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La mayor alimenticia del país, afectada por la inflación y el cepo de "Precios Justos"

La compañía sigue acumulando resultados operativos negativos por los mayores gastos que afronta sin poder tocar el precio de sus productos
07/03/2023 - 18:55hs
La mayor alimenticia del país, afectada por la inflación y el cepo de "Precios Justos"

Tal como sucedió el año pasado y como le ocurre a la mayor parte de las empresas del sector alimenticio, Molinos Río de la Plata sigue sumando resultados financieros que reflejan la inestabilidad por la que atraviesa la industria alimenticia producto de la fuerte caída del consumo; de la inflación y de los cepos a los precios tomadas por el Gobierno con el supuesto objetivo de controlar los aumentos.

Por lo menos así lo refleja el balance del 2022 que la empresa de la familia Pérez Companc acaba de publicar en la Comisión Nacional de Valores (CNV) y en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Molinos Río de la Plata, en problemas por "Precios Justos" e inflación

Según los datos a los que tuvo acceso iProfesional, Molinos finalizó ese ejercicio económico reportando una caída de 21,7% en sus resultados operativos, que se acumulan al 4,3% del 2021, y que se profundizan más si se compara con el ejercicio 2020 ya que la caída implica un 45,1% en dos años.

Los datos negativos surgen a pesar de que la compañía alimenticia de la familia Pérez Companc tuvo un sólido crecimiento de 4,9% en el volumen comercializado, por encima de los indicadores de consumo registrado por las principales consultoras especializadas, y haber alcanzado ingresos netos por $138.345 millones.

"La significativa caída de los resultados operativos continúa evidenciando la dificultad de recuperar en los precios de venta los relevantes y cada vez más frecuentes aumentos en los costos y gastos", advierte Molinos en el comunicado enviado a la CNV.

Para la empresa, el impacto en los costos de producción se asoció a la continuidad en la suba de los precios de las materias primas a nivel internacional, pero también respecto a los costos locales que continúan aumentando alineados con los altos y persistentes niveles de inflación. Adicionalmente, y a pesar de haber mantenido una firme política de control en los gastos de comercialización y administración, Molinos tuvo que afrontar fuertes incrementos de gastos por servicios, en especial los relacionados a las operaciones logísticas, que durante el año crecieron por encima de la evolución de los ingresos de la sociedad.

Por el aumento de precios y la imposibilidad de actualizar
Por la suba de precios de materias primas y la imposibilidad de actualizar los de sus productos, la firma se mantiene inestable.

El efecto contable de la mayor alimenticia del país

Por otro lado, en su balance la alimenticia agrega que la caída de los resultados operativos se vio compensada, parcial y principalmente, por un efecto positivo de carácter contable que impacta en los resultados después de impuestos y que llevaron el resultado neto a una ganancia de $8.198 millones.

"A pesar de las dificultades del contexto, la sociedad continuará enfocada en el consumidor, sus marcas, la productividad y la eficiencia para seguir acompañando a los argentinos con productos cada vez más saludables, ricos, prácticos y accesibles", argumenta el documento.

En 2021, su ganancia neta había sido de $2.829 millones contra $2.635 millones del 2020, sus ingresos alcanzaron los $66.572 millones en comparación de los $69.545 millones del año anterior, evidenciando el impacto que en la cifra tuvo el menor consumo de alimentos en hogares durante el 2021, que según la consultora especializada Kantar cayó 12,6% comparado con el año anterior.

En tanto, el resultado neto se sostuvo producto del dinamismo en los programas de eficiencia, el estricto control de gastos, la reducción del costo financiero y la desaceleración del ritmo de devaluación de la moneda local.

La radiografía que muestra el balance del 2022 de la empresa no difiere de lo que atravesó en el 2021 y en el 2020, cuando su resultado positivo tampoco le alcanzó para revertir la caída de ingresos.

Durante ese período, Molinos advirtió menores operaciones en casi todas las categorías de alimentos, que retrajeron sus volúmenes comparados con los del 2019, en especial en categorías importantes como fideos, arroz, harina, yerba.

Para salir de sus números
Para salir de sus números "en rojo", Molinos Río de la Plata debió vender su planta ubicada en la localidad de Victoria.

Hasta debió adoptar una serie de medidas extraordinarias para "disfrazar" en sus balances los verdaderos resultados de sus actividades afectadas por las menores ventas y las decisiones oficiales de imponer cepos a través de planes como Precios Justos que le impiden trasladar los aumentos de costos a los valores de su cartera de productos.

Desinversiones: la consecuencia de la caída de Molinos Río de la Plata

Por ejemplo, en el 2020 recurrió a la venta de sus oficinas centrales en la localidad bonaerense de Victoria y de esa forma equilibrar sus resultados en rojo.

El establecimiento, ubicado en la calle Uruguay 4075 de la localidad de Victoria, en la provincia de Buenos Aires, fue cedido a un grupo inversor a cambio de u$s20,7 millones, y es más que probable que los nuevos propietarios encaren un desarrollo inmobiliario en esa zona muy cercana a la Panamericana pero acordó con los nuevos dueños mantener sus oficinas comerciales y administrativas en el inmueble mediante un acuerdo de comodato.

A Molinos la operación le aportó ingresos por $2.027 millones, que se sumaron a otros $1.169 millones que obtuvo a partir de políticas de control y recorte extraordinario de gastos, a pesar de los mayores costos generados por la crisis del Covid-19, y, a un riguroso manejo no recurrente del capital de trabajo que derivó en una reducción de la deuda en dólares, y por ende, en menores cargos financieros.

Pero, más allá de esta operación inmobiliaria, la compañía viene atravesando períodos en los que debió soportar una exponencial suba de costos asociada, principalmente, al aumento de sus materias primas y fuertes devaluaciones del peso que no ha podido trasladar a los precios de sus productos y han sido determinantes en los resultados.

Al punto que entre el 2017 y el 2019, la empresa acumuló pérdidas por $5.000 millones, rojo que fue revertido en el 2020 gracias a la venta de su sede.

El último balance conn superávit de Molinos Río de la Plata fue en 2016.
El último balance conn superávit de Molinos Río de la Plata fue en 2016.

De hecho, el anterior balance con ganancias  el del 2016, cuando cerró con un saldo positivo de $880 millones. En ese año, la empresa todavía no había escindido su negocio a granel que luego separó para operar con el nombre de Molinos Agro que era el segmento de mayor desempeño, con exportaciones agroindustriales que le reportaron los mayores ingresos y un área de marcas afectado por incrementos de costos, no trasladados a precios.