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"Hay 150 personas tosiendo en la sala de espera": El desgarrador relato de una enfermera de España

María es enfermera en España y describe lo que está viviendo como una guerra. La lucha contra la pandemia del coronavirus en primera persona
23/03/2020 - 06:37hs
"Hay 150 personas tosiendo en la sala de espera": El desgarrador relato de una enfermera de España

"Me llamo María y soy enfermera. Prefiero que no aparezca mi apellido, ni mi foto, porque no sé qué podría pasar. Me cuesta mucho no llorar al hablar de esto, me paso el día llorando, prácticamente a diario. Ahora hablo muy deprisa, no puedo evitarlo. Es que estoy desesperada. Estamos desesperados. Trabajo en las Urgencias del Hospital 12 de Octubre y tengo la sensación de que en los medios de comunicación no se refleja lo que estamos viviendo. Es difícil imaginárselo. Yo nunca pensé que vería algo así. Y menos en España", señala a el Confidencial, María, enfermera en las Urgencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

"En las salas de espera se hacinan más de 100 personas. Ayer conté 150 personas, el triple que un día malo antes de que esto empezase. Somos cuatro enfermeras para atenderlos. Es una sala donde la gente está apelotonada, todos enfermos, la mayoría tosiendo. Unos son positivos, otros negativos, otros tienen síntomas. El que no viene con coronavirus se lo lleva. Les damos una mascarilla quirúrgica, que no protege, y para dentro. Nosotros mismos no tenemos protección. Nuestros superiores dicen que las mascarillas no hacen falta. No sé...", describe María al portal de noticias español.

"Te digo una cosa: cuando empezó esto íbamos con equipos mejores que los que tenemos ahora. No tan buenos como los de los chinos, pero mejores que los de ahora. Ahora estamos reciclando, nos ponemos lo que podemos. En el triaje nos dicen que podemos estar con una mascarilla de papel. Solo nos dan las FTP2, las mascarillas que de verdad protegen, para hacer técnicas en exudados y cosas así. No tenemos protección adecuada y es un día tras otro. Estamos cayendo enfermos. Hay como tres casos positivos al día en mi entorno. Y yo tengo dos hijos de 7 y 3 años... ¿Qué hago con ellos si caigo enferma? No los puedo llevar a ningún lado. A veces pienso que se los llevo a mi suegra, pero ¿y si la infectamos?", agrega la enfermera.

La guerra contra el coronavirus en primera persona

"En el hospital es un caos auténtico, como una guerra, es como estar en una guerra. Nos lo decimos todo el rato. También queremos ayudar, queremos hacer algo. Ayer nos ofrecimos a reforzar voluntariamente y no nos dejaron porque hay que mantener los turnos porque hay demasiados contagios. Estamos con lo mínimo y va a peor cada día. Lo peor está por llegar y lo sabemos. No entiendo por qué no llegan refuerzos. ¿Dónde están los contratos que iban a reforzar? ¿Dónde están las nuevas camas? Llega alguno, pero con cuentagotas. Se refuerza, pero hay más bajas que refuerzos. En nuestra plantilla hay ya muchos, unas quince personas menos trabajando por las bajas", explica María.

"Y es todo el virus este porque, por ejemplo, urgencias traumatológicas no estamos teniendo. La gente está en casa y además yo creo que saben que no pueden venir porque se contagian. Las contusiones, los accidentes de tráfico... Eso ahora no lo ves. Y gente con síntomas leves tampoco muchos. Siempre hay algún histérico o algún loco. El otro día una mujer que atendí decía que le dolía el pie y que creía que era coronavirus. La gente tiene mucho miedo pero aun así con síntomas leves no ves a casi nadie. Lo que hay es gente grave, pero muy grave, gente muriéndose", indica la enfermera.

La batalla contra el coronavirus no da tregua
La batalla contra el coronavirus no da tregua

"Y luego hay gente a la que se está dejando morir (...) Perdona, es que no puedo contenerme, me pongo a llorar. No podemos atender a todo el mundo, no hay tubos ni respiradores, no hay camas para todos. Hay que desestimar pacientes, según la edad o la esperanza de vida. Eso lleva ya toda esta semana ocurriendo. A mayores de 75 años se está intubando ya a muy pocos porque hay que dejar espacio para la gente joven que puede sobrevivir. Todos llegan igual: con neumonías bilaterales muy grandes. Y no hay tubos para todo el mundo. No estamos haciendo intervenciones quirúrgicas, incluso las graves. En el quirófano aunque tengas 20 años... si no te estás muriendo de verdad no entras ahora mismo porque no hay recursos", agrega la trabajadora española.

