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Massa y el día después: alerta por inflación, desconfianza en el mercado y pocas señales de dólares frescos

Tras las medidas, el mercado reaccionó se refugió en el dólar. Los empresarios se quejan de imprevisibilidad y los economistas advierten por más deuda
24/07/2023 - 19:09hs
Massa y el día después: alerta por inflación, desconfianza en el mercado y pocas señales de dólares frescos

A diferencia de la recordada frase de Juan Carlos Pugliese en 1989 –"yo les hablé con el corazón y ellos me respondieron con el bolsillo"-, el ministro Sergio Massa decidió hablar en el mismo lenguaje del mercado, y no apelar a los sentimientos sino a los fríos números. Habló del alivio financiero que se lograrán con las nuevas medidas… pero el mercado igual le contesto con muestras de desconfianza.

El dólar blue saltó 6% en una jornada, llevando al 95% la brecha respecto del dólar del Banco Nación. Es cierto que todavía está lejos del 118% observado en abril pasado, y muy lejos del 149% registrado hace un año. Lo cual, según cómo se lo mire, puede interpretarse como que la reacción del lunes no fue tan mala, o bien que queda todavía terreno para empeorar rápidamente.

Por otra parte, la otra brecha de la que se habla poco en la TV, la que separa al dólar "contado con liqui" del MEP, está en máximos de 7%. Esa distancia marca el sobreprecio que los inversores están dispuestos a pagar para sacar los dólares fuera del país. En momentos "normales", no suele superar el 2%.

En coincidencia con esta situación, se verificó una caída en la operatoria del mercado de futuros. No fue ninguna sorpresa: se trata de un instrumento usado a modo de "seguro contra devaluación" que acaba de perder su sentido.

Si un empresario, por ejemplo, importa mercadería y usaba la cobertura de futuros para garantizarse que, aun con una fluctuación del tipo de cambio, podría mantener su flujo de compras, ahora las medidas de Massa le jugaron una mala pasada: tiene un encarecimiento de la importación -por el efecto del impuesto PAIS- pero sin poder cobrar la cobertura, porque formalmente el dólar oficial no varió.

Esto es lo que hace que algunos economistas hablen de un "default de hecho" sobre los instrumentos "dólar linked". Y acrecienta las expectativas de que esos inversores migren desde esas posiciones a otras más directamente ligadas al dólar.

El mercado reaccionó a las medidas económicas con una aceleración en la cotización del dólar blue y mayores salidas de depósitos bancarios
El mercado reaccionó a las medidas económicas con una aceleración en la cotización del dólar blue y mayores salidas de depósitos bancarios

"Lo que se va a generar con esta situación es que se rompe la cadena de pagos, porque quien estaba esperando seis meses para pagar lo que ya vendió, ahora se encuentra con que no tiene cobertura. Eso va a hacer caer las exportaciones mucho más que el efecto de la suba de precios", argumentó Gabriel Caamaño, economista jefe de Consultora Ledesma, en declaraciones a FM Milenium.

Mientras tanto, el goteo de dólares del sistema bancario continúa, y ayer superó los u$s63 millones, con lo cual en lo que va de julio ya se registra una salida de u$s250 millones, según la estimación del economista Salvador Vitelli.

La cantidad de dólares que los bancos tuvieron que pedirle al Central el lunes es más del doble de lo que se venía registrando en los últimos días, y si bien el ratio de liquidez sigue en niveles históricamente altos -más de 90% para los depósitos en dólares-, la aceleración de los retiros es un típico síntoma de nerviosismo pre electoral. En abril la salida había sido de u#s390 millones y en mayo de u$s442 millones.

Sin signos de confianza en el mercado

A primera vista, todas estas reacciones hablan de desconfianza, cuando el objetivo que Massa quería generar con las medidas era justamente el opuesto: dar la certeza de que el país no caerá en default y que seguirá en pie el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

De hecho, el ministro/candidato aprovechó su visita a la Exposición Rural de Palermo para hacer una defensa pública de sus medidas y tratar de transmitir tranquilidad. Así, habló sobre la pertinencia del nuevo "dólar agro", después de que el titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, había calificado a los anuncios como "algo que no nos da previsibilidad".

Massa justificó los regímenes de incentivo exportador como "medidas transitorias" obligadas por la sequía. Concedió que las medidas "pueden ser cuestionables", lo cual se interpretó como que está consciente de las críticas por el eventual impacto inflacionario del tipo de cambio más alto para cultivos que, como el maíz, son un insumo de la industria alimenticia y la ganadería.

Pero en este caso la argumentación de Massa tuvo que ver con la doble mejora, tanto en las reservas del Banco Central -donde se espera un ingreso de u$s2.000 millones- como en la caja de la AFIP -que se espera engordar con $1,3 billón-. De todas formas, también esos números han dado lugar a la controversia, porque mientras desde el equipo económico del Gobierno se filtró el cálculo de que la mejora en la recaudación equivaldrá a 0,8% del PBI, hay economistas que creen que no pasará del medio punto.

La sospecha del mercado es que el acuerdo con el FMI aportará los desembolsos recién después de las PASO y que la suma cubrirá apenas el calendario de pagos
La sospecha del mercado es que el acuerdo con el FMI aportará los desembolsos recién después de las PASO y que la suma cubrirá apenas el calendario de pagos

Pero, lo más importante que quería transmitir Massa es la certeza sobre el ingreso de dólares que tendrá el país como consecuencia del "staff level agreement" al que se llegó con el FMI. Habló de un desembolso grande en agosto y otro en noviembre, sin especificar detalles.

