TENSIÓN CAMBIARIA

Devaluar poco o mucho: dudas del mercado financiero con el dólar antes de las elecciones

Dólar Atrasado, Dólar Equilibrado o Dólar Recontralto. Las incógnitas del mercado financiero antes de las elecciones. Dólar Atrasado, Dólar Equilibrado o D
ECONOMÍA - 05 de Septiembre, 2021

La próxima semana, la última antes de las PASO, promete ser muy excitante y extenuante para el mercado financiero local. No se sabe por ahora si se mantendrá el rally que experimentaron los bonos y acciones desde agosto, qué pasará con la cotización de los dólares alternativos, que cerraron un promedio de 175 pesos por dólar, y si el BCRA acelerará el ritmo devaluatorio del peso en el mercado mayorista del dólar como lo ha hecho en esta última semana.

La devaluación en términos anualizados pasó del 12 al 18 por ciento anual y el BCRA vendió en la última semana unos u$s600 millones.

Con respecto a una futura devaluación del peso frente al dólar luego de las elecciones algunos analistas financieros plantean dos escenarios. Un aumento de las minidevaluaciones diarias del BCRA o un importante salto devaluatorio si el BCRA tiene que enfrentar una nueva corrida cambiaria como la de octubre del 2020.

Hay que destacar que el único salto del dólar oficial durante el kirchnerismo fue en enero de 2014. En ese entonces se produjo una devaluación del peso del 30% en el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, con Axel Kicillof como ministro de Economía.

En los últimos años, desde el 2002 hasta ahora, las dos grandes devaluaciones de la historia argentina, la del 2002 y la del 2015, tuvieron 3 aspectos comunes que anticipaban la devaluación: un dólar oficial atrasado en términos reales, un bajo nivel de reservas liquidas del BCRA y una brecha cambiaria entre el dólar oficial y el dólar paralelo muy difícil de mantener.

"En la actualidad, el dólar oficial cerca de 100 pesos para la mayoría de los analistas no está regalado como en esos años, Pero advierten que las reservas netas en el BCRA son muy bajas y la brecha es muy alta.

"Hoy no se observa el elemento común a todos los saltos devaluatorios previos, un fuerte atraso cambiario o un dólar oficial regalado. Pero los otros dos factores están presentes como un reducido nivel las reservas liquidas del BCRA, hoy llegan a superar los u$s10.000 millones y una situación macro fiscal, financiera, monetaria y bancaria que está muy desbalanceada" explicita el reciente informe de MS.

La devaluación en términos anualizados pasó del 12 al 18% anual y el BCRA vendió en la última semana u$s600 millones

También hubo otras tres devaluaciones que el mercado no esperaba. La de enero de 2014, en la que el dólar pasó de 6 a 8 pesos y la del 2018, cuando subió de $20 a 440 y la que ocurrió luego de las PASO del 2019, cuando la cotización pasó de $40 a $60 pesos.

Estos fueron saltos devaluatorios muy diferentes a los del 2002 y 2015. En 2014 había control de cambios y en 2018 mercado único y libre. Pero ambos tenían un factor común. El valor del dólar en términos reales estaba muy atrasado casi como en el 2002 y 2015, un valor entre actualizado a valores de hoy de unos 70 pesos.

El salto cambiario luego de las PASO de 2019 fue una devaluación generada por la incertidumbre política que despertaba el triunfo del Frente de Todos ante Cambiemos. Pero no había un atraso del dólar oficial y en el BCRA quedaban unos u$s15.000 millones de reservas liquidas netas en el BCRA y no existía un cepo cambiario tan reforzado como el actual.

El cruce entre Guzmán y Pesce no ayuda

Con respecto al futuro de la política monetaria y cambiaria, la semana pasada iProfesional adelantó la nueva disputa entre el ministro de Hacienda Martin Guzmán y el presidente del BCRA Miguel Pesce. El miércoles en una reunión en Córdoba, el ministro manifestó que "hoy tenemos una situación en la cual el stock de Leliqs más pases pasa los 4 billones de pesos. Esa situación es disfuncional para el sistema económico, porque lo que necesitamos es un sistema financiero que canalice el ahorro en inversión".

Pero Guzmán además declaro que "no hay ninguna posibilidad que haya un elemento disruptivo de la moneda que nuestro país emite". Varios analistas del mercado financiero consultados por iProfesional interpretaron que fueron dardos contra el BCRA en el difícil lenguaje que maneja el ministro, pero tanto desde esta institución como desde fuentes cercanas a Guzmán desmintieron un enfrentamiento entre ambos.

