Un país en alerta máxima

Por otra parte, Macron anunció también el aplazamiento de la segunda vuelta de las elecciones municipales, previstas para el domingo, tras una primera ronda marcada por una abstención histórica.

"Esta decisión fue aceptada unánimemente" por todos los líderes de los partidos, indicó el presidente francés, que no dio fechas, aunque con anterioridad, su primer ministro, Edouard Philippe, había propuesto aplazarlas hasta el 21 de junio.

En un momento en que el mundo entero se atrinchera ante la pandemia, el presidente francés anunció que la Unión Europea cerrará todas sus fronteras con el exterior durante 30 días.

El martes se celebrará una reunión extraordinaria de los 27 dirigentes de la Unión Europea.

Francia impondrá a partir del martes al mediodía un confinamiento casi total para todos sus ciudadanos, que solo podrán salir a la calle por motivos de primera necesidad con el fin de frenar la propagación del coronavirus, anunció el lunes el presidente Emmanuel Macron.

"Desde mañana al medio día y al menos por 15 días la circulación de las personas será reducida fuertemente", indicó Macron en un discurso a la nación retransmitido por televisión.

Los ciudadanos solo podrán circular por la calle para ir o volver del trabajo, ir al supermercado y acudir a centros sanitarios en caso de necesidad, y toda infracción será sancionada.

Desde el martes al mediodía ya no será posible "reunirse con amigos o ir al parque", dijo Macron, después de que se vieran imágenes en las redes sociales el domingo de franceses reunidos en parques y jardines tomando el sol.

"Estamos en guerra. Una guerra sanitaria, pero el enemigo está ahí. Invisible, escurridizo", recordó el presidente francés en tono marcial.

"Les pido ser responsables y no ceder al pánico", agregó. "Francia vive un momento muy difícil" y "tendremos que adaptarnos" pero "venceremos", sostuvo.

Francia, uno de los principales focos en Europa del coronavirus, contabiliza 6.633 infectados y 148 muertos por la pandemia de COVID-19, según un último balance comunicado el lunes por la noche.

Todos los locales públicos no esenciales, como bares, restaurantes y cines, ya se encuentran cerrados en el país, que se encuentra en la fase 3 de la epidemia, que implica que el coronavirus está presente en todo el territorio.

Francia sigue los pasos de Italia y España, los dos países más afectados en Europa por el coronavirus, donde ya hay serias restricciones de movimientos a sus habitantes.

La situación "es muy preocupante" y "se deteriora muy rápido", advirtió el lunes el director general de Sanidad, Jérôme Salomon, que añadió que los casos se multiplican por dos cada tres días.