La preocupación en el gabinete económico es total: contra lo esperado, las cotizaciones de los dólares financieros se despertaron justo en momentos en que el Gobierno venía dando señales de afianzar el camino hacia una estabilización de la economía.

La alerta es máxima: ninguna de las supuestas buenas noticias dadas por Sergio Massa sirvieron para mejorar el panorama. A saber:

• Un acuerdo de último momento con China para que el banco central chino envié un adicional por el equivalente a u$s5.000 millones de "libre disponibilidad", para que el Gobierno pueda financiar el déficit comercial con ese país. El acuerdo serviría para "ahorrar" los dólares de las reservas y utilizar directamente yuanes.

• El elogio público de Kristalina Georgieva al esfuerzo de Massa por aplicar el ajuste fiscal, a pesar de las presiones políticas. "Es muy importante que la Argentina mantenga el rumbo tal como lo hizo tan exitosamente", dijo la número uno del Fondo Monetario desde Bali, durante la cumbre del G20.

• Que en las próximas semanas habrá desembolsos adicionales de dólares por parte de los organismos internacionales. Un anuncio de Massa antes de viajar al G20.

Nada de esto sirvió para evitar un recalentamiento en el mercado cambiario.

Massa le apunta a la brecha cambiaria: ¿podrá evitar una nueva disparada del dólar?

Reservas y precios también bajo tensión

Ayer miércoles, el Banco Central pudo cortar una racha negativa de 13 ruedas consecutivas y compró un neto de (apenas) u$s5 millones.

La escasez de dólares presiona sobre la brecha, y también sobre los precios de la economía. Incluso sobre los alimentos, que son los precios que el Gobierno se esfuerza por regular. 

El recalentamiento del mercado cambiario de las últimas jornadas juega decididamente en contra de que se enfríen las expectativas inflacionarias.

Que los dólares financieros hayan cruzado largamente la barrera de los $300 no hace más que endurecer la postura de las compañías.

Preocupación por la escasez de divisas

La escasez de divisas en el BCRA preocupa al Gobierno -lo expone Massa en cada discurso público- y también al sector empresario. La falta de definiciones sobre el futuro inmediato, en el actual contexto, hace que los ejecutivos toman distintas decisiones.

Sin la seguridad de que contarán con divisas para los próximos meses, compañías de distintos sectores fueron remarcando los precios de sus productos "por las dudas". "¿Cuál será el dólar de reposición de la mercadería que está en la calle?", pregunta retóricamente un empresario con asiento en la Unión Industrial. Este fenómeno se está extendiendo, advierten en distintas cámaras empresarias.

La escasez de dólares presiona sobre la brecha, y también sobre los precios de la economía

Massa tomó como una verdadera "política de Estado" evitar una devaluación. El ministro está convencido de que ése es su límite; que una devaluación en estas condiciones -con escasas reservas en el Banco Central- y un Gobierno que hace rato cayó en el descrédito significaría un desbande total de las expectativas. Y un final inimaginable.

¿Podrá el Gobierno controlar todas estas variables que se mueven en simultáneo y conspiran contra la posibilidad de una estabilidad?