"La gente que es joven y sana es mucho más fácil que salga de la neumonía sin necesidad de la ventilación mecánica, así que se aguanta un poco más. Vienen algunos, pero queremos pensar que no va a ser lo normal, que no va a morir mucha gente joven. El problema más grave ahora mismo son nuestras personas mayores. Perdona si no puedo seguir, es que no puedo, me pongo a llorar. Estamos todos con una ansiedad, con un miedo, con una tristeza... Te lo decía antes: esto es como la guerra. Los familiares te paran por los pasillos y la gente se muere sola en las habitaciones. Una abuelita de unos 75 u 80 años, el otro día... Su marido nos tomaba de las manos porque no sabía ni donde estaba. Y me tomaba de la mano... Tenemos especialistas. Tenemos recursos. Pero está pasando esto, que la gente se está muriendo sola. Tengo abuelos toda la noche en sillas de ruedas, toda una noche, esperando una cama. Cien personas a todas horas tosiendo en urgencias, boqueando. Y no hay sitio para meter a la gente", agrega María al portal español.

Coronavirus: el infierno de las guardias de hospital

"Aquel domingo 8 de marzo nosotros ya estábamos desbordados. Lo de quédate en casa tiene que ser de verdad. Yo sigo viendo que la gente va a comprar el pan y al día siguiente a por sal, para darse un paseo. Que no, que se compra una vez a la semana y ya está. Hay que salir solo, solo, para los trabajos esenciales. Y yo creo que tienen que poner la ley más dura. Lo digo porque estoy viendo cosas que jamás pensé que vería. Y no es que no esté acostumbrada a ver cosas. A ver, la urgencia del 12 de Octubre es muy dura. Siempre está masificada, sufrimos insultos y agresiones a diario. Pero de verdad que jamás pensé ver lo que estoy viendo. Terminamos el turno sin poder respirar, sin poder ir ni al baño, ni a beber agua. No sabes lo que es estar con un traje de esos puestos: no puedes respirar, estás a 50 grados. Sin relevos. La gente termina el turno agotada físicamente, llorando, con ansiedad, con impotencia. Porque no podemos atender a la gente. Perdona que me pongo a llorar otra vez", detalla María.

"Y luego cuando llego a casa... Intento desinfectar el coche. Ayer lo bañé en amoniaco entero. El teléfono no lo saco en el hospital. A mi marido le he dicho que no me llame. Y cuando llego lo desinfecto con agua y amoniaco. Me quito toda mi ropa, pongo una lavadora solo con mi ropa. Antes de ir me cambio en la taquilla, me pongo solución alcohólica mil veces en las manos. Es que no tenemos ni duchas preparadas para eso. Hasta hace dos días no podíamos cambiarnos los pijamas sucios por las noches porque estaban las máquinas rotas. Ahora eso lo han cambiado, hay tintorería. Voy con el pelo recogido, sin pulseras, sin anillos. Pero tienes que ir a hacer cosas en las salas de medicación y... Intentas que los compañeros no hablen sin mascarilla. Y luego llega a casa y veo a los niños. Me da miedo no poder cuidar a los niños. Perdona si me pongo a llorar otra vez. Es muy complicado ir a trabajar con ese miedo, con esa incertidumbre. Nos sentimos poco apoyados por los superiores, por el hospital. No nos sentimos respaldados. Con los pacientes también es terrible... No veo solución, supongo que la habrá, pero no podemos seguir así. Estoy psicológicamente hundida, de verdad te lo digo", agrega.

La lucha contra el coronavirus en primera persona
La lucha contra el coronavirus en primera persona

"Yo no sé si se olvidan de nosotros porque el 12 de Octubre es un hospital obrero, que da servicio a Usera, Villaverde, Avenida de los Poblados... No sé si en otros sitios es mejor. Esta es una zona complicada siempre. Son pacientes muy complicados siempre. Ahora la verdad es que tienen más paciencia porque nos ven cómo estamos. Pero aun así exigen. Y tienen toda la razón. Están más concienciados y no se te tiran encima. Nosotros, de verdad, no nos consideramos héroes. Lo que queremos es lo mejor para el paciente, nada más. ¿Te parece normal tener en una silla de ruedas a una mujer de 85 años toda la noche? Hay sitio en el hospital para habilitar más camas ¿Por qué no lo habilitan y montan más hospitales de campaña? Pero ahora, no pasado mañana. ¿Por qué no hacen eso? Yo creo que son todo intereses políticos y creo que no están haciendo todo lo que tienen que hacer. Estoy convencida", indica la enfermera española.

"La gente mayor es consciente de que no la vas a intubar. Mi abuela es consciente ya, aún no estando enferma. Sabe que si necesita una intubación no la van a intubar. A la madre del tío de mi marido se le avisó desde el primer momento: que no se le iba a intubar. A las familias se les dan otras explicaciones. Que como es muy mayor, pues es muy traumático para ella. Pero no es el motivo. Antes, si necesitaba un respirador, se le ponían. Los médicos no son culpables, claro que no, el tema es que no hay tubos. Y si hay que intubar a un chico de 20 años... pues hay que elegir. En Italia dicen que estaban desestimados ya a pacientes de 60 años. Y ojo, que hay personas jóvenes que tienen antecedentes malos y también se les desestima aunque tengan 40 años si su esperanza de vida es baja. Ese es mi día a día. Ya te digo que no paramos de llorar. Si puedes, ponlo en el periódico. Al menos que se sepa", concluye la crónica de María al sitio El Confidencial.

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