Antes ya hubo disputas por el endurecimiento del cambiario en octubre pasado y por el nivel de las tasas de interés que se pagan por las Leliq, que le llevarán este año al BCRA una suma superior a 1 billón de pesos que irán a parar a los bancos que tienen en su poder esas letras.

"Hoy el aspecto cambiario está dentro de un contexto macroeconómico complicado con una situación fiscal y monetaria un poco desbalanceada y dentro un contexto internacional más o menos favorable con un mundo y con una Argentina que han comenzado a recuperarse a principios de este año luego de la pandemia, pero las declaraciones del ministro no ayudan", manifestó a iProfesional un banquero muy cercano al Gobierno.

En la semana se sumó un nuevo interrogante con respecto al futuro cambiario. El jueves las autoridades del FMI manifestaron que "la Argentina requiere un plan macroeconómico creíble y sólido" y sugirieron que "a medida que el país se estabilice, deberá implementar un desarme gradual del cepo cambiario".

"Desarmar el cepo significa eliminar el control de cambios y dejar de tener un dólar de 100 pesos en el mercado oficial y otros dólares alternativos que valen entre 170 y 180 pesos, lo que de alguna manera significara ir a un aumento del dólar oficial" manifestó a iProfesional el economista Marcelo Elizondo titular de la consultora DNI.

En caso que el oficialismo ganara las elecciones con un buen resultado anterior en las PASO, es probable que quiera seguir con este modelo de atraso del tipo de cambio oficial, reforzar el cepo cambiario financiero y restringir cada vez más las importaciones para evitar que no se esfumen las reservas líquidas del BCRA.

Pero si perdiese habría una gran incertidumbre por el reacomodamiento político y es probable que el BCRA adopte un mayor ritmo devaluatorio mensual, que se mueve a un ritmo del 1,2 % frente a una inflación que podría mantenerse en valores cercanos al 3 % mensual hasta noviembre.

También habrá que considerar la evolución de los precios internacionales de las materias primas, en particular la soja. "No sería lo mismo transitar los próximos trimestres con el precio de la soja sostenido y arriba de u$s500 la tonelada que más bajo cerca de los u$s450" dice un reciente informe de la consultora M&S. El precio de la soja hoy vale unos 470 dólares la tonelada y está más de 20 por ciento por debajo de su precio récord de 610 dólares del 12 de mayo pasado.

En caso de que el Gobierno obtenga un buen resultado en las PASO, prevén más cepo

Por otro lado, importaró cómo se resuelva la renegociación de la deuda con el FMI. El retardo de un nuevo acuerdo con el organismo o incurrir en atrasos en los pagos futuros es un escenario que no se puede descartar si el oficialismo pierde en las elecciones legislativas de noviembre. Si perdiera en las PASO se podría comenzar a caminar hacia ese camino. "Qué sentido tendría renegociar la deuda con el FMI si perdemos, le dejaríamos el camino libre a quienes más nos endeudó con el FMI en la historia", comentan algunas voces cercanas al kirchnerismo duro.

"No voy a firmar algo que dañe a los argentinos", sostuvo la semana pasada el presidente Alberto Fernández. Fernández además aseguró que "antes de pagarle al Fondo, tengo que pagar un montón de deuda social y ahora estoy discutiendo con el Fondo en un acuerdo que se firmó en una cena en Olivos y que al país le costó 44.000 millones de dólares". Además, destacó que "muchos de los que tomaron esa deuda me dicen hay que arreglar con el Fondo".

Esto generó muchas dudas en el mercado financiero local e internacional en particular en Wall Street si repercutir en el precio de las acciones y los bonos que cotizan en el mercado de Nueva York.

Dos de las tres últimas elecciones en nuestro país no se definieron estrictamente por el aspecto económico. Fueron las presidenciales del 2015 y las de medio término del 2017 donde en ambas ganó el macrismo. En tanto que la tercera, la del 2019, fue una típica elección económica financiera.

Fue adelantada por las PASO de agosto de ese año donde el triunfo parcial del Frente de Todos en el país y en la provincia de Buenos Aires generó una fuerte fuga de capitales de aproximadamente unos 20.000 millones de dólares y un aumento del riesgo país que llego a los 2.000 puntos básicos. Habrá que esperar a la madrugada del próximo lunes para poder comenzar a pensar en las elecciones legislativas el 14 de noviembre próximo. Devaluar poco o devaluar mucho. Esa es la cuestión.

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