Sin embargo, tampoco estas declaraciones trajeron el alivio esperado. Por lo pronto, no se sabe si el inminente vencimiento de fin de mes por u$s 2.700 millones -a lo que se suman unos u$s800 millones en el arranque de agosto- quedarán cubiertos por un desembolso del FMI o si se volverá a atrasar el pago o si se saldarán otra vez con los yuanes del swap con el Banco Central chino.

Festejando un acuerdo sin dólares frescos

En realidad, la principal sospecha en el mercado es que no habrá dinero hasta después del domingo 13 de agosto, cuando se realicen las PASO. Es decir, que el organismo no querrá darle más dinero a Argentina hasta no tener en claro quién tendrá a su cargo la obligación de pagar a partir de diciembre.

Y que, en consecuencia, el acuerdo al que llegó el equipo de Massa es un compromiso de un esfuerzo fiscal y cambiario por parte del Gobierno, con la contrapartida de los desembolsos necesarios para que el país no entre en default en plena campaña electoral.

El dinero que ingrese en agosto, si llega a u$s7.000 millones, como se filtró a la prensa, equivaldría a la suma del pago que no se efectuó en junio, más el que correspondería para la próxima revisión de septiembre.

Desde ese punto de vista, es dinero que compensaría lo que Massa tuvo que gastar en yuanes hace un mes. Pero, además, alcanzaría para cubrir los vencimientos de septiembre y octubre, respectivamente por u$s918 millones y u$s2.638 millones.

En otras palabras, el dinero necesario para llegar a la primera vuelta electoral sin que el país incumpla un pago. Menos claro es el punto de si, además, sobrarán dólares como para que Massa pueda intervenir en el mercado cambiario en el caso de que se repita una corrida cambiaria como la de abril pasado.

El ministro no sólo afirma eso sino que, además, menciona como una victoria de su negociación el hecho de que ya no rige la prohibición de que el país intervenga en el mercado de cambios -una veda que sí existía en abril, y que Massa infringió, para beneplácito del kirchnerismo-.

Tras las medidas, empezó el debate sobre la deuda que dejará el Gobierno con acreedores que no son el FMI
Tras las medidas, empezó el debate sobre el nuevo endeudamiento que dejará el Gobierno con acreedores que no son el FMI

Suponiendo que en noviembre ingrese un monto por algo más de u$s3.000 millones, sería una cifra como para afrontar los desembolsos hasta la primera revisión del programa el año próximo, ya con nuevas autoridades.

En definitiva, el dinero ingresado no sería superior al de los pagos previstos en el cronograma, lo que significa que no habrá "dólares frescos", que era el reclamo de Massa con el argumento de que la sequía había significado un punto de quiebre en la economía argentina del 2023.

La situación llega al extremo de que Alejandro Werner, ex directo del FMI para el hemisferio occidental, calificó al acuerdo como "pésimo, tanto para Argentina como para el Fondo". 

Destacó que el punto medular era el aporte de recursos adicionales para Argentina, pero que finalmente ello no se concretará y que el acuerdo se limitará los desembolsos del cronograma original a cambio de "una devaluación heterogénea, desordenada y discrecional", sin que haya un plan que minimice el efecto inflacionario ni un sendero de mejora fiscal ni de recuperación de competitividad de la economía.

¿Oxígeno a costo de u$s40.000 millones?

En definitiva, será el texto oficial del FMI el que terminará de saldar las dudas sobre qué tan importante será el oxígeno financiero que se haya logrado. Pero el hecho de que Massa no haya demostrado entusiasmo por viajar a Washington para saldar personalmente el nuevo acuerdo es algo que en el ámbito político se interpreta como que, en el fondo, no predomina ánimo de festejo por el resultado de la negociación.

Un sentimiento que, en definitiva, tiene su explicación lógica: contrariamente a lo que Massa pretendía, se tuvo que conceder una devaluación, aunque fuera indirecta y por la vía fiscal. Pero el riesgo de un repunte inflacionario en pleno cierre de la campaña electoral aparece como un "costo colateral" inevitable.

Aproximadamente un 70% de las importaciones de la balanza comercial -y casi todas las del rubro servicios- estarán alcanzadas por las subas impositivas. Y aunque el rubro alimentos esté exento, habrá costos indirectos que tendrán su impacto. Por lo que, después de haber disfrutado de una moderación en el IPC de junio -que fue posible sólo porque el rubro de alimentos tuvo una suba de apenas 4,1%-, ahora es probable que se revierta la tendencia y otra vez se sienta una aceleración de precios en las góndolas.

Es el costo a pagar para llegar con relativa calma a las elecciones. Al decir de Agustín Rossi, compañero de fórmula de Massa, el gran logro de la negociación es "que no tengamos más revisiones hasta fin de año, y eso saca al Fondo del proceso electoral".

Sin embargo, todo indica que el tema del FMI y la deuda no estará ausente del debate. Un adelanto en ese sentido fue una muy comentada declaración de Carlos Melconian -director de la Fundación Mediterránea y posible ministro si gana Juntos por el Cambio-, quien denunció un agravamiento en la situación de endeudamiento del país bajo la conducción económica de Massa.

Tras calificar como "irrelevantes" las medidas, Melconian puso el foco en que si se suma el uso de los yuanes del swap chino, más los pasivos de importaciones realizadas pero no pagadas y, además, el uso de reservas que están en terreno negativo, se acumula una deuda por u$s40.000 millones, con otros acreedores que no son el FMI.

Al decir del economista, ese tema es el verdadero "elefante" del que no se habla mientras los candidatos, ante el auditorio de la Sociedad Rural, se enfrascan en el debate sobre en cuánto tiempo se puede desarmar el cepo cambiario.

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