LO QUE VIENE

Guzmán recibió una noticia clave antes de que se difundiera el dato de inflación: ¿le servirá en su pelea con Cristina?

Hoy se conoció la inflación récord de marzo. El ministro ya habló con el Presidente para defender lo que viene en relación al FMI y las tarifas
ECONOMÍA - 13 de Abril, 2022

Martín Guzmán está convencido de que la confirmación de la confianza que recibió del Presidente en las últimas horas se agotará rápidamente si no logra mostrar números más bajos en la inflación. El ministro tiene poco tiempo para convalidar de que el índice de 6,7% que se conoció esta tarde, será el más alto del año, como le prometió al jefe de Estado.

Guzmán, como manifestó públicamente, cree que si el Gobierno logra mejorar las expectativas dando certidumbre sobre sus próximos pasos, podrá bajar paulatinamente la dinámica alcista de los precios.

Por eso, volvió a salir al cruce de la posibilidad de aumento de las retenciones a las exportaciones de granos, tal como le vino reclamando Roberto Feletti y un coro de economistas kirchneristas, que se manifestaron a pedido de Máximo Kirchner, con la idea de desplazar al ministro de sus funciones.

Martín Guzmán, en la mira del ala kirchnerista del Gobierno pero dispuesto a resistir.

Precios: una buena noticia para el Gobierno

La buena noticia que tuvo Guzmán se la dieron las consultoras que miden en tiempo real la evolución de los precios en las góndolasHay una coincidencia en que la ola alcista de las últimas semanas se enfrió durante estas primeras jornadas de abril.

Eco Go, una de las consultoras económicas más influyentes, midió que el alza promedio de los alimentos fue de apenas 0,4% en la segunda semana del mes. Casi un punto menos que el 1,3% de la semana previa. De hecho, se trató de la menor variación en las últimas cinco semanas.

No obstante ello, el índice de abril -al menos en alimentos- no puede calcularse por debajo del 5,5%, dijo Eco Go, dado el fuerte arrastre que dejaron los ajustes de marzo.

Justamente, el apuro de Claudio Moroni, ministro de Trabajo, de apurar el cierre de la mayor cantidad posible de paritarias en estas semanas tienen que ver con el objetivo de apaciguar el malestar que ya dejaron los fortísimos aumentos de precios de las últimas semanas.

Si, como cree Guzmán, la dinámica alcista se suaviza, ese enojo justificado de la población podría al menos morigerarse en forma paulatina. Claro está, los trabajadores sindicalizados son la crema del mercado laboral, pero la lógica es que con el paso de las semanas, las mejoras salariales vayan alcanzando al resto.

"Necesitamos que baje la inflación y no se lastime la actividad económica. Si nos acercamos a una recesión sería el peor de los mundos. Hay que actuar rápido", comenta un funcionario del gabinete económico a iProfesional.

Tras el fuerte impacto de marzo, Guzmán confía en que los precios se desacelerarán.

Precios: los desafíos que vienen para el bolsillo

Hay varios desafíos de corto plazo, en materia de precios. No sólo es una cuestión que atañe a los alimentos, rubro sobre el cual se han depositado todas las miradas y análisis políticos. Lo dicho más arriba: descartados nuevos ajustes en las retenciones a los granos y la carne, los precios parecen depender más de los cambios en los mercados internacionales y de la expectativa que se genere a nivel local. 

Pero lo que viene son las actualizaciones en otros rubros, también sensibles a los bolsillos y a la política. Puntualmente, con lo que vaya a pasar con las tarifas de los servicios públicos y los subsidios. Esa es la pelea de fondo de los próximos meses. Salvo una hecatombe (internacional o local), lo más probable es que el índice de marzo pase a la historia como el más alto del año, como prometió Guzmán. Esa no parece la cuestión para más adelante.

Las tensiones se correrán hacia las tarifas de luz y gas. Ya lo avisó el propio Guzmán en su última aparición televisiva: "El Presidente ha marcado que gestionaremos con gente que esté alineada con el programa económico que se ha definido", dijo el titular del Palacio de Hacienda.

La interpretación inmediata refiere a lo que viene: Guzmán necesita cumplir con los aumentos tarifarios acordados con el FMI. Para después quedará una segunda vuelta de negociación con el organismo: qué pasa con la parte de subsidios que no se logre recortar por culpa del fuerte salto en los costos de la energía a nivel global, por el impacto de la guerra en Ucrania.

¿El Fondo reclamará que el Gobierno ajuste en otras áreas? ¿O extenderá un temprano "waiver" contemplando el "cisne negro" de la invasión rusa a Ucrania? Ese será tema de debate a partir del mes que viene, cuando visite Argentina la primera misión del Fondo para monitorear las cuentas públicas.

En junio, el Gobierno deberá implementar el segundo tramo de aumentos en las tarifas. Y antes estará obligado a pasar ese ajuste por las audiencias públicas, que también desembocarán en un fuerte temblor político.

La suba de tarifas de luz y gas, otro temblor político en el horizonte.

El reclamo clave de Guzmán

La condición es que pueda manejar el área de Energía. Se trata de un área clave del Ministerio, que Guzmán no termina de administrar. Los funcionarios clave, los que toman las decisiones para el sector, son todos kirchneristas. El ministro sigue conviviendo con el subsecretario de Energía, Federico Basualdo, con quien hace un año mantuvo un duro contrapunto.Los entes reguladores del sector energético -el ENRE y el Enargas- también son dirigidos por funcionarios cercanos al kirchnerismo, que rechazan el programa de ajuste tarifario que Guzmán firmó con el Fondo Monetario.

El tema de los subsidios y las tarifas son clave en el acuerdo con el organismo. Ahí se estableció que para la mayoría de los hogares, los aumentos en luz y gas deberían equivaler al 80% de la suba de los salarios ocurrida el año pasado. En torno al 42% para todo el año. Claramente, por debajo de la inflación prevista para todo 2022.

No es todo. El mes pasado hubo un duro contrapunto entre Darío Martínez, secretario de Energía, con Guzmán por los fondos que el ministro remite para hacer frente a las compras de combustibles.

La convivencia entre los funcionarios luce imposible; y ahora Guzmán parece avanzar para concentrar el poder. ¿Podrá?

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